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Blanca Carballo Mendívil1, Alejandro Arellano González, Diana Astrid Molina Armenta.
Atributos de calidad que valora el cliente de un restaurante identicados con el modelo Kano
INTRODUCCIÓN
La presencia de establecimientos que se dedican a preparar alimentos para ofrecer un servicio a sus clientes (restaurantes en sus
diversas formas) es muy relevante en cualquier parte del mundo ya que cubren una necesidad no solo de alimentarse sino de
llenar necesidades de interacción social. Especícamente en México, este tipo de empresas constituyen el 12.2% de las unidades
económicas y 7.5% en la generación de empleo. Esta industria restaurantera se ubica en el lugar 23 de 77 subsectores más importantes
de la economía por el monto de valor agregado que aportan (Instituto Nacional de Estadística y Geografía - INEGI, 2021).
Sin embargo, la participación de las unidades económicas de la industria restaurantera en el total nacional disminuyó en el año 2021
respecto al 2018, reejo de la crisis sanitaria causada por el Covid-19 mismo que en el segundo trimestre de 2020 ocasionó una caída
de 8.2% en el Producto Interno Bruto (PIB) nacional, uno de los indicadores más utilizados para conocer la situación económica del
país y así conocer el rumbo general de la economía. Particularmente, el PIB de esta industria restaurantera fue de mayor magnitud,
29.3% por lo que obligó a los restauranteros a replantear sus modelos de negocio, tal como lo sugieren Osterwalder y Pigneur (2011)
y Sánchez Guerrero y Arellano González (2017), como una alternativa para poder adaptarse a la nueva normalidad que la pandemia
generó.
En este contexto, existe una necesidad cada vez mayor de que las empresas restauranteras asignen un alto valor a la captura y el
análisis de los requisitos del cliente para ganar su lealtad y, por ende, un lugar en el mercado. La lealtad de los clientes es un factor
clave para el éxito empresarial en un mercado competitivo. Por ello, las empresas deben descubrir cómo incrementarlo y mantenerlo
a largo plazo, teniendo en cuenta que conforme pasa el tiempo, sus preferencias, expectativas y aspiraciones cambian, y que en
el sector servicios las actividades donde se genera valor son de una naturaleza más intangible que lo que ocurre en otros sectores,
donde ocurre la interacción entre cliente y empleado, recursos físicos, bienes y sistemas de la empresa, al proporcionarle soluciones
a sus problemas y necesidades (Laing & McKee, 2001). La calidad del servicio y la satisfacción del cliente como respuesta ante este
han sido reconocidos como los principales antecedentes de la lealtad del cliente (Sulisworo & Maniquiz, 2012). Especícamente,
la satisfacción del cliente se conceptualiza como una respuesta emocional o cognitiva relacionada con la expectativa del uso de
un producto o experiencia de servicio, la cual ocurre antes, inmediatamente o posterior al uso de dicho producto o experiencia de
servicio (Mora Contreras, 2011).
La satisfacción de cliente también se considera como una variable mediadora del desempeño de las organizaciones (Cruz Álvarez
& Hinojosa Cruz, 2014), por lo cual existen diversas propuestas para su medición, tales como: el índice de satisfacción del cliente
por servicio (ISC) que mide el grado de importancia o peso otorgado a cada una de las características del servicio, y promueve que
se determinen los factores que las inhiben (Nápoles-Nápoles, Tamayo-García, & Moreno-Pino, 2016); el índice de satisfacción del
cliente (CSAT) que se obtiene con la aplicación de una encuesta al nalizar la atención prestada (Pin Pilay, 2021), lo cual permite
que los clientes se sientan valorados por la empresa que se preocupa por saber y conocer sus opiniones; y el índice de promotores
netos (NPS), desarrollado por Frederik Reichheld en 2003 (Keiningham, Aksoy, Cooil, & Andreassen, 2008), el más utilizado para
medir la lealtad (González Rodríguez & Garza Villegas, 2014), clasicando a los clientes después de cuestionarles si recomendarían
a la empresa o no, considerando una escala de 0-10, en tres categorías: promotores a aquellos que dan respuesta de 9 o 10, pasivos
a los de 7 u 8, y detractores a quienes indican un valor de 6 o menos, para luego identicar problemas que ven estos últimos y
determinar las acciones necesarias para resolverlos (Markey, Reichheld, & Dullweber, 2009).
Cada una de estas métricas resultan de utilidad para valorar la satisfacción al cliente y buscar su logro gestionando el cumplimiento
de los atributos del servicio. Sin embargo, no todos estos atributos tienen el mismo papel, por lo que es necesario precisar el impacto
del desempeño de cada uno de ellos (Mejías Acosta, Godoy Durán, & Piña Padilla, 2018). Para esto Noriaki Kano en 1984 formuló
un modelo para la determinación y análisis de los requisitos del cliente al priorizar sus necesidades, el cual distingue entre seis
atributos de calidad que inuyen de manera diferente en la satisfacción del cliente: atractivos, unidimensionales, obligatorios e
indiferentes, planteando además la relación entre las cualidades objetivas representadas por características del producto y cualidades
subjetivas representadas por las satisfacciones del cliente (Sáenz-Blanco, Contento-Sepulveda, & Bautista-Mendoza, 2020). Esta
forma de analizar las inquietudes de los requisitos del cliente desde el principio, para brindar un servicio sobresaliente es el proceso
de capturar y determinar los requisitos del cliente, da como resultado una alta probabilidad de satisfacer las necesidades del cliente
(Huang, 2017). Es por ello que, se propone usar este modelo, lo cual permitirá capturar las características propuestas que más
estimulan a los clientes y con esta información tomar decisiones que permitan la construcción de un producto/servicio único que
contenga las características necesarias que agradan y sorprenden a los clientes de un restaurante.