
Efecto de la capacitación sobre autocuidado de niños y adolescentes con DM1 en el conocimiento del personal de enfermería
Chávez, González, Zayas, Araujo, Rodríguez, Jordán
32 Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador
Introducción
La diabetes mellitus (DM) engloba un grupo de enfermedades metabólicas caracterizadas por
hiperglucemia crónica debida a un defecto en la secreción y/o en la acción de la insulina. Esta
hiperglucemia mantenida en el tiempo se asocia a complicaciones micro y macrovasculares. En la
diabetes mellitus tipo 1 (DM1) existe un déficit total en la secreción de insulina debido a un
mecanismo autoinmune contra las células beta del páncreas
1
.
La DM1 es una de las enfermedades no trasmisibles más frecuentes de la edad pediátrica y supone
el 5-10 % de todos los tipos de diabetes a nivel mundial
2
. Sigue siendo el tipo más frecuente en la
infancia
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. Cuba no escapa de esta situación con un aumento en la tasa de prevalencia en las edades
infantiles en los últimos años siendo en el año 2020 de 8,0 por 1000 habitantes según refleja el anuario
estadístico
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. Esta patología precisa de cuidados continuos, accesibles, integrales, de calidad, eficaces
y a un costo razonable durante toda la vida.
Dentro de estos cuidados se encuentran como pilares fundamentales los aspectos nutricionales y la
administración de la insulina entre otros. Los mismos son reforzados mediante la educación
terapéutica (ET) y requiere de la participación del equipo multidisciplinario compuesto por médicos,
enfermeras y nutricionistas con conocimientos en diabetes, donde el personal de enfermería juega un
rol importante cuando brinda los cuidados necesarios al paciente durante la hospitalización, tanto al
debut como en los ingresos por las descompensaciones y chequeos médicos planificados, ya que es
el que permanece las 24 horas al lado del paciente.
La ET es esencial en el manejo de la diabetes donde se implica al paciente y a los familiares con el
objetivo de adquirir conocimientos y habilidades para modificar hábitos y actitudes con el fin de
mejorar el control metabólico, la calidad de vida y prevenir complicaciones agudas y sobre todo
crónicas. La ET es clave para alcanzar un óptimo autocuidado. Para lograr este objetivo se hace
necesario que el personal de enfermería se encuentre capacitado.
Diversos estudios abordan la importancia de la capacitación como principal premisa para el
desarrollo de competencias en el profesional de enfermería. En este sentido Cadena
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define la
capacitación como un proceso activo y permanente, que consiste en adquirir, mantener, renovar,
reforzar, actualizar e incrementar conocimientos, destrezas y actitudes que le permiten al personal de
enfermería enfrentar, resolver y contribuir a la mejora de los problemas de salud. Según Puntunet
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es
un proceso de enseñanza-aprendizaje que facilita el desarrollo de conocimientos, habilidades y
destrezas de trabajo sobre una unidad de competencia laboral.
Se precisa que el personal de enfermería debe contar con los conocimientos y formación específica
para cuidar los pacientes con DM1 y enseñar a los familiares, sobre todo lo referente a la
alimentación
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y la administración de insulina. Estos esperan y deben recibir un cuidado de enfermería
de calidad, que incluya una educación que les permita realizar las acciones de autocuidado apropiados
para el manejo de esta enfermedad de manera que se mantenga al menor nivel posible la probabilidad
de desarrollar secuelas y daños en órganos diana
8
. A pesar de que reconocen la diabetes como un
problema de gran magnitud, las investigaciones señalan que la formación de enfermeros debe ser
ampliada y profundizada con el objetivo de ofrecer el mejor cuidado posible al paciente diabético y
sus familiares
9,10
.
La Resolución n.° 17 del Ministerio de Salud Pública
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plantea que la política de capacitación de
los recursos humanos en el Sistema Nacional de Salud, reviste cada vez mayor importancia formando
parte de la gestión integrada del capital humano, en aras del mejoramiento de las competencias
laborales de los trabajadores, de su desempeño laboral superior y del mejoramiento de la calidad de
los servicios de las instituciones de salud con la consecuente satisfacción de la población.
Los cursos o entrenamientos permiten la apropiación de un grupo de competencias laborales que
no se adquieren en los procesos de formación en los sistemas educativos generales y que
invariablemente deben ser asumidas por el mundo laboral, mediante programas de capacitación
previstos por los servicios y unidades encargadas del perfeccionamiento posgradual
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.