actividades teatrales significaban para los niños, cambios en la percepción
de su entorno y del aprendizaje.
Para Hagglund (1985) “el teatro paso por diversas transformaciones, ya que
se empezaron a acometer temas psicológicos y a explorarlos con no menos
entusiasmo e intensidad experimental que los hasta entonces dedicados a
asuntos políticos y económicos” (p.22).
En la actualidad, debemos separa el teatro de la dramatización, ya que en el
terreno de la enseñanza y del aprendizaje al hablar de teatro, nos estamos
refiriendo a un producto para contemplar, estudiar o analizar. Mientras que
dramatización es un proceso expresivo y para que tenga lugar se necesita
que el alumnado, se implique. En la práctica educativa la dramatización es
el proceso y forma de trabajo que conduce al teatro. Normalmente se suele
utilizar Dramatización, con mayúscula, para referirnos a la asignatura, y con
minúscula para dar forma teatral a algo que en principio no la tiene, así se
habla de dramatizar un cuento, un poema o una canción (Motos, 2009).
Siguiendo esta idea, Reason y Schuitema (2021) exponen en la investigación
denominada Teatro para niños y jóvenes adultos, que:
Históricamente, el teatro para niños y quienes escriben para él o por él, han
luchado para ser reconocidos e incluidos. Sin embargo, en la actualidad, el
teatro tiende a ser mucho más amplio y vibrante, a menudo interdisciplinario,
transversal y que abarca estudios de interpretación, que puede unirse a
estudios de literatura, educación, desarrollo infantil, psicología y política, entre
otros. El teatro infantil, se relaciona con los problemas del mundo real, puede
incluirse un enfoque de inclusión, de raza, de sexualidad, de discapacidad u
otro tema relevante.
De ahí, que el teatro sea una vía para lograr resolver problemáticas en el
aula, este desempeña un papel importante, es una herramienta que permite
mejorar la oralidad en los estudiantes. Es preciso destacar que, para este
caso, se habla de un teatro que busca fomentar la aplicación de estrategias y
técnicas gestuales, desde una perspectiva didáctica integradora, que vaya
encaminada a fortalecer la expresión oral de los estudiantes, en los aspectos
que conciernen a esta habilidad como son: hablar, escuchar, entonar,
expresarse, entre otros; además, el teatro en la escuela permite interactuar
de forma dinámica con todos los lenguajes que rodean al ser humano, el
lenguaje verbal, no verbal, el visual ,la proxemia, la kinesis, entre otros.
Como una estrategia didáctica, el teatro puede ser la vía de aprendizaje para
los niños, pues bien, “las estrategias didácticas hacen referencia a las
actividades que utilizan los profesores y alumnos en el proceso de aprender.
Incluyen métodos, técnicas, actividades y recursos para el logro de los
objetivos de aprendizaje, a más de ello es una herramienta tan compleja que
puede ser utilizada incluso para enseñanza de otras ciencias” (Agudelo et al,
2015, p. 76). Otros autores como Jiménez y Robles (2016) indican que las