Revista de Ciencias de la
Salud
hasta el logro del consenso, así como el papel de la actividad lúdica para el placer y la creatividad
colectiva.
Hoy en la academia cubana existe ya cierto consenso en la necesidad de asumir concepciones
más integradoras o sistémicas en las que confluyan métodos y técnicas renovados, que
incorporen más los valores y principios de las ciencias sociales junto con los razonamientos y
actuaciones políticas hacia una comprensión también nueva de la salud pública y de la medicina
social. Además, en Latinoamérica otros autores destacan la necesidad de impulsar una educación
ambiental transversal, que sustituya al tipo de educación fragmentaria que actualmente rige el
conocimiento en este sector, basada en una división entre las disciplinas naturales por un lado y
las ciencias sociales por el otro
23, 24
.
Es de destacar que desde la perspectiva transdisciplinaria se concibe el aprendizaje como un
proceso dialéctico de interrelación sujeto-objeto-sujeto (omnijetividad) en el proceso de
investigación en la que se asume, con espíritu crítico-constructivo, la premisa de la trans-
referencialidad epistemológica que se nutre de los diversos antecedentes y referentes teóricos,
promueve el diálogo, articulación e integración de paradigmas complementarios, pues presupone
su naturaleza compleja, que solo puede ser investigada desde los enfoques y perspectiva que
proporcionan todos los saberes y formas de la cultura
25-29
.
En concreto, este esencial principio transdisciplinario incita a asumir una reflexión lógico-dialéctica
que aprovecha las contribuciones de todos los enfoques posibles de todas las disciplinas
científicas que están vinculadas directa o indirectamente al objeto de investigación. Ello supone ya
utilizar y enriquece el arsenal terminológico transdisciplinario necesario en función de la
naturaleza compleja tanto del objeto como del campo.
En conclusión, se puede afirmar que el desarrollo humano sustentable puede abordarse desde
diferentes disciplinas, pero ninguna por sí sola podrá responder a sus principales problemas,
siendo muy poco lo que aportan los equipos multidisciplinarios si los expertos de cada disciplina
ofrecen sólo una visión técnica de su especialidad, sin articular el conocimiento con las demás
30
.
II.
La actividad en el proceso educativo para la formación de recursos humanos en las
investigaciones de la salud pública.
Las actividades educativas deben realizarse para aprender a desarrollar las capacidades
creativas e intelectuales, a adaptarse a los cambios (especialmente los tecnológicos), de alcanzar
autonomía y gran capacidad de relacionarse con los demás. Los métodos son participativos, el
constructivismo, aprendizaje desarrollador, las motivaciones en el trabajo cooperativo, que se
pueden potenciar con la educación en el trabajo propuesta en el programa establecido.
Las actividades para el aprendizaje deben contar con métodos participativos con alto grado de
comunicación, dirigida a superar déficits de formación y a integrar disciplinas, deben ser flexibles,
dinámicas, encaminadas a diferentes actores, estudiantes, técnicos profesionales, directivos y
población, dirigidas a la integración de equipos de investigadores que aprendan como los
elementos se interconectan más que a aprender de fragmentos con el análisis tradicional
31
.
Las actividades educativas e investigativas se han enfocado usualmente en aumentar los
conocimientos, habilidades y actitudes. En el mundo complejo actual, sin embargo, también se
necesita educar para incrementar la capacidad de adaptarse a los cambios, de generar nuevos
conocimientos y de mejorar de manera sistemática el desempeño, el cual se perfecciona con la
realimentación de la información y con arreglo a la dinámica compleja de los contextos
desconocidos, los cuales exigen, cada vez más, la utilización de nuevos métodos no lineales.
Qhalikay. Revista de Ciencias de la Salud 3 (2017) 133-149
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