cada estudiante para inducir su reconstrucción a partir de la ilustración de
procederes más productivos.
Otros estudios han estado dirigidos a la evaluación de la comprensión de la
lectura (Hernández, 2012, pp.24-36), o la comprensión de los textos en la
escuela (Hernández, 2010, pp.17-27). Estos dos últimos trabajos también
aportan ideas en relación con el desarrollo de la actividad de lectura. Ahora
bien, teniendo en cuenta que el propósito fundamental de la indagación que se
describe es el de favorecer el desarrollo de la comprensión lectora a partir del
aprendizaje cooperativo, se prefiere por las autoras la propuesta de González
Cancio (2009, p. 96), en tanto este autor coloca en el centro de la atención los
diferentes tipos de lectura que distinguen la de familiarización, de búsqueda o
de estudio.
El trabajo con la habilidad de lectura en la clase de Práctica Integral demanda
el empleo de métodos y procedimientos que a su vez promuevan un nivel de
desempeño productivo y creativo por parte de los estudiantes lo que deviene en
el desarrollo de la creatividad, la independencia cognoscitiva y la capacidad de
opinar, actuar, valorar la actitud y propósitos del autor para finalmente aplicar
lo leído a otro contexto y establecer las relaciones intertextuales; todo lo cual
redundará en el desarrollo profesional del futuro maestro. De este modo…“es
posible considerar el componente profesional como proceso que se desarrolla a
la par que el proceso comunicativo” (Alberteris, 2018, p.310).
Para lograr todo lo antes planteado se deben planificar y ejecutar formas
dinámicas de organización (Atiénzar, 2008) de la interacción grupal que
conduzcan a una verdadera relación desarrolladora entre los estudiantes, en la
que predomine el trabajo en dúos, tríos o equipos con el apoyo del docente, de
modo que los estudiantes aprendan a escuchar y, al propio tiempo, a respetar
otras ideas, que se conozcan y/o recuerden palabras, frases idiomáticas,
cuestiones gramaticales y convenciones del idioma en todos los niveles del
discurso, al escuchar a otros y al recurrir a las vivencias y experiencias
presentes y pasadas que poseen.
Es aquí donde el aprendizaje cooperativo, aplicado al proceso docente
educativo, se asume como “[…] la realización de tareas conjuntas por parte de
todos y todas los y las miembros del grupo, […] para llegar así a un aprendizaje
conjunto en el que todos y todas salgan beneficiados y beneficiadas” (Alcántara,
2011, p. 2). De este modo, al ser aplicado a la enseñanza de lenguas
extranjeras, el aprendizaje cooperativo deviene en procedimiento de vital
importancia en la clase de Práctica Integral, en tanto lleva a la elaboración de
diferentes estrategias de aprendizaje, así como la asignación de materiales
complementarios en la lengua extranjera para ser analizados por los grupos o
equipos de trabajo, los cuales deben ser organizados convenientemente,
atendiendo a la diversidad pedagógica de los estudiantes.
De esta forma, es posible considerar el componente profesional como proceso
que se desarrolla a la par que el proceso comunicativo ya que ambos procesos