Salud mental, psicológica y emocional en la pandemia del COVID-19
Bombón
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Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador
¿Normalidad?, si la nueva regularidad, que por más difícil e incómoda que parezca, hoy por hoy
es una nueva alternativa de vida, a la cual paulatinamente nos deberíamos acostumbrar, ya que la
misma vislumbra un escenario atípico, diferente, extraño e inclusive ortodoxo a las múltiples
restricciones adoptadas por los gobiernos de turno y adaptadas a la convivencia diaria de nuestra
sociedad.
Impacto psicosocial de la pandemia del COVID-19
La ineludible atención en la transmisión y repercusiones físicas del coronavirus en el mundo;
probablemente pueden minimizar el interés público sobre las consecuencias psicosociales que se
están presentando en las personas contagiadas por el brote y sus familias
8
.
La pandemia del COVID-19 afectó a todos los sectores de la sociedad, en particular a las
organizaciones y como consecuencia a sus trabajadores, en especial aquellos relacionados con el
sector sanitario, ya que por los diversos cambios en el ámbito laboral como: disminución de las
nóminas, amplios horarios de trabajo y masificación de los centros de salud y hospitales, se
encuentran expuestos de forma directa al COVID-19 y son más propensos a una afectación en su
salud física, emocional y mental
23,24
. Este grupo poblacional, tiene más riesgo, debido a que las
actividades realizadas, han conllevado a que se enfrenten a situaciones complejas y estresantes, que
ponen a prueba y retan los mecanismos de regulación emocional y capacidad de adaptación a la vida
cotidiana
25
.
En este contexto, la pandemia del COVID-19 plantea retos y desafíos en el ámbito laboral,
caracterizados por una “nueva realidad”, con medidas de aislamiento o confinamiento social y
presencia de nuevas cepas que persisten a pesar de los esfuerzos de vacunación, pues indudablemente
esta es y será una época llena de incertidumbre e inestabilidad, concernientes a una inédita
normalidad
26
.
El impacto psicológico que está produciendo esta enfermedad, especialmente en las poblaciones
mencionadas anteriormente, aumentan en la medida en que se va alargando el tiempo de
confinamiento y aislamiento, por lo que sería interesante analizar también el proceso que está en
evolución
19
.
En este contexto, son múltiples los efectos psicosociales que puede experimentar una población
expuesta a una pandemia, los datos de investigaciones advierten la prevalencia de ansiedad,
depresión, estrés e insomnio
8,19
. También pueden experimentar emociones intensas y reacciones
comportamentales, además de miedo, aburrimiento, soledad, rabia; especialmente prevalentes en
pacientes en cuarentena, en quienes el estrés psicológico tiende a ser mayor
8,26
.
En ausencia de comunicación interpersonal, es más probable que los trastornos depresivos y
ansiosos ocurran o empeoren. Por otro lado, hay que tener en cuenta, que la cuarentena reduce la
disponibilidad de intervenciones psicosociales oportunas y de asesoramiento psicoterapéutico de
rutina
27,28
.
Por lo tanto, la salud mental, psicológica y emocional en tiempos del COVID-19, son aspectos
indispensables y trascendentales a tratar; pues indiscutiblemente con el pasar del tiempo, se deberán
plantear y ejecutar eficientes estrategias sanitarias, que ayuden afrontar la pandemia y a mitigar las
consecuencias y secuelas provocadas por la propia enfermedad o por las alteraciones secundarias al
confinamiento, la falta de empleo, la afectación económica, el miedo, la depresión, la ansiedad, la
muerte y el luto por perder a un familiar, pues estas, son difíciles de predecir con exactitud y por lo
tanto, es muy complicado poder estimar, todas las repercusiones que pudiesen ocasionar
10,29,30
. Desde
esta perspectiva, las organizaciones deben centrar esfuerzos en identificar, prevenir e intervenir los
factores psicosociales que agudizan los riesgos en el ámbito laboral, aún más los factores asociados
al teletrabajo, al confinamiento y a la exposición del virus
31
.