
Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador.
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sucientes que demostraban que el volumen real de ventas no era congruente con el volumen teórico
del negocio (Martínez, 2017, p. 449).
Sin embargo, en esa época se dejó de prestar atención a esta rama de la contabilidad y
no es hasta la década del 70 del siglo XX cuando vuelve a emplearse como una herramienta para
suministrar pruebas para los scales en algunos casos de evasión scal. Después de eso aparecen
los contadores forenses privados y para 1990 ya es considerada como un gran éxito. Desde entonces
se le reconoce como una de las áreas de mayor desarrollo y éxito para los contadores. Fue por esta
época que se creó el Comité de Normas Internacionales de Contabilidad (IFAC) en junio de 1973 y
las Normas Internacionales de Auditoría (NIAS) (Torres, 2011).
Desde ese momento la contabilidad forense es reconocida como una rama de la contabilidad
con nes propiamente nancieros, y es ahí en donde comenzó a incursionar en las áreas procesal de
orden civil, penal, mercantil, tributario, laboral, de familia, administrativo y de responsabilidad scal.
(Martínez, 2017, p.450).
Los escándalos nancieros descubiertos desde el año 2001, que han sacudido el mundo
económico y han causado dolor a muchos, y que de paso han menoscabado la imagen de respeto
de los profesionales en contaduría pública en los Estados Unidos, dieron paso a un inusitado auge
de la contabilidad forense. Como resultado de múltiples investigaciones que se han llevado a cabo
y se mantiene hasta hoy, los ojos de los inversionistas se abrieron, esto dio lugar a un estado de
incredulidad que solamente puede ser restaurado como resultado de los buenos ocios de contadores
forenses y actuaciones éticas de todos los profesionales en contaduría pública en el mundo entero.
La trayectoria de la contabilidad forense ha demostrado que puede ser empleada en la
solución y el esclarecimiento de casos delictivos o presuntamente delictivos pero también como
medio de prevención de posibles fraudes o transacciones fraudulentas que podrían provocar incluso
pérdidas importantes para las entidades económicas donde se efectúen. Los más conocidos son:
• Casos laborales: liquidaciones de prestaciones sociales o indemnizaciones.
• Casos penales: fraudes cometidos por la indelidad de funcionarios de manejo y conanza.
• Casos de familia: divorcios, sucesiones, o administración de bienes de interdictos.
Los aspectos antes mencionados es donde la contabilidad se constituye en un medio idóneo
de prueba para llevar certeza al juez o a la autoridad judicial, es lo que hace apasionante su estudio
desde el enfoque forense como disciplina importante en la solución de conictos. (Martínez, 2017)
Mientras algunos profesionales de la contabilidad, altamente calicados no distinguen entre
el término de “contabilidad forense” y “auditoría forense”; otros consideran que en la auditoría se
enfatiza más en la presentación de los Estados Financieros y su adecuada correspondencia con la
organización y conservación de los registros primarios. Pardo, L.C. y Ramírez R. (2016)
Se considera que la contabilidad forense opera ante la probabilidad de un fraude. En
entrevista efectuada a Pablo César Paladini, revisor de cuentas del Instituto de Auditores Internos
de la República Argentina, el especialista explica que hay varias deniciones de fraude y los divide
en tres ejes: el robo o mal uso de los activos, hechos de corrupción, «no solamente en el Estado
sino también dentro de las empresas, por ejemplo, cuando el gerente de compras de una compañía
usa indebidamente la inuencia que tiene en ese cargo para, por ejemplo, desviar la mayor parte
de las compras a proveedores “amigos”» y el último, el fraude sobre los estados nancieros, «que
es “cocinar “los balances para mostrarlos más atractivos al público, para que digan “bueno, si esta
empresa anda tan bien vamos a invertir ahí”» (Medina, 2007, p. 1).