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Jessica Viviana Vélez Ganchozo, Columba Consuelo Bravo Macias, Miryam Elizabeth Félix López, Silvia Patricia Murillo Cedeño.
Evaluación de las competencias organizacionales de dos mipymes avícolas de la zona norte de Manabí.
INTRODUCCIÓN
A nivel mundial, contar con empresas cuyo desempeño sea eciente y ecaz demostrando altos niveles de competencias, es un
desafío; para Sandoval, Montaño y Ramos (2012) esto orientó a las empresas a enfocar la mirada al entorno de la organización y
a sus condiciones internas, capaces de generar un plus que le garantice la sostenibilidad en el tiempo; por tanto, los procesos de
la Gestión del Talento Humano requieren bases sólidas para su desarrollo, y es donde el enfoque de competencias entra en acción
(Lorenzo, Marsán y Sánchez, 2016).
Para Charria, Sarsosa, Uribe, López y Arenas (2013) “las competencias son un sinónimo de habilidad, aptitud, destreza, dominio,
atribución, disposición o idoneidad, con la consigna de que sea demostrable en un contexto, si bien es inseparable de la acción
y el conocimiento” (p. 137). Por otra parte, bajo el enfoque organizacional, García, Reyes y Carballo (2011) maniestan que las
competencias organizacionales poseen un carácter sistémico y renovador, centrando su análisis y desarrollo en las personas, puesto
que son el elemento base que da sustento a las ventajas competitivas y el éxito organizacional. En este sentido, Ulloa (2015) considera
que el desarrollo de las competencias es un factor clave para aumentar la productividad, a través de la fuerza laboral, gracias a que
permiten maximizar el conocimiento de los colaboradores, aprovechar las habilidades del personal y contar un mayor nivel de
satisfacción. El impacto del desarrollo de estas competencias en una organización es percibido por la sociedad en aspectos como la
calidad de empleo, mejores tasas de ocupación y formalidad, respeto a los derechos laborales, adecuados índices de inclusión social
y competitividad, tanto dentro organización como en mercados locales y mundiales.
Una forma de conocer el nivel de desarrollo de las competencias es partiendo de la evaluación de los resultados que los empleados
expresan en el desempeño de sus puestos, para luego “co-construir” su nivel de competitividad bajo un parámetro de referencia en la
ejecución (Ojeda y Hernández, 2012). En concordancia con este criterio, Alles (2015) indica que previo a un proceso de evaluación
es necesario denir el grado de importancia para cada una de las competencias esenciales para la organización, los distintos niveles
de las mismas, criterios técnicos de referencia nacional o internacional que hayan aplicado otras organizaciones que evidencien
evolución y permanencia en el mercado.
En el Ecuador, muchas son las empresas que han decidido tomar este tipo de iniciativas, brindando apertura al desarrollo
de investigaciones dentro del área, cuyos resultados han permitido a los altos mandos tener una visión objetiva de la situación
organizacional y la toma de decisiones de manera oportuna. Esta nueva cultura gerencial que se evidencia de a poco, según Granja
(2015), es pertinente con los cambios que se viven en el país en materia jurídica e institucional que buscan redenir la manera en
que las instituciones públicas y privadas, la sociedad y el país deben afrontar el fortalecimiento del fomento del talento humano,
considerándolo el n y no el objeto de actividad económica.
Ya ubicado al sector de las MIPYMES avícolas mediante indagación bibliográca, se evidencia que estas aportan a la economía de
la provincia (Manabí), pues es el sector que más aporta al PIB provincial. A lo largo de la historia, algunas de estas empresas se han
visto en la necesidad de cerrar sus actividades y, por otro lado, otras han logrado evolucionar y destacarse dentro del mercado; sin
embargo, este crecimiento se evidencia vacíos de manera parcial o total, en algunos casos, situación que se origina, principalmente,
al no contar con un proceso de evaluación de competencias que les permita identicar cuál de ellas se encuentran en pleno o menor
desarrollo; por consiguiente, la no realización de este proceso genera debilidades en los procedimientos de contratación y gestión
del personal, como causa del desconocimiento y desinterés de revestir con legalidad y calidad los procesos o, en su defecto, por
la falta de capital para priorizar la importancia del talento humano, corroborando un desarrollo organizacional carente de bases
administrativas y un clima laboral supercial (Comercio Exterior del Ecuador, 2015 y Bravo, 2018).
En base a estos antecedentes surge esta investigación, cuyo objetivo es evaluar las competencias organizacionales previamente
identicadas en las MIPYMES objeto de estudio, con el propósito de aportar a la mejora de la gestión organizacional. Ambas
MIPYMES desarrollan su actividad económica en el sector de la avicultura: Avícola Marcos Vivanco, ubicada en el cantón Chone,
no cuenta con una misión y visión establecidas, pero tiene denidos sus valores y objetivos organizacionales, aunque no están
debidamente fundamentados ni documentados; por su parte, Avícola Burgos Zambrano, con ubicación en el cantón Bolívar, tiene
denidos estos cuatros criterios de manera más objetiva y están medianamente documentados.
METODOLOGÍA
La evaluación de competencias se la realizó a las MIPYMES de la zona norte de Manabí tomadas en consideración para el estudio,
con la nalidad de aportar a la mejora de la gestión organizacional en el área de reclutamiento y selección del personal.
El tipo de investigación empleada fue bibliográca, no experimental, partiendo del análisis de fuentes cientícas que sirvieron como
base para la construcción de los criterios referentes al desarrollo y actualidad de las competencias organizacionales enmarcadas
en el sector empresarial; el estudio realizado fue el de campo, puesto que la recolección de datos se dio directamente en el lugar
donde ocurren los hechos, sin manipular o controlar las variables (Palella y Martins, 2012). Los métodos: inductivo, deductivo y