
Factores predisponentes de infección postquirúrgica de la hernia inguinal, servicio Cirugía General Ciego de Ávila
Betancourt-Castellanos, Solís-Delgado, Betancourt-Castellanos, Hernández-Hernández, Milian-Hernández, Izaguirre-Bordelois
2 Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador
Introducción
La hernia inguinal es una de las afecciones que con mayor frecuencia requiere de cirugía; se estima
entre un 10-15 % de todas las intervenciones quirúrgicas. Se ha informado como posible origen de
esta hernia a una anormalidad en la integridad de la pared abdominal en el área inguinal que aparece
durante la evolución del hombre
1,2
.
Esta entidad presenta una alta incidencia y por lo tanto es un problema de salud pública con
importantes implicancias sociales y laborales. Se reconoce que la prevalencia de la hernioplastia es
del orden de 280/100 000 habitantes en Estados Unidos, siendo un 70 % de ellas inguinales. En Chile,
se estimó una prevalencia nacional de 136/100.000 habitantes donde dependiendo de la experiencia
del cirujano y el tipo de reparación, la tasa de recidiva varía entre el 0,5-10 %
1,2
.
La tasa de infección quirúrgica en una herida limpia como la de la hernia inguinal constituye un
parámetro que permite medir la calidad en un servicio quirúrgico. Hasta ahora, ha sido imposible
eliminar absolutamente este evento, el cual depende de factores aportados por el paciente
(enfermedades asociadas) y factores del equipo de salud (calidad de la técnica quirúrgica). La
infección de la herida por cirugía (IHC) prolonga la estadía hospitalaria, incrementa la tasa de
reingresos, eleva los costos y genera retardo en el reintegro laboral
1,2
.
En la actualidad, se considera aceptable una tasa menor al 2 % para una herida clasificada como
“limpia”. Dado que en este tipo de intervenciones la hospitalización se ha acortado a 24 horas o se
realiza en forma ambulatoria, es fundamental prolongar la vigilancia en el período postoperatorio
ambulatorio para conocer la real incidencia de IHC
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.
En Cuba se informa que las infecciones nosocomiales representan en el país una tasa de 2 a 3 % y
las del sitio quirúrgico de 18,5 %, para ser la tercera causa de sepsis intrahospitalaria
4
. En la unidad
de cuidados intensivos del Hospital Provincial "Dr. Gustavo Aldereguía" de Cienfuegos, se informó
de una tasa de infecciones nosocomiales de 5,2 a 10,8 % y la infección del sitio operatorio ocupó el
tercer lugar con un 11,6 %
5
. En otro estudio de 14 años, realizado en el Hospital "Hermanos
Ameijeiras" de La Habana, la tasa de infecciones nosocomiales fue de 2,7 %; y del total de infecciones
comunicadas el 65 % correspondían a servicios quirúrgicos, con la infección de la herida en segundo
lugar para un 27 %
6
.
En el Hospital Provincial Docente "Saturnino Lora" de Santiago de Cuba, durante 2003 a 2007, la
tasa global de infecciones nosocomiales osciló entre 3 y 5,2 % y en heridas quirúrgicas consideradas
limpias alcanzó valores extremos de 1,9 a 3,1 %. En 2008 se registró en este mismo centro asistencial
que, para esa fecha, se infectaron 103 pacientes después de la operación, para una tasa global de 4,1
% del total de intervenciones realizadas
4
.
Por otra parte, la infección postquirúrgica puede ser favorecida por múltiples factores, siendo la
contaminación bacteriana la condición indispensable para su aparición, aunque vale destacar que está
presente en casi la totalidad de las operaciones en mayor o menor grado, por lo que, otros factores
deben considerarse también como coadyuvantes para su aparición. Así, no ha podido precisarse aún
con exactitud si la contaminación ocurre durante la intervención, ya que las bacterias pueden llegar
al paciente en el período postoperatorio; sin embargo, puede ser clasificada durante el acto quirúrgico
según su grado, el tipo de cirugía, y las condiciones bajo las cuales se efectuó la intervención
5
.
Algunos autores coinciden en que la gran mayoría de las infecciones postoperatorias, luego de las
intervenciones clasificadas como limpias, se deben a la contaminación en el propio acto quirúrgico.
Sobre todo, porque desde la aparición de los antibióticos se pensó que las sepsis postquirúrgicas
podían ser solucionadas con el empleo de estos, sin tener en cuenta que la aplicación de
antimicrobianos no es totalmente efectiva, y que su uso en forma indiscriminada puede provocar, a
veces, consecuencias biológicas de extrema gravedad, y cuya patogenia en ocasiones está dada por
fenómenos de sensibilización con intolerancia local o general; además, puede depender de la
toxicidad propia del medicamento, sin restarle importancia a la presencia de cepas resistentes a la
acción antibiótica, así como fenómenos de disbacteriosis, entre otros
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