
____________________________________________________________________________________________ Michalski Marek
Revista ECA Sinergia. Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas. U.T.M. Año 4 Vol. 4 Página 76
efecto, de este modo, las decisiones tomadas por cada una de las partes tienen una
probabilidad mayor de ser erróneas, lo que crea conflictos, una subida de costes
injustificada, retrasos en las entregas y una caída de la calidad (Simchi-Levi, et al.,
2000).
Las tecnologías de la información están directamente relacionadas con los procesos de
innovación en la cadena de suministro: los procesos de reingeniería necesarios para la
puesta en marcha de proyectos de mejora de actividades integradoras y sus resultados
dependen en buena medida de la aplicación de los adecuados sistemas informativos. En
la práctica, se pueden observar pocas cadenas de suministro en las cuales todos los
sistemas de información utilizados por sus diferentes miembros estén conectados entre
sí. La falta de conexión en y entre diferentes eslabones de la cadena de suministro, y la
resistencia de los directivos a realizarla a pesar de potenciales beneficios es una señal de
la existencia de asimetrías de conocimientos y tecnología (Jensen y Meckling, 1992).
En la realidad actual, las presiones de los indicadores cuantitativos, sobre todo de tipo
financiero, ejercen una influencia crucial en los procesos de toma de decisiones por
parte de los directivos (Bowersox, et al., 2003). Esta tendencia les obliga a una
constante reducción de costes y el aumento de efectividad utilizando los caminos o
métodos más baratos para conseguirlo (Cox, 1999). La práctica del benchmarking,
aunque efectiva en este camino que permite “copiar” las mejores prácticas, pocas veces
resulta adecuada desde el punto de vista de la colaboración (Simatupang y Sridharan,
2004) ya que supone la creación de una dependencia en las relaciones entre
organizaciones y la aparición de conductas oportunistas. De este modo, el equilibrio
original de poder entre socios resulta roto, y las relaciones entre compradores y
vendedores se convierten en asimétricas (Fischer, 1997). La relación entre la asimetría
de estructuras y poder y la asimetría de información y comunicación reduce de modo
muy significativo la eficiencia del proceso de toma de decisiones. Los directivos que
carecen de información dependen en sus decisiones de situaciones creadas sin su
participación, lo que no solamente resulta perjudicial para los resultados de la cadena,
sino que también desequilibra las relaciones de poder e influye negativamente en la
confianza, la colaboración y el desarrollo del proceso de integración de la cadena de
suministro.
En cada uno de los cuatro elementos que forman parte de un proceso de negociación
(participantes, estrategias, roles y escenarios), podemos observar su carácter asimétrico
o las tendencias de inducir a comportamientos asimétricos (Xiao, et al., 2007). De
manera general, se puede considerar este proceso como asimétrico a priori. Las
relaciones entre el comprador y el vendedor se ven afectadas por los diferentes procesos
de negociación (Dwyer, et al., 1987) cuyos objetivos principales son los precios. Cada
una de las partes intenta maximizar sus propios intereses negociándolos. Si las
condiciones de negociación se caracterizan por un alto grado de conocimientos de las
preferencias de las partes y los comportamientos de los negociadores son racionales,
cabe esperar que sea posible la consecución de igualdad o equilibrio de ganancias entre
las partes (Nash, 1950). Estas condiciones, sin embargo, son raramente observables,