
Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador.
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INTRODUCCIÓN
El siglo XX marcó el comienzo de cambios bruscos en la panorámica económica internacional, en 
la que se hace necesario un mejoramiento constante de las empresas que les permita ser cada vez 
más competitivas. Por tal motivo, la eciencia en la gestión de la calidad ya no constituye un factor 
más, sino que se ha convertido en uno de los principales, y dentro de estos, uno de los temas más 
debatidos por los especialistas es lo concerniente a la gestión de los costos de la calidad, (González-
Reyes;L;Moreno-Pino;M, 2015) que tienen un papel importante en el proceso de mejora continua, con 
énfasis en la reducción de los costos de fallas en el proceso,(Castro-Jarquín;Pérez-Avilés, 2017) por 
lo que se constituyen en una destreza gerencial para el logro de resultados económicos y nancieros, 
satisfactorios y estables. Es por ello que no se puede hablar de gestión de la calidad si no se conoce 
cuánto cuestan los esfuerzos para implementarla, mantenerla y mejorarla (González-Reyes;Moreno-
Pino, 2015).
  Lim et  al (2014) reeren que, el control y la mejora de la calidad son dos componentes 
interconectados de gran impacto en la satisfacción del cliente en la industria alimentaria. El continuo 
rechazo de productos terminados, la separación de productos y retiro de productos  tienen serias 
implicaciones nancieras, que ponen en riesgo la imagen de la empresa y la conanza pública (Edith 
y Ochubiojo, 2012). En este sentido el peldaño más bajo en la escala del control de calidad de los 
alimentos es el uso de los mecanismos de inspección. La detección de fallas o defectos al nal de la 
línea producción es, como planteaba Deming (1986), una costosa técnica de control de calidad ya que 
los productos defectuosos se identican demasiado tarde en el proceso. Sin embargo, Lim et al (2015) 
plantea que en la mayoría de las empresas de la industria alimentaria no reconocen el hecho de que 
se necesitan cambios en sus prácticas de gestión de procesos, por lo tanto, se ve como una industria 
conservadora con relación a la mejora de la calidad. (Hubbard, 2003; Paiva, 2013). 
  Existen muchas actividades en la práctica contable que son diferentes de una empresa a 
otra. Las diferencias están dadas por la libertad de los contables dentro de los “principios contables 
generalmente aceptados”. Sin embargo, en el diseño de los sistemas contables de las empresas no 
se contempla la identicación de los costos de calidad. Razones por las cuales la alta gerencia es 
sensible a los costos globales de la producción, y no a los de calidad (Campenella, 1992).
  El cálculo de los costos debe ser un ejercicio de grupo. Los contadores garantizan a los 
técnicos y las personas de aseguramiento de la calidad, no conscientes con el verdadero signicado 
o la dependencia relativa de ciertas cifras a los costos, obviar algunos costos ocultos. Sin embargo, 
como precisa Campenella, (1992), es aconsejable, recordar que los directivos de contabilidad 
continuamente reciben presiones para que proporcionen toda clase de costos. Para que el cálculo de 
los costos de la calidad progrese, es necesario que los contables en las empresas estén plenamente 
convencidos de que se trata de una tarea útil.
  La producción de alimentos es un problema vital para la población mundial por el alza de 
los precios y la escasez de los alimentos, derivado de una errónea política de globalización y egoísmo 
de las grandes potencias. Es por tanto una de principales tareas del pueblo cubano en los momentos 
actuales. En Cuba la industria alimentaria se agrupa en sectores especializados. Uno de estos sectores 
lo conforman las empresas cárnicas, las cuales, para el desarrollo de sus producciones, cuenta con 
el suministro de las materias primas básicas del ministerio de la agricultura, (ganado vacuno y 
porcino) y otras importadas. Estas producciones se destinan a la canasta básica de la población, al 
consumo social y a la sustitución de importaciones mediante las ventas al turismo y la red de tiendas 
recaudadoras de divisa. 
  La empresa cárnica espirituana, al igual que todas las empresas cubanas, está inmersa 
en una  economía de carácter muy dinámico e inestable  que exige, para enfrentarlo, signicativas 
transformaciones basadas en un nuevo sistema de apertura, capacidad de adaptación y respuesta ante 
sus continuos e imprevisibles cambios; que pasan a convertirse en variables del proceso. Por lo que 
constituyen incertidumbres que requieren de la dirección empresarial, una actitud de aceptación e 
identicación del fenómeno, y la necesidad plantearse el incremento de la eciencia y competitividad.
_______________________________________________Bismayda Gómez, Nila Plaza, Yoislán Rodríguez, Soria Pascual