Coinfección entre SARS-COV-2 y dengue en pacientes de Jipijapa de marzo a diciembre del 2020
Acosta, Donate
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Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador
Introducción
Los casos de coinfección por SARS-CoV-2 y el virus del dengue fueron en aumento en las regiones
endémicas de dengue a medida que la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) se propagó por
todo el mundo. El riesgo de comorbilidad en los casos de coinfección es mayor que el de una sola
infección viral, lo que es motivo de preocupación
1
. Aunque las fisiopatologías de las dos infecciones
son diferentes, los virus tienen efectos comparables dentro del cuerpo, lo que resulta en síntomas
clínicos idénticos en el caso de la coinfección, aumentando la complejidad. Los síntomas
superpuestos y las características de laboratorio hacen que la diferenciación adecuada de las
infecciones sea importante. Esta diferenciación solo se logra con biomarcadores específicos, que
brindan resultados precisos que se pueden utilizar para diagnosticar y tratar, ya sea COVID-19,
dengue o una coinfección
2
.
La mayoría de las personas infectadas con SARS-CoV-2 y DENV son asintomáticas o presentan
síntomas inespecíficos parecidos a los de la gripe, como fiebre, dolor de cabeza, fatiga y tos seca
3
.
Sin embargo, las condiciones clínicas pueden progresar rápidamente a neumonía grave e incluso
llegar a la muerte; principalmente en pacientes que presentan comorbilidades, como obesidad,
diabetes mellitus tipo 2 y enfermedades cardiovasculares
4
.
El impacto de esta enfermedad en el mundo ha sido asombroso, tanto desde la perspectiva de la
salud pública, como de la economía
5,6,7
. Un escenario siniestro se vivió en América del Sur,
especialmente en Brasil, Ecuador, Argentina, Chile y Perú, que reportaron el mayor número de casos
de COVID-19 en la región
8
. Además, la situación pandémica se agravó por factores
socioeconómicos
9,10
y de salud, como otras epidemias en curso como el dengue. De hecho, la
coinfección por COVID-19/dengue se ha informado en países endémicos e incluso en países no
endémicos
11,12,13
.
Por su parte, el dengue es una enfermedad endémica sostenida por vectores y su transmisión es
continua en varias áreas tropicales alrededor del mundo
14
. Es así que, la pandemia de COVID-19 trajo
incertidumbre adicional a los países que ya tenían que hacer frente a las endemias de dengue
15,16
. La
circulación de ambos virus representó un importante reto en el diagnóstico, debido a la superposición
de síntomas entre la fiebre del dengue y COVID-19
17
. Se ha informado el diagnóstico erróneo de
COVID-19 como dengue, incluso después del uso de pruebas inmunocromatográficas (pruebas
rápidas) de dengue, aunque estos resultados deben ser confirmados con pruebas diagnósticas
estándares (PCR, ELISA NS1 o ELISA IgM/IgG). Las consecuencias del diagnóstico erróneo de
COVID-19 y dengue son relevantes y puede incluir un manejo ineficaz del paciente, lo que
posiblemente lleve a una muerte prevenible, así como estrategias de prevención fallidas, incluido el
aislamiento rápido (en el caso de COVID-19) y vector control (en el caso del dengue)
18
.
A pesar de que su tratamiento es diferenciado, se vuelve más complicado en circunstancias de
coinfección. Como resultado, independientemente de la infección a la que apunte el primer síntoma,
el diagnóstico de confirmación, tanto de COVID-19, como de dengue, debería ser obligatorio,
particularmente en las regiones endémicas de dengue, para evitar el deterioro de la salud en las
personas tratadas por una sola infección
19
.
Tanto la COVID-19 como el dengue, tienen ciertos biomarcadores que actúan como parámetros
medibles para indicar el proceso y el progreso de patogénesis y los resultados de las intervenciones
terapéuticas. Algunos de estos biomarcadores son compartidos por ambas infecciones virales
20
. En el
caso de la COVID-19, el aumento en los niveles de IL-6 es más dramático, mientras que, para el
dengue, el aumento en la concentración de IL-10 es más prominente
21
. Alternativamente, los
biomarcadores contrastantes para las dos enfermedades incluyen, mayor aumento de leucocitos y
recuento de neutrófilos en la infección por COVID-19 en comparación con una disminución en
dengue; recuento alto de plaquetas en COVID-19 versus el recuento bajo de plaquetas en dengue; así
como, una alta proporción de la relación neutrófilos - linfocitos en COVID-19 con respecto a niveles
inferiores a los normales en caso de dengue
22,23
.