Vol. VII. Año 2022. Edición Especial (3), septiembre
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Lateralidad y su posible influencia en el proceso lectoescritor
AUTORES: Belén Brito Villavicencio
1
Tatiana Ríos
2
DIRECCIÓN PARA CORRESPONDENCIA: jbbrito@espe.edu.ec
Fecha de recepción:
12
-
02
-
2022
Fecha de aceptación:
8
-
04
-
2022
RESUMEN
La lectoescritura es un aprendizaje complejo de la educación infantil y su logro
requiere de cierta madurez en cuanto a áreas como esquema corporal,
dominancia lateral y otras técnicas perceptivo-motoras, el objetivo de esta
investigación es identificar si la lateralidad influye de manera determinante en
el proceso de lectoescritura. Esta investigación tiene un enfoque cualitativo, de
tipo descriptiva no experimental. Los resultados se obtuvieron mediante el test
de Harris el cual se aplicó de forma individual con el fin de evaluar la
dominancia lateral. Las conclusiones mostraron niños con diferentes tipos de
afirmación lateral, no se evidenció una lateralidad más dominante según la
edad cronológica de los participantes.
PALABRAS CLAVE: Lateralidad; Lectoescritura; Educación inicial, aprendizaje.
Laterality and its possible influence on the literacy process
ABSTRACT
Literacy is a complex learning of early childhood education, and its
achievement requires a certain maturity in terms of areas such as body
schema, lateral dominance and other perceptual-motor techniques, the
objective of this research is to identify if laterality has a decisive influence on
the literacy process. This research has a qualitative, descriptive, non-
experimental approach. The results were obtained using the Harris test which
was applied individually to evaluate lateral dominance. The conclusions showed
children with different types of lateral affirmation, a more dominant laterality
was not evidenced according to the chronological age of the participants.
KEYWORDS: Laterality; Literacy; Early education; learning.
1
Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE. Departamento de Ciencias Humanas y Sociales, Ecuador. Código
ORCID https://orcid.org/0000-0001-5700-7578
2
Universidad de las Fuerzas Armadas ESPE. Departamento de Ciencias Humanas y Sociales, Ecuador. E-mail:
tdrios@espe.edu.ec Código ORCID https://orcid.org/0000-0001-8047-502X
Belén Brito Villavicencio, Tatiana Ríos
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Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación. Universidad Técnica de Manabí. ECUADOR.
INTRODUCCIÓN
Este artículo científico se enfoca principalmente en la lectoescritura y la
lateralidad.
El presente trabajo tuvo como propósito principal identificar la relación de la
lateralidad con la lectoescritura respondiendo así a las siguientes interrogantes:
¿La edad de los niños influye en la afirmación de la lateralidad?
¿Realmente la lateralidad está estrechamente relacionada con el proceso
lectoescritor?
Con esta investigación surge la necesidad de analizar aquellas estrategias que
permiten o favorecen el desarrollo afirmado de la lateralidad y de los requisitos
previos para que los niños puedan consolidar el conocimiento de la
lectoescritura.
DESARROLLO
La adquisición de la lecto-escritura sin duda es un proceso fundamental para
que el niño pueda adquirir conocimientos a lo largo de su vida y es un proceso
que integra algunos aspectos, de manera que para llegar al logro de la lectura y
la escritura el niño debe haber consolidado ciertas bases del desarrollo, con el
fin de que este no se vea afectado por la aparición de dificultades de
aprendizaje. Según Fornaris (2011) adquisición de la lectura y la escritura va a
ser uno de los aprendizajes más complejos de la etapa infantil y, por ello es
necesario una cierta madurez (Citado por Magán-Hervás & Gértrudix-Barrio,
2017).
Tanto la lectura como la escritura tienen subprocesos. La lectura tiene como
subprocesos la prelectura y la poslectura. La prelectura es un proceso en el que
los lectores atribuyen significados propios a un texto, empleando conocimientos
previos. La lectura implica una interacción entre el texto, el lector y el contexto.
Por último, la postlectura, que está relacionado con la comprensión del texto
por parte del lector (Mendieta et al., 2018).
La lectoescritura viene a ser entonces un proceso lingüístico en el que el niño
hace uso de las manos y movimientos orofaciales; empleando habilidades del
pensamiento, como la observación, identificación, comparación, descripción
(González, 2020). Estás capacidades básicas que el niño debe adquirir
previamente, según el enfoque neurológico las habilidades consideradas son:
lateralidad, direccionalidad, esquema corporal, coordinación visomotora y
memoria visual, los defensores de este enfoque lo llamaron habilidades
neuroperceptivo-motoras (…) (Montalvo, 2014). Aunque estas son las
habilidades que se consideran imprescindibles, según otros estudios, los
educadores y psicólogos hacen énfasis en que la lesctoescritura no es
únicamente el conjunto de técnicas o habilidades perceptivo-motoras, visual-
verbal para la lectura (Sierra & Cassiani, 2010).
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Dentro de las etapas en el aprendizaje y desarrollo de la lectoescritura que se
enuncian a continuación, se han tomado en cuenta específicamente aquellas
que hacen referencia a las edades iniciales. Es etapas inician de la siguiente
forma:
La lectoescritura emergente, el cual es el proceso inicial o de preparación para
la adquisición de esta, en el que se busca desarrollar el lenguaje oral y el
conocimiento de las convenciones de la lectoescritura (…). La siguiente etapa es
la lectoescritura inicial, donde se pretende la adquisición de la conciencia
fonológica, conocimiento del principio alfabético, fluidez verbal, vocabulario,
manejo de estrategias de comprensión del texto y, la escritura (…) (Ministerio de
Educación de Guatemala 2016, p. 18).
Algo similar ocurre con Linan-Thompson (2012) citado en (Caballeros Ruiz et
al., 2014) quien hace referencia a tres etapas:
a) Lectura básica: corresponde a las habilidades básicas que permiten leer y
comprender palabras o textos básicos.
b) Nivel intermedio: que se refiere a la lectura comprensiva.
c) Lectura interdisciplinar: referida a la capacidad de leer distintas materias y
comprender los conceptos y significados de las diferentes disciplinas.
Tanto la lectura como la escritura han de agruparse en grandes categorías, las
cuales son: componente léxico, el componente sintáctico y el semántico, lo
menciona Cuetos (1990) citado en (Dioses Chocano et al., 2014). Si bien todos
estos prerrequisitos mencionados anteriormente se pueden englobar en tres
grupos de condiciones previas al aprendizaje de lectoescritura, que son:
a) Neurofisiológicas: suficiente desarrollo muscular, sin trastornos motrices o
dificultades sensoriales, conocimiento del esquema corporal, coordinación
óculo-manual, entre otras.
b) Cognitivas: haber logrado un buen desarrollo perceptivo, carecer de
trastornos severos en los procesos cognitivos.
c) Socio-emocionales: autoestima, autoconfianza, madurez emocional y
ambientes favorecedores para el desarrollo.
Así lo menciona (Esteves et al., 2018), por ello también se aclara que la práctica
docente y los recursos didácticos empleados también intervienen en el
desarrollo de estos procesos. En un contexto en el que se lee y escribe con un
sistema alfabético como es el castellano, es fundamental la adquisición del
principio alfabético lo cual implica la fonética y el dominio de reglas de
conversión grafema- fonema (Rabazo Méndez et al., 2016). De esta manera
Jiménez (2009) sostiene que, previo a iniciar el aprendizaje, los niños deben
alcanzar un mínimo nivel de conciencia fonológica para poder adquirir las
habilidades lectoras y así estas les permitirán desempeñar tareas fonológicas
más complejas (Rabazo Méndez et al., 2016). Es aquí donde se toma en cuenta
si la lateralidad puede o no influir en el proceso, en este contexto, la lengua
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castellana no solo requiere los conocimientos mencionados anteriormente, sino
el manejo de la lectoescritura de izquierda a derecha y de arriba a abajo.
Dominancia lateral
Portellano (2009) Afirma que los niños tienen mayormente definida su
lateralidad a los 6 años, lo cual permite afrontar con éxito el aprendizaje de la
lectura y la escritura. De forma general, la lateralidad viene a ser la
especialización de ciertas funciones cognitivas de los hemisferios cerebrales. Es
decir, se define de cierta manera a la lateralidad como:
La preferencia a usar un lado del cuerpo, evidenciando así que el cuerpo y
varios de sus órganos se divide en dos mitades, lo cual permite entender que la
lateralidad es la especialización de una de esas dos mitades del cuerpo para
actuar de manera dominante sobre la otra>> (Montaña & Vergara, 2015)
Por otra parte, tenemos los aportes de quienes mencionan que “la lateralidad es
la brújula del esquema corporal y que lo que se puede hacer es afirmar la
tendencia genética de cada ser humano mediante ejercicios psicomotrices”
(Bilbao and Oña 2000, párr. 5). De esta forma se puede decir entonces que la
afirmación de la lateralidad se puede ver definida de uno u otro lado de acuerdo
con la estimulación que haya, tomando en cuenta uno de los lados que
naturalmente predomina más. De ahí que “El segmento dominante tiene mayor
precisión, fuerza, coordinación, equilibrio (en los segmentos que lo desarrollan)
y riqueza propioceptiva que el no dominante” (Mayolas Pi 2011, p. 25).
Sin embargo, cabe mencionar que según investigaciones se ha realizado una
distinción de conceptos entre la lateralización y la lateralidad, así como también
la dominancia, es aquí donde intervienen los aportes de Gaddes (1980) citado
en (Brusasca et al., 2011) quien menciona que:
La dominancia es un proceso central, inconsciente e involuntario, situado más
allá del control del sujeto. La lateralidad, por el contrario, sería una
manifestación efectora de la dominancia cerebral, tratándose de una función
consciente, voluntaria, periférica, que puede ser modificada mediante el
entrenamiento >> (p. 3)
Potier, Meguerditchian y Fagard (2012) resaltan que “si bien la lateralidad
puede apreciarse a muy temprana edad, esto sigue siendo objeto de debate,
debido a la maduración cerebral y el desarrollo del niño contemplando su
contexto genético, social y cultural” (Cantú Cervantes, Lera Mejía, and Baca
Pumarejo 2017, p.11).
Haciendo referencia a los tipos de lateralidad podemos mencionar los
siguientes: Diestro, zurdo, lateralidad cruzada, lateralidad contrariada,
lateralidad mal afirmada.
Si bien la lateralidad en sí misma no es un problema, sin embargo, puede llegar
a serlo. “La zurdería puede tener una importante manifestación en la limitación
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de funciones y habilidades para el aprendizaje, pero, en ocasiones no sucede”
(Salvador Moysén, Terrones González, and Estrada Martínez 2017, p.5)
La lateralidad cruzada en la que la preferencia de un lado y otro no es
homogéneo, sobre todo en dominación de manos, puede ser uno de los
conflictos presentes en trabajos previos a la lectoescritura según lo menciona
González (2016) en (Cedeño et al., 2019).
Modalidad de la investigación
De Campo:
El trabajo de investigación se desarrolló con una población de 40 niños a
quienes fueron aplicados los instrumentos seleccionados para la investigación
Bibliográfica – documental:
Para el desarrollo de esta investigación se realizó una revisión exhaustiva de
distintas fuentes de información confiables que permitan el desarrollo del
marco teórico.
Enfoque
En la presente investigación se utilizó el enfoque cualitativo, el cual se
selecciona cuando se busca comprender la perspectiva de los participantes
acerca de los fenómenos que los rodean, profundizar en sus experiencias,
perspectivas, opiniones y significados. (Sampieri, Collado & Lucio, 2010).
Debido a los instrumentos aplicados se obtuvieron datos cualitativos debido a
que la recolección se lo hizo sin medición numérica, como es el test de Harris y
la encuesta aplicada.
Tipo o nivel de investigación
Según el objetivo y su alcance, esta investigación es de tipo descriptiva, como lo
menciona (Nicomendes Teodoro, 2018) cuyo objetivo es recopilar datos e
información sobre las características, propiedades, aspectos o dimensiones de
las personas e instituciones de los procesos sociales, los datos que se recopilan
son cualitativos, los cuales se han obtenido mediante el test de Dominancia
Lateral de Harris, el cual evalúa lateralidad y la dominancia de cuatro partes
especificas del cuerpo, su baremo califica específicamente la lateralidad en
cuatro aspectos: diestro completo, zurdo completo, lateralidad cruzada o
lateralidad mal afirmada, cuya puntuación está basada en las teorías del
desarrollo, incluye el comportamiento del participante en relación a objetos,
gente, eventos de interés, entre otros aspectos.
Diseño
El diseño de la investigación es no experimental, según Hernández, Fernández
y Baptista, este tipo de investigación no manipula las variables, sino que
observa los sucesos o fenómenos tal y como ocurren.
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Población y muestra
Una muestra debe ser definida con base a la población determinada, la cual se
definió mediante un muestreo probabilístico, estratificado, debido a que se
requiere que la población tenga un rango de edad específica. Cabe mencionar
que los resultados obtenidos hacen referencia a dicha muestra según
(Cadena,1974, p.32).
Tabla 1. Población y datos sociodemográficos
Figura 1. Porcentaje de población según el sexo (femenino - masculino)
Instrumentos
Test de Harris, Harris (1961), Pieron (1968), Peter (1998), tomando sus
palabras se puede decir que la lateralidad es la dominancia o preferencia a usar
una mitad del cuerpo más que la otra, destacando un lado en ojos, pies,
manos, y oídos, citado en (Mocha-Bonilla, Julio A. Molina, 2018). Este test tiene
un total de 26 pruebas que evalúan las partes del cuerpo mencionadas
anteriormente.
Dominancia manual, definida como la facilidad o preferencia para usar la mano
derecha o izquierda para la ejecución de una acción. Dominancia podal,
prevalencia del uso de un pie sobre el otro para determinada actividad.
Dominancia ocular, aunque el uso de ambos es necesario hay uno que se
prefiere para realizar una actividad como mirar por un telescopio. Dominancia
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auditiva, preferencia a escuchar más por un oído (Duerte Hernandez & Pérez
Mendoza, 2020).
Procedimiento
Inicialmente se obtuvo un grupo de 40 niños con un rango de edad entre 4 a 6
años, previamente a aplicar el test se aplicó una encuesta a los padres, con el
fin de obtener datos informativos y considerar ciertos aspectos como el año de
escolaridad debido a la relación de este con el proceso de iniciación a la
lectoescritura, una vez aplicada la encuesta, se aplicó el test de dominancia
lateral de Harris para lo cual se asignó días específicos con el fin de evaluar un
número determinado de niños cada día, de esta manera poder hacer una
aplicación del test individual y de manera personalizada, una vez obtenidos los
datos del test se recopilaron en una base de datos en Excel.
Análisis estadístico
El análisis de datos fue realizado mediante la aplicación de estadística
descriptiva, una vez limpiados los datos se hizo una clasificación por edades,
posteriormente se realizó una tabla de frecuencias y una prueba Chi cuadrado,
una vez obtenidos los resultados de la prueba estadística se calculó el
coeficiente V de Cramer, cuyo valor determina el porcentaje de asociación de
ambas variables, es decir, permite analizar si ambas variables se asocian o no.
Resultados
Siendo la muestra un total de 40 niños, se obtiene que el porcentaje de
población de sexo masculino es del 45% y del sexo femenino el 55%, con
respecto a factores de estimulación se obtiene que todos están insertos en la
escolaridad. De la muestra total obtenemos que el 45% de la población son
niños de 6 años, el 23% niños de 5 años y el 33% restante son niños de 4 años,
como se muestra en la tabla a continuación.
Figura 2. Porcentaje de población por edad
De la población muestral estudiada se observó que 18 niños (45%) tiene una
lateralidad mal afirmada, 11 (28%) son diestros completos con una lateralidad
afirmada en ojo, pie, mano y oído del lado derecho, por el contrario 4 niños
(10%) son zurdos completos, con una lateralidad de las cuatro partes afirmadas
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totalmente hacia la derecha, 5 (13%) tienen una lateralidad cruzada, mientras
que solo el (5%) equivalente a 2 niños muestra ser ambidextros.
Figura 3. Resultado del baremo de la aplicación del Test de Harris
En la tabla 2 mostrada a continuación, se puede identificar un nivel de
prevalencia de 2.815 en la lateralidad diestra, un 1,769 de prevalencia en
lateralidad zurda con respecto a los años obteniendo un valor mejor en la
lateralidad mal afirmada siendo este de 0.376 con respecto a la lateralidad
cruzada (1.872) y el ambidextrismo (4.154); con un resultado final en la prueba
chi 2 de 15.51 quedando así anulada la primera hipótesis, es decir la
dominancia lateral es independiente de la edad cronológica de los niños.
Tabla 2. Resultados de dominancia lateral con la prueba Chi-cuadrado
Mientras que el coeficiente V de Cramer muestra un resultado de 0.371
indicando así la relación entre ambas variables (Lateralidad y lectoescritura).
CONCLUSIONES
Las investigaciones y los estudios realizados referentes a la lectoescritura han
permitido esclarecer el panorama de este proceso, así como las habilidades
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implícitas, es por ello que estás investigaciones deben ser consideradas por la
educación infantil con el fin de que las habilidades previas a la lectoescritura
vayan siendo adquiridas y cuando los niños lleguen al aprendizaje de la
lectoescritura puedan lograrlo exitosamente. Finalmente, se recalca también el
aporte significativo de los estudios realizados acerca de la lateralidad,
mostrando la importancia y la influencia que puede tener en ciertos
aprendizajes y el desarrollo en general del niño, así también, las actividades por
las que se inclina, prefiere o disfruta según el hemisferio dominante.
Los autores muestran haber evaluado a fondo la dominancia lateral, pero
refieren no haber tenido oportunidad para evaluar mucho más a fondo la
lectoescritura, sin embargo, refieren que un porcentaje de la población
evaluada con lateralidad mal afirmada (15%) muestra tener dificultades en
consolidar la lectoescritura mostrando así su relación con la lateralidad. La
cual relaciona los problemas de aprendizaje de la lectura, entre otras cosas
posiblemente a las dificultades de discriminación, entre derecha e izquierda, el
retraso de la maduración nerviosa a las alteraciones de lateralidad (Tacuri et
al., 2018).
Barrero, Vergara y Martín-Lobo (2015) citado en (Tacuri et al., 2018) “señalan
que, aunque la lateralidad no necesariamente puede determinar problemas en
el aprendizaje, muy probablemente ésta puede ser la causa de un aprendizaje
inadecuado” (párr. 2). “Estudios destacan que existen niños con problemas de
lateralidad y presentan niveles bajos en inteligencia lingüística, viso-espacial, y
cinestésico-corporal” según Casado (2015) citado en (Mocha-Bonilla, Julio A.
Molina 2018a). La muestra de población evaluada, 2 niños mostraron
dificultades en la lectura, con un patrón de confusión en letras como la b y la d,
la p y la q, por otra parte, niños que mostraban dificultad con la identificación
de izquierda o derecha mostraron consolidar este conocimiento una vez
realizadas diferentes actividades. La lateralidad a su vez permite ubicarse en
relación a los objetos y el espacio de tal manera que, una dificultad en esta área
podría afectar también a la coordinación ojo-mano influyendo así en la
capacidad para escribir en tiempo y forma adecuada, en relación a la lectura
puede influir también en la dominancia de un oído afectando o no la capacidad
para discriminar ciertos sonidos que permitan la comprensión de mensajes
verbales o construir un adecuado almacén léxico al cual se puede recurrir para
hablar, leer y escribir, así lo cita (Magdalena Repila, 2013).
Caraballo (2017) expresa que expertos, educadores y padres encuentran
dificultades cuando los niños atraviesan el proceso de lectoescritura antes de
los 6 años, debido a que muchos no están listos y no han alcanzado todas las
habilidades que les permitan realizar este aprendizaje según (Lema Ruíz et
al.,2019). Si bien la afirmación de la lateralidad puede llevarse a cabo hasta la
adolescencia, un porcentaje de la población mostró tener preferencia por usar
el lado derecho de su mano en la mayoría de los casos, incluso en aquella parte
de la población cuyo resultado fue lateralidad mal afirmada, y a diferencia,
muchos casos no mostraron tener dificultad con la lectoescritura.
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La lateralidad influye de cierta manera en la adquisición del proceso de
lectoescritura, pero no es determinante para que los niños adquieran o no este
conocimiento, la afirmación por un lado o por otro puede verse estimulado de
acuerdo con la práctica docente, el contexto escolar o familiar. Sin embargo, no
deja de ser uno de los factores por los que podría haber dificultades en el
aprendizaje, es importante tener en cuenta todos los procesos que abarca la
adquisición de la lecto escritura y que para consolidar este conocimiento deben
trabajarse todos esos aspectos en conjunto.
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