
Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador.
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INTRODUCCIÓN
La educación universitaria incide de forma trascendental en el desarrollo de los países y en el
incremento de la calidad de vida de sus habitantes. Es uno de los medios culturales que permite a
los ciudadanos el cultivo del espíritu, la moral, los valores, el desarrollo de habilidades, destrezas y
competencias, generando criterios reexivos y críticos para buscar soluciones a los problemas de la
sociedad (Pacheco & Pacheco, 2015).
Desde la perspectiva del gobierno, liderado por el ex presidente Rafael Correa, durante la
época neoliberal, la regulación de las universidades se gestionaba de una forma poco objetiva, ética y
responsable, con una ideología de autorregulación y sin controles externos, donde el objetivo no era
la calidad de la educación superior sino el título universitario, sin las garantías académicas sucientes
para estudiantes y docentes (Varea & Coral, 2017).
En Ecuador el concepto de “Calidad de la Educación Superior”, tuvo su fundamentación
legal en la reforma a la Carta Magna del 2008 (artículos 27, 351 y 357) aprobada mediante consulta
popular, y dos años después la creación de la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES, 2018),
dando así el inicio a toda una “reconguración” o “rediseño legal y administrativo” de los nuevos
organismos, políticas y lineamientos para la evaluación, acreditación y categorización de las
universidades del país con el n de fortalecer el papel de las Instituciones de Educación Superior
(IES) en la sociedad ecuatoriana.
Desde 1998, cada país integrante de la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), debe garantizar calidad en la educación superior
(Cuenca , 2013) y la forma de lograrlo es a través de la acreditación de las universidades.
La acreditación institucional de una universidad, responde a una “certicación” o “constancia”
de que dicha entidad, goza de un “grado de calidad” como efecto de la aplicación “periódica” de un
proceso de evaluación externa desarrollado por algún organismo “competente” reconocido y con
poder legal para asignarla u otorgarla.
Para Hernández ( 2014) es el proceso evaluativo mediante el cual se da fe pública de la
calidad del servicio que brinda una institución de educación superior. Evaluación y acreditación son
términos altamente relacionados pero muy diferenciados, así Días (2015) dene sus diferencias y
establece algunas características importantes en donde el foco central de la acreditación es el control
y la garantía de calidad. A su vez, la evaluación se asocia más a la lógica de mejoramiento académico.
Es importante establecer que los procesos de acreditación universitaria se fundamentan en
los principios de administración (procesos y gestión), de calidad (monitoreo, control y planes de
mejoras) y de alto impacto en el servicio al cliente (satisfacción del colectivo estudiantil, mediante
el desarrollo de sus habilidades y competencias profesionales) que se deben operativizar en las
funciones sustantivas de las universidades.
La aplicación del modelo de evaluación en el año 2009, desarrollado en cumplimiento del
Mandato Constitucional N° 14, categorizó a las universidades en cinco grupos, esta situación afectó
fuertemente la imagen de las universidades que fueron ubicadas en los segmentos D y E ya que fueron
catalogadas de bajo rendimiento, incidiendo en términos de credibilidad y competitividad (Guerrón,
2012) y evidenció una “falta de calidad académica” como lo determinó el Consejo de Aseguramiento
de la Calidad de la Educación Superior (CACES) y así, en el 2012, en su calidad de organismo
competente para evaluar, acreditar y categorizar a las universidades públicas y privadas del país
dictaminó el cierre de 15 universidades, 44 extensiones y 129 institutos técnicos y tecnológicos
(Ramirez, 2016).
Este acontecimiento de gestión pública y académica pudo mostrar que la mayoría de las
universidades ecuatorianas tenían una limitada “cultura de calidad académica e investigativa”,
procesos rmes, objetivos de autoevaluación e inclusive de una “inobservancia permanente” de la
participación y consulta de los estudiantes en sus políticas de mejora continua.
Fue notorio que la universidad ecuatoriana tuvo un actuar poco proactivo ante la crisis que
han caracterizado al sistema de educación superior local en la última década como lo expresa Santos
_______________________________________________________________________________Rafer Cruz, Johnny Ponce