
Revista Cognosis. Revista de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación ISSN 2588-0578
MOTRICIDAD DE ESTUDIANTES CON DÉFICIT DE ATENCIÓN CON HIPERACTIVIDAD
Vol. V. Año 2020. Edición Especial, Agosto
El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), es una falencia
del neurodesarrollo originada dentro del patrón complejo que guarda una
estrecha relación con la genética del paciente, es decir, que está sujeto y aloja
en los genes implicados en la regulación de la dopamina, norepinefrina y la
neurotransmisión de serotonina (Fox, 2012). Como se indicó anteriormente los
padres juegan un papel fundamental en la formación intelectual del niño, y
mientras menor es la edad, mayor debe ser seguimiento y responsabilidad que
representa, a esto es importante añadir que los niños expuestos durante la
gestación al consumo de tabaco, sustancias psicotrópicas y bebidas alcohólicas
por parte de sus padres, así como también el convivir en entornos con altos
niveles de plomo y otros factores relacionados terminan siendo características
que influyen a que sean propensos a este tipo de trastornos (Barkley, 2012). En
ciudades con mayor contaminación el cuidado debe ser más cauteloso,
considerándose importante que las madres en especial protejan a sus hijos más
en esta edad, para que así las probabilidades de sufrir este tipo de trastornos
sean menores. El TDAH también ha demostrado que corresponde a una de las
causas principales del bajo rendimiento académico sumadas a los problemas
sociales, emocionales, escasa motivación, entre otros, siendo considerado como
una dolencia para los infantes y se puede alargarse hasta la adultez, sin
embargo, cuando el individuo tiene una edad mayor el diagnóstico no es
sencillo al unirse a otras patologías que ocultan el verdadero origen del
problema (Carriedo, 2013).
Una sugerencia brindada por los profesionales de la salud, está fundamentada
en promover el auto control y en ciertos casos permite disminuir este tipo de
trastornos, sin embargo, síndromes como el de Tourette o Asperger pueden
suscitarse ameritando atención por ser una enfermedad multipatológica
(Evans, 2016). Algo que también se ve afectado son las interrelaciones
personales y la motricidad, debe temer un tratamiento con el uso de fármacos,
con intervenciones conductuales y psicoeducativas (Carriedo, 2013). Estudios
recientes sugirieron que la actividad física podría ayudar a reducir los síntomas
básicos del TDAH, también indican que el ejercicio físico puede influir
positivamente en la función ejecutiva, en el control inhibitorio, rendimiento en
la acción neurocognitiva, comportamiento, motricidad, ámbito social, y en el
rendimiento académico de los niños con TDAH.
En la actualidad se evidencia que niños y adolescentes están tomando
conciencia sobre la importancia de la práctica de las actividades físicas, donde
saltar, correr, lanzar y mantener el equilibrio pertenecen a las habilidades
básicas del individuo, siendo una alternativa no solo para bajar de peso,
disminuir el sedentarismo, mejoramiento del autoestima sino que además
fomenta el desarrollo intelectual, según Jensen (2004), manifiesta que la
práctica de ejercicios contribuyen favorablemente en un buen estado físico,
como también es un elemento que previene el contagio de enfermedades, de
esta forma guarda una relación completa con el sistema psicomotriz e
intelectual, brindando una alternativa ante la situación de estudiantes que