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Revista ECA Sinergia. Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas. U.T.M. Julio 2016 Vol. 8 Nº 1
INTRODUCCIÓN
El talento humano de cualquier organización, representa el principal bien intangible
participante en el proceso productivo de las entidades. Su implicación es directa, por lo
tanto, los resultados en gran parte se reejan en la calidad del talento humano y su estado
motriz, afectivo e intelectual. Con el paso de los años, el ser humano ha descubierto la gran
importancia de administrar los talentos existentes en el medio, creando organizaciones
adecuadas que permitan alcanzar un destacado desarrollo dentro de un contexto social y
económico.
Para Mejía y Jaramillo (2006), en la era actual del conocimiento y la
información, el factor estratégico de competitividad sostenible de las organizaciones es
el capital intelectual, el cual se diferencia de otros tipos de capital que intervienen en los
procesos productivos, porque es intangible, presenta rendimientos crecientes a escala y
no se compra, sólo se puede cultivar a través de organizaciones inteligentes; es decir, de
aprendizaje continuo e innovadoras.
El capital intelectual puede tener dos enfoques complementarios: uno, como
factor de producción para la obtención de conocimiento productivo o innovación, aspecto
en el cual desempeñan un papel determinante las estrategias de formación del talento
humano de la organización; y el otro, que ya se denió como activo de valor (Mejía y
Jaramillo, 2006).
En otras palabras, signica que lo más importante y estratégico para el desarrollo
de una empresa competitiva sostenible es utilizar el capital intelectual como factor de
generación de conocimiento productivo; nalmente este conocimiento se constituye en
la base de la innovación y la productividad (Nonaka y Takeuchi, 2002) y, además, en
fuente directa de la ventaja competitiva sostenible. Se trata de analizar, entonces, cómo la
formación del talento humano, a través del aprendizaje organizacional, constituye en un
factor estratégico fundamental para el desarrollo de la productividad y la competitividad
sostenibles en las organizaciones.
Una aplicación del talento humano dentro de las condiciones económicas
y laborales que comúnmente son generalizadas en los países subdesarrollados, como
desempleo, sub-empleo y bajos salarios; puede utilizarse por sectores económicos
para reproducir estas debilidades económicas y sociales en función de una utilidad
inmediatista de la organización empresarial (Mejía y Jaramillo, 2006).
Hoy en día es necesario que se comprenda la importancia de cada uno de
los procesos y responsabilidades establecidos en las áreas de talento humano, ya que
mundialmente las economías han dado un giro signicativo en sus ramas de actividad,
encontrándonos ante un entorno de constantes cambios y de alta competitividad.
A medida que crecen las instituciones se vuelven más complejas, por lo tanto el
proceso de gestión del talento humano también se vuelve más complejo alcanzando una
mayor importancia, el propósito básico de éste permanece igual pero a menudo cambia
el enfoque que se le da para lograr sus metas.
Uno de los procesos dentro de la gestión del talento humano es la evaluación
del desempeño, la misma que se realiza para medir el rendimiento del empleado, pues
de esta manera se podrá juzgar la evolución de su desempeño, por lo tanto, es necesario
realizar una estimación que permita obtener resultados efectivos.
La evaluación del desempeño, es una técnica de dirección imprescindible
en la actividad administrativa de la organización. Con base en los tipos de problemas
identicados, la evaluación del desempeño sirve para la determinación y el desarrollo de
una política adecuada a las necesidades de la organización. El objetivo de la evaluación
_______________________________________________________________ Leticia Sabando, Evis Diéguez
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