
Revista Cognosis. Revista de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación ISSN 2588-0578
EMBARAZO PRECOZ Y SU IMPACTO EN LA VIDA DE ESTUDIANTES DE BACHILLERATO
Vol. V. Año 2020. Edición Especial (Parte C)
Sanabria (2013), en su investigación sobre sobre las vivencias de la sexualidad
en los estudiantes de la Universidad Politécnica de Chimborazo, en cuanto a lo
que ellos y ellas consideran sobre la información que han obtenido en
referencia a este tema:
El 65 % considera que la información recibida sobre sexualidad se contrapone
con la realidad; en los grupos focales indicaron que la educación que recibieron
sobre sexualidad "está basada en los órganos sexuales, es
decir genitalizada, que no responde a las inquietudes que ellos tienen", "que los
maestros que imparten la educación sexual necesitan más capacitación", "que
hay que ir cambiando la mentalidad, que los padres quieren seguir con su
historia y hoy la realidad es distinta" (p.924)”.
Los resultados de esta investigación hablan de fuentes de información que no
aportan, de forma adecuada a brindar, no solo datos (la información basada en
los “órganos sexuales, genitalizada, que no responde a las inquietudes que ellos
tienen”), sino contenidos que les permitan tomar decisiones adecuadas y, sobre
todo, protegerse pensando en sus condiciones de vida y sus planes futuros.
Romero, Lora y Cañete (2001) sostienen que las y los adolescentes obtienen
información sobre sexualidad proveniente, especialmente, de estas fuentes: sus
amigos (26%), revistas (24%), profesores (18%), televisión (9%), médicos (7%),
madre (7%), hermanos (5%) y padre (4%); la que además reconocen que con
frecuencia resulta superficial, fragmentaria y general. Estos datos demuestran
el limitado papel de la familia (padre y madre) y la escuela en la educación
sexual de las y los adolescentes, lo que refleja la importancia del trabajo del
centro educativo, en temas vinculados con la sexualidad.
Según Laura Domínguez García (2005): “La maduración sexual estimula la
atracción sexual y sirve de base a la consumación de relaciones sexuales entre
los adolescentes. Estas relaciones tienden a ser inestables y a veces
promiscuas, por la elevada necesidad del adolescente de explorar su cuerpo y
tener experiencias con “el otro” en este terreno.” (pág. 97)
La precocidad sexual, según investigaciones sobre la psicología de niños, niñas
y adolescentes, tiene que ver con una serie de situaciones, contextos, estímulos
y carencias. Por ejemplo, Rodríguez Gázquez (2008) señala entre los factores de
riesgo para el embarazo adolescente a “…la influencia que tienen los medios de
comunicación de masas sobre la población adolescente. Éstos ejercen una gran
presión debido a la inmensa cantidad de estímulos sexuales, así como una
sobrevaloración del sexo, sin compromiso afectivo” (p. 52).
Los factores que se han tomado en cuenta para la realización de la
investigación en la UEFP, además de lo ante mencionado, son:
a) el bombardeo de sobreerotización de la televisión, el cine, la publicidad, la
música y las redes sociales;
b) el que niños, niñas y adolescentes “necesitan sentir la piel” de los afectos,
el reconocimiento y la conexión sin carga erótica. Esto significa que, ante