Revista de Ciencias de la
Salud
salud. Entre las ideas fundamentales de la TRA se encuentra el principio de reflexividad, el cual
consiste en la necesaria noción individual, colectiva y social de auto-valoración de la propia
actividad de los investigadores para, sistemáticamente, atender los impactos o valor social de sus
proyectos de investigación (aspectos positivos y negativos), de manera que no impongan
enfoques, criterios, gustos y preferencias a la población, sino por el contrario, propicien o faciliten
la participación creativa de ellos en el cuidado de su salud, en función de sus necesidades,
motivaciones, intereses y expectativas. Es decir, ser reflexivo significa que los investigadores se
autoevalúen y desarrollen una cultura de autocrítica como autoconsciencia de la necesidad del
perfeccionamiento sistemático de su trabajo, a partir de la realimentación permanente con la
población, entre otros.
La TRA concibe la formación de redes-rizomas de todos los actores con alta implicación ética, lo
que significa no solo asumir el compromiso sino apasionarse e involucrarse en el proyecto de
investigación como proyecto de vida, con alto grado de comunicación y participación mediante las
redes académicas y sociales. Esta teoría consta de cuatro fases a) problematización b)
interesamiento c) enrolamiento d) movilización.
Especial significado teórico-metodológico para la gestión de proyectos tienen las siguientes ideas
y principios de la Teoría de Red de Actores:
-El conocimiento es socialmente constituido, en tanto la gestión de proyectos es un acto creativo
de construcción colectiva desde la concepción del proyecto, pasando por el trabajo cooperado del
grupo de investigaciones, así como por los consejos científicos y de dirección, en los cuales se
perfecciona y aprueba definitivamente.
-Es ineludible el estudio sociológico empírico de las interioridades de la actividad de los expertos y
de la ciudadanía en el entorno social, porque la actividad de los investigadores y sus
colaboradores debe ser sistemáticamente monitoreada y actualizada de su desempeño y
particularidades psicológicas, sociológicas, éticas, políticas, entre otras.
-Para conocer los verdaderos objetivos, intereses e intenciones de todos los actores, se precisa
estudiar la dinámica de las redes (rizomas) de actantes, es decir, se precisa en el contexto
científico elevar la participación de los públicos en todas las fases de la gestión del proyecto, a
partir de la labor paciente y sistemática de los investigadores en las comunidades (ciudadanía)
para dinamizar y facilitar la participación de expertos, especialistas y público en general.
-El carácter dinámico, interdependiente y auto-constructivo de las estructuras científicas, sociales
y comunitarias (formas internas y externas de organización social), permite que las propias
entidades, agentes y actores se autoorganicen de manera inédita en función de la prestación de
un servicio socio-educativo de excelencia, a tono con las necesidades, motivaciones, intereses y
expectativas de salud de la población.
Con la aplicación sistemática de la TRA se mejora el proceso de enseñanza-aprendizaje, pues se
fomenta un espíritu y trabajo eficiente en equipo, en el que se logra alta empatía psicológica y
comunicacional (inteligencia emocional), así como cooperación, complementariedad, confianza
mutua, diálogo, discusión, debate y conversación
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creativa mediante el uso de los estilos de
pensamiento
16,17
así como del pensamiento divergente
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que utiliza diferentes enfoques y
aprovecha las inteligencias múltiples de todos los protagonistas
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.
Es necesario revisar, discutir y llegar a consenso sobre las propias interpretaciones de los
intereses y fines de los investigadores y de la población, es decir, se debe prestar especial
atención a las controversias y conflictos dentro y fuera del sistema sanitario, como vía para lograr
acuerdos entre todos los protagonistas del proceso de investigación.
Qhalikay. Revista de Ciencias de la Salud 3 (2017) 133-149
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