
STEPHANIE CAROLINA TIERRA TIERRA, RODOLFO JOSÉ NOBOA SÁNCHEZ
120|Sinergia|ISSN1390‐6623|AÑO6VOL.6|Junio2015
INTRODUCCIÓN
Durante la última década, Ecuador ha experimentado cambios importantes en su
política de comercio exterior. Históricamente, Ecuador se ha caracterizado
principalmente por ser un país con perfil exportador de productos primarios. Desde el
siglo XIX, con respecto a las exportaciones, Ecuador ha presenciado períodos de
crecimiento así como también auges (booms) en su mayoría de productos agrícolas,
como lo han sido el cacao (1890, 1900, 1910, 1920), el banano (1950, 1955, 1960,
1965), el café y el arroz, para después dar paso al petróleo (1972) (Ministerio de
Coordinación de la Política Económica del Ecuador, 2013). Otros productos
exportados a mercados internacionales, con gran aceptación, son el camarón y las
flores.
Debido a ello, el Ecuador siempre ha dependido de los cambios en los precios
internacionales de las diferentes commodities para determinar el ingreso de dinero al
país por exportaciones. Debido a esto, desafortunadamente, si el precio de una
commodity cae en el mercado mundial, los ingresos del Estado se verán afectados
significativamente, como es el caso en la actualidad con la caída de los precios del
petróleo.
Es así que el gobierno actual, liderado por Rafael Correa, ha implementado desde
el 2012, a través de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo
(SENPLADES), un plan para cambiar la matriz productiva del país con el fin de
convertir a Ecuador en un país exportador de productos con valor agregado y así no
depender principalmente de la exportación de bienes primarios. Adicionalmente, este
plan contempla una fuerte reducción de las importaciones como una forma de
mantener estable la dolarización en el país.
Uno de los mecanismos que Ecuador ha implementado para reforzar la sustitución
de importaciones es el aumento de impuestos. Los aranceles o derechos de aduana
son impuestos que los sujetos pasivos deben pagar cuando cualquier tipo de bien
cruza una frontera nacional (Daniels, Radebaugh, & Sullivan, 2013). De esta manera,
los derechos arancelarios aplican tanto a las exportaciones como a las importaciones
(Ministerio de Economía y Finanzas de Perú, 2012).
No obstante, a nivel mundial, los aranceles se enfocan principalmente en las
importaciones. Por lo general, entre los fines que tienen las barreras arancelarias se
encuentran: el mejoramiento de la balanza comercial del país, el incremento de los
ingresos al Estado, el proteccionismo a ciertas industrias nacionales para que estas
tengan un mejor impacto en la economía del país, entre otras razones (Tacsan, 2007).
Es así que, con respecto al caso de los importadores ecuatorianos, uno de los
sectores que ha sido protegido significativamente es la industria textil y del calzado.
Generalmente, los tipos de países que toman dichas decisiones lo hacen debido a que
la producción nacional de ropa y calzado no ha destacado significativamente como
para que el consumidor prefiera adquirir productos nacionales en vez de los
extranjeros. De esta manera, países tales como Bolivia y Ecuador han implementado
y/o aumentado aranceles a estas mercancías con fines proteccionistas y de desarrollo
de la industria nacional.
Es por esto que en Ecuador, en la última década, los cambios en las políticas
arancelarias de textil y calzado se han justificado en pro de impulsar el crecimiento
de las empresas productoras, incentivar el empleo y disminuir la salida de divisas.
Los productores nacionales han sido los principales impulsores de estas medidas. Sin
embargo, a pesar de los esfuerzos del inversionista local, en muchos de los casos los
estándares de diseño y presentación del producto no alcanzan o superan los