
Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador.
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INTRODUCCIÓN
Las empresas juegan un rol muy importante dentro de la economía de una nación, puesto que cada
una de ellas son conocidas como las máximas generadoras de empleo a nivel mundial, por lo tanto
es necesario conocer que tan ecientes son las decisiones tomadas dentro de las organizaciones en la
actualidad. En Ecuador durante el año 2017 se registraron 884.236 empresas, de este número 25.200
se encuentran en Santo Domingo, es decir, el 2.85% del total a nivel nacional (Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos [INEC], 2018). Según el Graduate School of Management de la ESPOL (2018)
las principales razones por las cuales las empresas ecuatorianas paralizan o abandonan su negocio
son la falta de nanciamiento y la falta de rentabildad, muchas empresas se ven forzadas a salir del
mercado debido a la falta de liquidez para nanciar sus operaciones iniciales (Chosgo, 2017).
Las empresas requieren de un nivel base de capital de trabajo para llevar a cabo sus
actividades, al momento de encontrarse en una etapa de maduración sus recursos serán insucientes
para cubrir el décit de efectivo (Quesada, Puentes, & Pulido, 2015). “El objetivo principal para el
estudio del capital de trabajo se fundamenta en la necesidad de agregar valor a las empresas, que
les permita mantener un desarrollo y crecimiento económico sostenible a lo largo de su ciclo de
vida” (García, Galarza, & Altamirano, 2017, pág. 31). En este sentido, el conocer la estructura y
administración del capital de trabajo es fundamental para todas las empresas independientemente
de su giro de negocio, porque solo a través de su buen manejo éste permitirá medir la capacidad
que tiene la entidad para generar recursos y cubrir las obligaciones de sus operaciones sin tener la
necesidad de nanciamiento.
Chosgo (2017) dene al capital de trabajo como “el monto de dinero que las empresas
requieren para iniciar o continuar sus actividades productivas” (pág. 17). El capital de trabajo se
relaciona con la capacidad que tiene una organziación para generar los ingresos sucientes producto
de su giro de negocio y cubrir con sus obligaciones de corto plazo (Macías, Suárez, & Rugel, 2018).
Generalmente, dentro del análisis de las cuentas corrientes se tiende a confundir el concepto de
capital de trabajo y capital de trabajo neto, el primero hace referencia al total de la inversión en
activos corrientes (enfoque cuantitativo), en tanto que, se denomina capital de trabajo neto a la
diferencia entre el activo corriente y el pasivo corriente (enfoque cualitativo) (Irigaray, 2017).
Un capital de trabajo negativo supone que la empresa no cuenta con efectivo suciente para
llevar normalmente sus actividades, cuando las organizaciones han agotado sus posibilidades de
nanciamiento externo y se ven en esta situación, recurren a reducir gastos sin un estudio previo que
permita identicar los pro y contra de estas decisiones (Cardona & Cano, 2017). Por el contrario,
un capital de trabajo positivo denota un excedente de efectivo una vez cubiertas su obligaciones con
terceros en el corto plazo, sin embargo, la diferencia positiva no necesariamente es un indicio de
estabilidad nanciera. Un excesivo capital de trabajo conlleva a la existencia de recursos ociosos,
por consiguiente, no se maximiza la utilidad de los activos con los que cuenta la empresa.
En tanto que, cuando la diferencia entre activos y pasivos corrientes es mínima, la empresa
no posee un margen de seguridad para las operaciones ante posibles imprevistos. Un equilibrio en
el capital de trabajo hace posible mitigar el riesgo de incumplimiento de pasivos o el impacto de
elementos externos que pueden afectar la economía de la entidad (Sarduy & Intriago, 2018).
El estudio de Córdova & Alberto (2018) enfocado al sector de la contrucción muesta que “la
implementación de una estrategia de reducción del capital de trabajo, no conduce a un incremento
de su eciencia, por el contratio, los mayores indicadores de eciencia se visulizan en empresas con
un capital de trabajo superior” (pág. 81). La administración nanciera del componente corriente de
una entidad es importante para mantener un nivel óptimo de las partidas que lo componen y con ello
________________________________________________________________ María Vera, Evelyn Cedeño, Ximena García