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Revista ECA Sinergia
ISSN-e: 2528-7869
https://www.revistas.utm.edu.ec/index.php/ECASinergia
Vol. 13 Núm. 3 (73-85) Septiembre- Diciembre 2022
revistaecasinergia@gmail.com
Universidad Técnica de Manabí
DOI: https://doi.org/10.33936/ecasinergia.v13i3.4480
colectividad. Así, la estacionalidad a nivel mundial genera desequilibrios en los destinos, sobre todo, en la actividad comercial, en el
uso de las infraestructuras y servicios, en la mano de obra, en los precios y en el medio ambiente. Por ello, puede llegar a ser denida
como “un fenómeno que está asociado a la concentración de la demanda turística, de manera desproporcionada, en ciertos periodos
del año” (Vaca y Vaca, 2019, p.840). Entre los principales factores que determinan la estacionalidad de ujos turísticos, Ramón y
Abellán (1995) hacen referencia a las vacaciones laborales, las escolares, las tradiciones o condiciones climáticas.
Resulta evidente que la estacionalidad supone un desajuste temporal entre el destino y sus visitantes, pero por sí sola, no representa
el verdadero problema. Este fenómeno afecta tanto a los destinos urbanos como a los de naturaleza, en el que, se puede observar
un aumento de la densidad y la intensidad turística. No obstante, según Baños y Viñals (2020) y Bertoni et al. (2016) los destinos
litorales han sido tradicionalmente los más saturados, estando vinculados con la masicación turística, y consecuente a esto, un
mayor deterioro ambiental y una relación conictiva en el equilibrio de los servicios básicos de los destinos.
La pérdida de atractivo turístico es uno de los principales desafíos para los destinos, si bien existen herramientas que permiten
comprender esta problemática, como es la propia noción de capacidad de carga turística. Establecer la capacidad de carga en los
destinos aspira a mantener las condiciones naturales, intervenir en el espacio y preservar los recursos ante previsibles impactos
(Bertoni et al., 2016). Además, otro aspecto que presume como un reto para los destinos turísticos de litoral es proporcionar
experiencias positivas al visitante. En este sentido, los agentes turísticos tienen la necesidad de potenciar las experiencias de los
turistas mediante calidad y singularidad del servicio (Sánchez y Aguilar, 2016), pero también es necesaria la integración de elementos
ambientales que contribuyan a mejorar la imagen del lugar y la seguridad que el destino le brinda al turista.
La contribución del turismo de sol y playa al desarrollo local
El turismo de sol y playa es una modalidad tradicional de masas que provoca anualmente grandes desplazamientos de personas hacia
espacios litorales, donde juegan un papel determinante aspectos como el paisaje, la posibilidad de relajación y los precios que ofrece
(Ortiz y Peralta, 2019). Estos destinos también son muy atractivos para ser urbanizados como primera y segunda residencia, y por
lo general reportan mayores cantidades de recepciones turísticas en fechas concretas. Para algunos analistas, la actividad turística
debería de ser concebida implícitamente en el concepto de desarrollo local (Vaca y Vaca, 2019). Así, el turismo es denido como
un medio para que las condiciones sociales y económicas prosperen, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los habitantes
que acogen a esta actividad, a su vez, en preservar los recursos que se ubican en una localidad y brindar bienestar colectivo. Es
vital precisar que, las potencialidades turísticas son elementos propios o ajenos que permitirán a los territorios articularse en el
turismo con altas posibilidades de generar desarrollo. Mientras que, los límites turísticos, son adversidades que atentan o ralentizar
el desarrollo de los destinos, ideas que, se acercan a los criterios de Bolou et al. (2021), que las potencialidades son la materia prima
del turismo y los límites son las dicultades.
El desarrollo local es por tanto un proceso complejo que requiere de sinergias entre la población local, las empresas, el sector público
y demás fuerzas que se relacionan en un determinado territorio. El objetivo no es otro que, lograr el desarrollo económico, pero
también la justicia e inclusión social, la sostenibilidad ambiental, la calidad y el equilibrio territorial (Lorenzo y Morales, 2014).
Además, permite generar medidas de deslocalización y nuevos escenarios productivos (Alburquerque, 2007). Desde el punto de
vista turístico, esto implica acciones para reforzar la oferta turística de manera competitiva, sostenible, y diversicada, para receptar
visitantes, pues, son ellos el núcleo para lograr el desarrollo. De este modo, esta visión relaciona los esfuerzos de innovación y
resiliencia, las alianzas estratégicas y organizacionales en todos los ámbitos locales, tratando de reivindicar los benecios de la
actividad turística y su adaptación a las tendencias deseadas. De esta forma, de existir una gestión pública comprometida con la
participación ciudadana e involucrada en su totalidad con el territorio se podrían establecer lazos con todos los recursos existentes
(Torres et al., 2019; Proaño y Ramírez, 2017).
La diversicación como alternativa para el desarrollo turístico local
En la actualidad la capacidad de diversicación puede suponer importantes ventajas para los destinos turísticos (Zach et al., 2021;
Romero et al., 2020). La diversicación turística hace referencia a la oferta variada y diferenciadora de servicios y productos
turísticos que son comercializados en un destino turístico. Este término es empleado con frecuencia, sobre todo en destinos que son
dependientes al turismo o que se encuentran altamente especializados en determinadas modalidades turísticas, que, a pesar de ser
una alternativa, los destinos se muestran muchas veces con limitaciones por las diferentes características intrínsecas del lugar. Este
suele ser el caso de los destinos de sol y playa, por lo general focalizados en una única oferta de actividades de ocio complementadas
con el alojamiento y la alimentación, en el que, la poca diversicación limita el desarrollo turístico. Cabe señalar que, los destinos de
sol y playa son los más propensos a generar desequilibrios en sus actividades, por ende, es necesario que los destinos se diversiquen
para buscar nuevas oportunidades de mercados, mantener los ujos turísticos existentes y llegar a ser competitivos (Li, 2021). Para