
DESAFÍOS DE LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LA GESTIÓN PÚBLICA EN EL ECUADOR
94|Sinergia|ISSN1390‐6623|AÑO6VOL.6|Junio2015
partir de procesos inclusivos. De una forma u otra, en el discurso internacional se
sostiene un llamado al involucramiento de la población en el ejercicio de toma de
decisiones públicas, lo cual se traduce en proveer y aprovechar las ventajas de la
inclusión social.
Resulta válido destacar que el fenómeno de la participación ha sido abordado
desde la antigüedad; sin embargo, su tratamiento ha sido diferente en cuanto a su
definición, contenido, alcance y formas de materialización, es decir, en cuanto a:
¿qué es participar?, ¿quiénes pueden participar? y ¿a través de qué vías o
mecanismos se puede participar?.
Desde el punto de vista teórico puede decirse que la participación es una actividad
humana que tiene lugar en las diferentes esferas de la vida social, de ahí que en la
literatura suele adjetivarse el término de acuerdo con estas esferas. Del latín
participatĭo, -ōnis, expresa una relación unívoca de integración recepción que
contribuye a entender su doble carácter, al implicar acción y enriquecimiento de los
sujetos participantes. Significa tomar parte en algo y con alguien; tener parte en, o
formar parte de algún fenómeno o proceso; así se habla de participación política,
electoral, laboral, industrial, etc. En cualquiera de estas esferas puede catalogarse de
“popular” siempre que exista un involucramiento real del pueblo.
Por otra parte, las decisiones públicas pueden definirse como aquellas que emanan
de los órganos e instituciones estatales de poder, en las cuales se expresa el ejercicio
del poder político y que van dirigidas a la sociedad en su conjunto. Es oportuno
señalar que toda decisión tiene un impacto negativo o positivo en el balance de
gestión de gobierno, la cual puede evaluarse de deficiente por tres razones (Medina,
2009):
1. Porque la encamina en una dirección errada a causa de una mala selección de
proyecto de gobierno o no saberlo corregir a tiempo;
2. debido a un deficiente procesamiento del proyecto elegido, que no considera
debidamente los aspectos políticos y técnicos, llevando a pagar un costo político
o económico excesivo por cada decisión;
3. porque la gerencia, por problemas y operaciones, es deficiente y por consiguiente,
es baja la capacidad de ejecutar lo decidido.
En el ámbito local, la toma de decisiones públicas expresa el ejercicio del poder
político a ese nivel territorial, y debe tener como fin esencial la solución de los
problemas y la satisfacción de las demandas que reflejan el interés local. La toma de
decisiones públicas locales tiene una notable influencia en la gobernabilidad, ya que
es a nivel local donde se originan las demandas y necesidades más inmediatas de la
ciudadanía, cuya insatisfacción puede redundar en la falta de credibilidad en las
instancias de poder, e incluso puede llegar a deslegitimar al propio sistema de
dominación en su conjunto, debilitando el consenso y la gobernabilidad.
En este contexto, en opinión de los autores, en la medida en que la gestión
pública municipal se apropie de prácticas cada vez más inclusivas en términos de
participación ciudadana, los gobiernos locales consolidarán la credibilidad de su
gestión y las decisiones a ese nivel propiciarán un mejoramiento de los indicadores
de calidad de vida y satisfacción ciudadana.
Las administraciones públicas locales en Ecuador no están exentas de dificultades
en su gestión en lo referente a la participación ciudadana, especialmente en la
proyección del gasto público en las provincias y cantones que componen el territorio
ecuatoriano. La coordinación horizontal de políticas y los procesos consultivos a la
población para la definición del gasto público son procesos neurálgicos y débiles en
la administración pública ecuatoriana. Sin embargo, existe la voluntad política del