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Revista ECA Sinergia
ISSN-e: 2528-7869
https://www.revistas.utm.edu.ec/index.php/ECASinergia
Vol. 13 Núm. 3 (129-410) Septiembre- Diciembre 2022
revistaecasinergia@gmail.com
Universidad Técnica de Manabí
DOI: https://doi.org/10.33936/ecasinergia.v13i3.4579
hasta la presentación de los resultados. Por tal razón el uso de modelos contribuye a mejorar la investigación, pudiendo identicar
los problemas claves, considerando la utilización de tiempo y recursos con más ecacia para resolverlos de buena manera (Pearce,
2016, p. 2).
Guevara (2017) reere que la clave del éxito de los muchos proyectos es el resultado de una buena planeación o en este caso de
una buena gestión en la cual se determinen: las actividades, las tareas, los procesos, los cronogramas, la asignación de roles y
responsabilidades de quienes intervengan en dicha actividad para lograr el objetivo esperado, para lo cual es indispensable recurrir
a un modelo para la gestión en la que se estructure el ciclo de vida de estos (Guevara et al.,2017, p. 112).
En el país ha sido muy importante en los últimos años la gestión para la ejecución de diferentes proyectos, siendo necesario en
muchos casos aplicar un modelo para gestionar el recurso ante organizaciones a nivel internacional, resaltando ante todo las obras
para cumplir con las necesidades básicas, como los sistemas para abastecimiento de agua potable, que son imprescindible para la
vida y la salud de las personas. Además del agua para beber, el ser humano utiliza agua en muchas de sus actividades. Es por tanto
razonable, que cada individuo se crea con derecho a una parte de ella (Escolar y Sayago, s. f., p. 103). Así mismo como bien nos
dice una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 6 que plantea la necesidad de “Asegurar la disponibilidad y
la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”.
Thacker (2019, citado en Paltán et al., 2020) indica que, para su cumplimiento incluyen el acceso universal y equitativo al agua
potable, mejorar la calidad del agua, asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua para hacer frente a
los distintos usos. Igualmente, el ODS 13 plantea una acción efectiva por el clima, que contribuirá a garantizar el recurso hídrico
a la luz de los impactos observados y anticipados del cambio climático sobre las fuentes de agua, a la vez que se garantiza la
resiliencia climática de la infraestructura de agua y saneamiento. Para cumplir estas metas, se entiende que los servicios y sistemas
de infraestructura son componentes esenciales de desarrollo que pueden ser catalizadores para cumplir este y otros ODS (Paltán et
al., 2020, p. 4).
Es importante por esto conocer cómo se encuentra actualmente la gestión de proyectos, siendo de mucha utilidad aplicar la evaluación
mediante los modelos de madurez, que bien menciona Cabrejos (2017) estos son estándares que ayudan a las organizaciones a
identicar sus fortalezas y debilidades en los procesos de dirección de proyectos. Realiza una comparación de los procesos de las
organizaciones contra las mejores prácticas que ayudan a determinar en donde está la organización en cuanto a su nivel de madurez.
(Cabrejos, 2017, p. 73).
Existen aproximadamente cuarenta y seis (46) modelos de madurez, los cuales involucran portafolios, programas y proyectos; donde
Delgado y Ramirez (2018, citado en Calderón y Caro, 2020) menciona que los tres modelos más reconocidos y utilizados por las
organizaciones son: Modelo de madurez de capacidades CMM del CMMI Institute, Organizational Project Management Maturity
Model (OPM3®) del Project Management Insitute PMI y Portafolio, Programme, Project Management Maturity Model P3M3 de
AXELOS (Calderón y Caro, 2020, p. 40 - 41).
CMMI Institute (2020, citado en Calderón y Caro, 2020) señala que el modelo de madurez de capacidad (Capability Maturity
Model - CMM) desarrollado por CMMI Institute, permite identicar las buenas prácticas en dirección de proyectos. De acuerdo con
el instituto, “la experiencia ha demostrado que las organizaciones se benecian de alcanzar un nivel solo cuando el enfoque de la
mejora está en los resultados comerciales y de rendimiento y los objetivos compartidos.” (Calderón y Caro, 2020, p. 42).
El Project Management Maturity Model (OPM3®), es un modelo de madurez desarrollado por el Project Management Institute
(PMI). Permite identicar el nivel de madurez en relación con las buenas prácticas propuestas por el PMI implementadas en
la organización. El modelo evalúa tres (3) áreas (PMI, 2008): Dominio de proyectos, programas y portafolios, habilitadores
organizacionales y procesos de mejora (Calderón y Caro, 2020, p. 43).
Delgado y Ramirez (2018, citado en Calderón y Caro, 2020) reere que el modelo Portafolio, Programme, Project Management
Maturity Model (P3M3) propuesto por AXELOS (Global Best Practice), ayuda a establecer las mejoras, a partir de la evaluación del
desempeño actual de la organización, con el n de aprovechar las ventajas competitivas. Se caracteriza por tener un balance entre
los siguientes cuatro aspectos: competencia del personal, herramientas implementadas, información de gestión y procesos utilizados
(Calderón y Caro, 2020, p. 48).
De igual manera, a pesar de que los tres modelos anteriormente descritos son los más utilizados, tenemos un modelo que igual suele
aplicárselo que es Project Management Maturity Model de Harold Kerzner (PMMM); siendo este un modelo de madurez propuesto
por Harold Kerzner en su libro “Using the project management maturity model” 2.ª edición. El modelo ofrece una herramienta para