
Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador.
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INTRODUCCIÓN
Denir los conceptos de cooperación interinstitucional resulta confuso, sin embargo (Duque, 2017)
describe de forma concreta a la cooperación como una construcción social que prioriza la calidad
de las relaciones entre actores sean estos empresariales, gremiales, gobiernos locales, ONGs, e
instituciones cientícas.
Otro elemento conceptual dene a la asociatividad como la incorporación voluntaria y
de libre unión, donde personas, productores o empresas se organizan en la búsqueda de objetivos
comunes, manteniendo la independencia legal y gerencial de sus propias operaciones. Para
complementar este concepto (Pérez Santamaría & Avendaño Arias, 2021), dene a la asociatividad
como la interacción entre individuos o grupos que logran procesos de cooperación y conanza,
enmarcados en estructuras normativas donde su comportamiento es dado por el mercado, el Estado
o la misma sociedad. En relación con la asociatividad con enfoque empresarial, esta tiene como
objetivo el mejorar la competitividad de los asociados en los mercados, con el n de aumentar los
retornos de sus operaciones, incrementar el bienestar familiar y contribuir al desarrollo económico de
las comunidades rurales (Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), 2017).
Como lo menciona (Folgueiras-Bertomeu & Sabariego-Puig , 2017) el diagnóstico
participativo se entiende como una oportunidad de construir relaciones y propuestas integrales
para dar respuesta a las necesidades en el territorio. Una vez referidos estos tres conceptos que
están relacionados con el estudio, es fundamental señalar la importancia de realizar diagnósticos
situacionales en las asociaciones que permitan identicar su problemática actual, demandas,
adicional a sus potencialidades y expectativas. Así lo arma (CEPAL/GTZ, 2001) quienes señalan
la importancia de realizar análisis especícos que permitan articular estrategias que respondan a las
realidades locales.
Una de las metodologías utilizadas en las asociaciones para conocer su realidad es el
diagnóstico participativo; para (Corporación RedEAmérica, 2014) es una herramienta privilegiada
para dar participación y voz a las comunidades en la identicación de los problemas y soluciones,
para contribuir a que la comunidad reconozca y valore sus propios activos, para desarrollar sus
capacidades de planeación, diálogo y concertación, para aprender a colaborar y construir con otros,
para ampliar las prácticas y valores democráticos.
El estudio de caso se desarrolló en la parroquia Machalilla, del cantón Puerto López en la
provincia de Manabí. La cual fue fundada hace 83 años y cuyo territorio en su mayoría se encuentra
en el Parque Nacional Machalilla; dentro de las actividades productivas de mayor relevancia en este
territorio, está la pesca artesanal por su ubicación geográca en la zona costera de la provincia además
del comercio y el turismo relacionado a lo antes indicado (SENPLADES, 2019).
Durante el estudio, se analizó la realidad socioeconómica de 7 organizaciones sociales
legalmente constituidas en la Superintendencia de Economía Popular y Solidaria presentes a la
parroquia. Sobre las cuales se realizó un diagnostico participativo que considero un análisis FODA,
línea base de las organizaciones y un biograma; sobre este último (Sepúlveda, 2008) y (La Gra, 2017)
lo denen como el método cuantitativo diseñado para estimar los niveles de desarrollo o afectación
de diferentes tipos de unidades en análisis. En este caso para construir el biograma se determinó la
situación socio organizativa de las asociaciones tanto en los ámbitos externos e internos. Las variables
consideradas evalúan en forma cuantitativa y cualitativa los procesos de cooperación efectuadas en
las organizaciones desde el año 2017 como herramienta diagnóstica, sobre la cual se ejecutaron una
serie de acciones coparticiparías.