
Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador.
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optimismo disminuye conforme avanza la etapa del negocio, donde este porcentaje baja al 40% en el
caso de los emprendedores con negocios nuevos y a 29% en los propietarios de negocios establecidos
(GEM 2016).
Son éstas percepciones de oportunidades sectoriales, estratégicas o de mercado a más de la
cultura de la tolerancia al riesgo y la distancia de poder las que motivan a los empresarios a descubrir,
evaluar y explotar oportunidades de negocios (Sambharya y Musteen, 2014).
Factores que inuyen en la actividad emprendedora del joven
Los investigadores que buscan fomentar la actividad empresarial tienen un fuerte interés en la
comprensión de los componentes básicos de la creación de empresas (Homan, Postel-Vinay,
y Rosenthal, 2014) pero son las cualidades como la edad, educación, conocimientos de gestión,
experiencia complementadas con las habilidades sociales, las que permiten desarrollar competencias
claves que pueden ser la ventaja competitiva de cada empresa (Staniewski y Awruk, 2015)
Los expertos además contribuyen con lo que a su criterio serían condiciones que promoverían
el emprendimiento y cuales lo restringirían. Según el Global Entrepreneurship Monitor en el 2016
en Ecuador el 55% de las menciones de factores que promueven el emprendimiento comprende:
capacidad para emprender, infraestructura física, educación y entrenamiento, políticas de gobierno, y
normas sociales y culturales, en orden de prioridad.
El conocimiento previo de los mercados, los clientes, y la tecnología constituyen la base
para el reconocimiento de nuevas oportunidades (Baron y Ensley, 2006), este reconocimiento de la
oportunidad es el primer paso fundamental en el proceso de la iniciativa empresarial (Gaglio y Katz,
2001) pero el reconocimiento de la oportunidad es una construcción compleja (Vaghely y Julien,
2010), ya que las experiencias de los empresarios y el entorno empresarial inuyen y condicionan la
gestión (Weick, 1995).
Las comunidades por lo general derivan en redes formales e informales con el objetivo de
obtener información valiosa de negocio y de mercado y para compartir las oportunidades de empleo,
habilidades y experiencias (Tynan, Thomas, Durand, O’Gorman, y Fuller‐Love, 2009).
Las redes empresariales se utilizan para colaborar con otros empresarios locales, con el
objeto de intercambiar ideas, adquirir y mantener la reputación (Heebels y van Aalst, 2010), logrando
trabajar en todos los subsectores con una lógica de proyecto para ciertos períodos de tiempo (Chapain
y Comunian, 2010) teniendo en cuenta, los valores de control de la incertidumbre cultural y el
individualismo, que facilitan la iniciativa empresarial (Noseleit, 2010), apoyados por buenos medios
de transporte y comunicación, tanto interna como externa (Nijkamp, 2003).
El crecimiento económico y la acumulación por encima del nivel de equilibrio de nuevas
empresas implica una disminución en los nichos de mercado y por lo tanto una disminución en
la expectativa de convertirse en un empresario (Yunus y Weber, 2010) para evitar esta posible
disminución en la tasa de actividad emprendedora causada generalmente por la dicultad para
obtener ayuda nanciera, se debe acceder a incentivos scales que promuevan la creación de
empresas (Hart, 2014), pero a más de estos incentivos, la creación de empresas requiere la presencia
de un mercado, incluyendo el reconocimiento de la oportunidad, la explotación de dicho mercado
(Shane y Venkataraman, 2000), mejorando la competitividad, permitiendo el desarrollo de nuevos
productos y servicios que sean ofrecidos al resto del mundo (Carree y Thurik, 2005), esta dinámica
en el desarrollo de la iniciativa empresarial no necesita un completo entorno estable (Peters, 2003),
pero se tiene que considerar que son las ciudades donde se tiene un gran impacto en el desarrollo de
la actividad empresarial, especialmente aquellos con niveles densos de población, alto porcentaje
de trabajadores cualicados, así como una sólida estructura de pequeñas y medianas empresas
(Audretsch y Keilbach, 2004).
Por lo tanto, diversos factores involucran la actividad emprendedora, como identicación
de oportunidades, levantamiento de recursos disponibles, apoyo familiar, experiencia profesional y
nivel de escolarización, entre otros. En este sentido no se puede evaluar si un individuo será o no
emprendedor, sin embargo, se pueden identicar que las características son más favorables al espíritu
______________________________________________________________________________Priscila Feijó, Tito Feijó, Amelia Bravo