
Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador.
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tradicionales ocios (pesca, albañilería, comercio, etc.) para volcarse a la producción de objetos y
poder subsistir económicamente; pero esto no ha logrado elevar el nivel competitivo y productivo, ya
que solo la producción no basta, se requiere de otros aspectos dentro de la cadena productiva , como
crecer y desarrollarse en su sector de negocios.
Los productores perciben que hay situaciones que están fuera de su control y, por esta razón,
tal como lo indica (Seligman, 1989), no calculan un bienestar económico a largo plazo; en caso de
necesitar ayuda en un futuro, la mayoría de ellos acudirían a sus amigos y vecinos apelando a la
economía moral o acudirían a la pluriactividad. En relación con los productores con producciones
de menor escala, como lo analizado en la presente investigación, los costos de producción siguen
siendo muy inciertos, puesto que maniestan estar expuestos a un sinnúmero de situaciones que no
siempre pueden controlar o manejar de manera adecuada, junto con la falta de subsidios por parte del
Gobierno. Como menciona (Mayer, 1999), el subsidio al productor genera utilidades y empleo que
se convierten en aumentos en la demanda de productos, y esto tiene efectos multiplicadores en los
pequeños productores.
La estandarización es otro aspecto analizar, ya que sin una adecuada preparación puede
conducir a mayores costos e incrementar la vulnerabilidad del productor, pues, como menciona
(Vélez, 2015), reduce la exibilidad productiva y la autonomía en la toma de decisiones sobre
los procesos productivos y de comercialización lo que afecta de manera directa el sustento de los
productores. Igualmente, como lo demostraron investigaciones realizadas por (Jaee y Henson,
2005) y (Shiva, 2013), entre otros, estas dinámicas homogeneizantes también afectan la calidad de
los productos, la soberanía y el entorno ambiental.
En cuanto a la comercialización, se puede establecer que la fase se ha dividido en dos
grandes partes, para la primera que es la producción, los artesanos han recibido capacitación de
muchos organismos ociales, no gubernamentales y demás, pero en la parte mercadológica ha sido
muy insipiente, dejando una brecha para propuestas estratégicas que generen proyectos comerciales
aglutinando la variedad de objetos en ferias realizadas por las propias comunidades y gestionando la
promoción a través de organismos adherentes para fortalecer la competitividad.
La producción artesanal posee calidad, pero la falta de difusión hace que la personalidad e
imagen de marca no exista, por lo tanto, no tenga fuerza comercial, y cada vez que se requiera de los
esfuerzos publicitarios no exista material o piezas que coadyuven para promover dicha imagen en
otros mercados. Denir conceptos, proponer la marca colectiva, diseño de modelos que propongan
la identidad de la zona, son entre otros los aspectos más relevantes.
Otros de los aspectos medulares en este esquema comercial es el vacío que dejan los
comuneros a no poder ni siquiera salir a mercados al interior del país, permitiendo que los
acaparadores compren la producción total y la revendan lastimando la imagen y posicionándola de
otra forma, lejos de la propia identidad que se requiere para ganar espacios y poder llegar incluso a
mercados internacionales que muchos, sino todos, aspiran lograr para despegar internacionalmente.
Para esto también se requeriría de capacitación, visión de negocios a nivel internacional, costos
logísticos y demás aspectos inherentes al comercio exterior.
CONCLUSIONES
Los conceptos de cadena de valor y de productividad son muy signicativos en la gestión productiva
de una organización. La cadena de valor como una estrategia que asiste de manera óptima en cada
uno de los procesos que se dan desde la obtención de la materia prima hasta el consumidor nal. La
productividad es un indicador que nos permite tener el conocimiento de cómo se están gestionando