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Maria Isabel Pineda Hurtado, María Eugenia Saldarriaga Salazar
Competencias emprendedoras en la institución universitaria Colegio Mayor del Cauca
INTRODUCCIÓN
El emprendimiento adquiere un rol importante en los cambios empresariales que han surgido en la sociedad, razón por la cual es
necesario guiar los procesos formativos, de acuerdo a las necesidades presentadas en las comunidades, y de esta manera generar
opciones para el mejoramiento del desarrollo humano, social y económico del país. Hoy en día, la formación emprendedora
es más difundida y reconocida por el ámbito académico, su relevancia radica en que esta formación incrementa el fomento del
emprendimiento en los jóvenes, puesto que mejora sus capacidades, conocimientos y actitudes (Asimakopoulos et al, 2019). Así
mismo, abre un nuevo camino para crear opciones que ayudan a cerrar algunas brechas de la sociedad, porque se generan nuevas
empresas con posibilidad de más empleos, se ayudan a lograr proyectos y sueños que crean alternativas económicas, traduciéndose
en mejoramiento de la calidad de vida de las personas.
La formación en emprendimiento proporciona a los estudiantes mejoras en sus competencias emprendedoras, motivación, valores
inmersos en su espíritu emprendedor, mecanismos y fundamentos esenciales en la constitución y puesta en marcha de su negocio,
dándoles el impulso para incursionar en el campo empresarial de manera articulada porque no van a desarrollar su actividad
comercial empíricamente, sino con conocimientos previos, habilidades fortalecidas y dotados de herramientas que les permitirán
evaluar, analizar y enfrentar situaciones que se presenten. Por tanto, las Instituciones de Educación Superior (IES) toman un papel
importante, porque en ellas se promueven diversos programas enfocados a la formación y acompañamiento del joven emprendedor
hasta que su idea se haga realidad, de modo que genere rentabilidad y se sostenga en el tiempo (Cantillo et al., 2021).
En Colombia, en pro de contribuir a la promoción del emprendimiento desde la academia, se crea la Ley 1014 de 2006 denominada
“De fomento a la cultura del emprendimiento” la cual tiene como propósito principal promover el espíritu emprendedor en todos los
niveles educativos del país, por medio de un conjunto de principios normativos e instituciones que promuevan el emprendimiento y
por ende la obtención de competencias y habilidades en este ámbito (Congreso de Colombia, 2006). Pese a esto, se evidencia poca
gestión organizacional por parte de las Instituciones de Educación Superior, reejada en la forma de impartir el componente de
emprendimiento, pues en algunos casos le atribuye la responsabilidad de avivar, orientar y promover el emprendimiento al área de
proyección social o al programa de administración de empresas, o en su defecto, maniestan su desinterés por despertar el espíritu
emprendedor en los educandos, mencionando que el emprendimiento no debe ser contemplado dentro de los micro currículos del
programa.
Vislumbrando el entorno emprendedor para las personas que deseen generar empresa en el departamento del Cauca y su capital
Popayán, se encuentra un panorama en el que se considera que el Cauca es una región muy diversa, en cultura, biología y raza;
pese a esto, es un territorio con limitados ingresos, poca capacidad administrativa, niveles exuberantes de pobreza y uno de los
departamentos más afectados por la violencia de grupos armados (Cardona et al., 2020). Su capital Popayán, es el centro urbano
más importante de la provincia, pues atrae fácilmente el interés de inversores extranjeros (Cardona et al., 2020), y con todo ello, no
cuenta con una actividad industrial de gran importancia que le permita contribuir al fortalecimiento de su economía. Por lo antes
mencionado, se es de notar que desarrollar una actividad emprendedora en este territorio se torna difícil, porque los emprendedores
van a verse afectados por factores inherentes a ellos, pero es ahí donde la formación en competencias emprendedoras ocupa un papel
trascendental en este proceso dado que el emprendimiento no debe restringirse a buscar un desarrollo empresarial, al contrario, debe
ampliar la obtención de herramientas personales para que el sujeto decida y se permita actuar en diferentes ámbitos de su vida.
Diferentes autores han querido conocer y aportar conocimientos signicativos sobre esta temática desde sus entornos, tal
es el caso de Quispe et al. (2022), quienes abordan la formación en competencias emprendedoras desde la perspectiva de los
estudiantes de la carrera de Administración de Empresas de la Universidad Técnica de Oruro, Bolivia. En su análisis concluyen
que las competencias emprendedoras, habilidades, capacidades y destrezas, no estan siendo desarrolladas en las clases y que éstas
deben abordarse intencionalmente en los alumnos. De igual manera, Bernal y Cárdenas (2021), desde una mirada teórica indagan
sobre las competencias emprendedoras vistas desde la persona y no en los benecios económicos, y postulan que la formación en
competencias emprendedoras ya no estaría orientada hacia el desarrollo empresarial, sino en la educación de los individuos con la
intención de capacitarlos para que creen, gestionen, planiquen y desarrollen sus proyectos personales en los diferentes contextos
que ofrece este tiempo.
Desde las formas para garantizar una adecuada formación en competencias emprendedoras, Asarpota y Banerjee (2020), hacen
hincapie en que las herramientas de simulación son un método efectivo para la estimulación y obtención de mejoras en competencias,