La preparación de una comunidad ante un posible desastre incluye
acciones orientadas a reducir los daños personales, materiales y
ambientales, las organizativas sirven para determinar el potencial humano
y clasificarlo de acuerdo con sus capacidades y limitaciones físicas,
elaborar un programa de capacitación comunitaria para la prevención de
riesgos (Jácome, 2013).
En educación son pocos los educadores que se preocupan por
socializar estrategias o tips de prevención sísmica con los estudiantes,
como qué hacer antes, durante y después de un sismo, asunto que se lo
toma con más rigurosidad cuando la población ha enfrentado ya una
catástrofe que ha marcado sus vidas y sus territorios. Surge la motivación
necesaria para impulsar una cultura de prevención ante los eventos
sísmicos en niños, jóvenes, adultos, personas con discapacidad visual y
otras.
Se sugiere que ante el peligro de un terremoto hay que elaborar un
plan de contingencia en las instituciones educativas, en la familia, en el
vecindario, que permita precisar las acciones a realizar. Así estudiantes,
integrantes de la familia o vecinos de la comunidad, sabrán qué hacer, y
tendrán un lugar seguro o punto de encuentro al que acudirán.
Orientaciones como tener preparado un botiquín de primeros auxilios,
comida enlatada, destapador de latas, agua potable, radio, linterna, pilas y
un pito para enviar señales de auxilio. Ubicar visualmente, las salidas más
seguras para el escape, y de ser posible señalarlas, reubicar los objetos
pesados que puedan caer como: computadoras, lámparas, bibliotecas,
cuadros, ventiladores, televisores, y para un rápido desalojo debe saber
dónde están colocadas las llaves de la puerta de salida.
Se recomienda por las instituciones responsables de asesorar ante la
ocurrencia de estos fenómenos que, durante el terremoto si se está bajo
techo es necesario protegerse al lado de una mesa, escritorio, pupitre o
cama resistente. Si no hay muebles, se puede ubicar debajo de una viga, al
lado de una columna o en una esquina de la edificación en posición fetal,
los últimos estudios recomiendan colocarse al lado no debajo, formando
un espacio vacío, es recomendable retirarse de ventanas, espejos o puertas
de vidrios, techos. Mantener la calma, no correr para alcanzar la salida y
no salir por donde se están produciendo desprendimientos.
Al finalizar el sismo, se recomienda desalojar con prontitud y en orden
a las personas de las escuelas y/o universidades, casas, o lugares de
trabajo, no usar ascensores, no caminar descalzo, tener a mano una radio
para escuchar las recomendaciones de autoridades, en caso de quedar
atrapado se debe mantener la calma, pedir ayuda en voz alta y utilizar el
pito, no debe pasar desapercibida la presencia de sismos secundarios
conocidos como réplicas que suelen presentarse.
Todas las recomendaciones anteriormente descritas, así como hacer
conciencia de que la prevención sísmica es responsabilidad de todos, es
motivación suficiente para estar listos y preparados para actuar ante una
emergencia sísmica, teniendo presente que es mejor tomar las medidas
necesarias antes de que ocurra el terremoto para que los daños sean menos
destructivos.
Con estos antecedentes es importante que escuelas, colegios y
universidades preparen un plan de emergencia para afrontar sismos y otros
desastres naturales, el mismo que debe contener información para el
manejo de emergencia, primeros auxilios, asignación de roles y funciones,
así como se hace necesario el establecimiento de rutas, salidas de
emergencia, puntos de encuentro, todo debidamente señalizado y que se
incluya en el currículo escolar (UNICEF, 2014).
Según el Dr. José Matos Pacheco, las personas no están preparadas
para responder correctamente ante una emergencia, por ejemplo, si
ocurriera un sismo, es decir prever los acontecimientos y saber qué hacer
ante una situación como esta. Es importante fomentar la educación
preventiva puesto que se puede evitar muchos accidentes e incluso salvar
la vida (Arriola, 2009).
1.1. Actitud de los docentes ante un terremoto
Los terremotos causan en la población un gran impacto que deja a los
seres humanos sensibles y vulnerables cuando han sido afectados,
físicamente, materialmente, con alteraciones psicológicas, afectivas y del
comportamiento, además de las manifestaciones como apatía, pánico y
resignación que son evidencias claras de afectación psicológica.
Estas son razones que demuestran que la comunidad debe estar
preparada para saber cómo actuar, el docente como líder educativo y
comunitario debe manejar estrategias que ayuden de la mejor forma
posible a asumir el antes, durante y después de un terremoto y más aún
saber cómo manejar la intervención psicosocial una vez controlada la
emergencia.
En definitiva, docentes y estudiantes deben elaborar propuestas
referentes al problema planteado, lo cual amerita realizar revisiones,
consultas, trabajos de campo, y otros aspectos que ayuden a elaborar
estrategias, para mitigar al mínimo los riesgos de desastres y las
consecuentes afectaciones psicológicas derivadas de la ocurrencia de un
evento sísmico como el miedo, confusión, bloqueo, aturdimiento,
angustia, sensación de impotencia. y otras donde los docentes en conjunto
con la comunidad educativa puedan ser los principales elementos de la
investigación.
Deben evaluarse los posibles riesgos que puedan existir en la casa y en
la institución educativa, sugiriendo tomar las debidas precauciones, se
recomienda hacer simulacros con la familia, y con los estudiantes.
Este tipo de fenómeno afecta a toda la sociedad, a sus bienes y al
entorno ecológico, transformando una situación normal en una de
emergencia. Por esta razón, la creación de estrategias de prevención en
situaciones por los miembros de la comunidad, de la familia, de la entidad
educativa deben realizarla considerando el antes, durante y después de que
se presente una situación de desastre. Estas estrategias de prevención
requieren que quienes participan en él lo hagan de manera coordinada y
con un sentido de unión. De ahí la importancia de conocer cómo es el
modo de actuar de las personas en un territorio, para conocer el nivel de
preparación existente y las acciones que se deben poner en marcha.
El objetivo principal de este estudio fue investigar los conocimientos y
actitudes demostrados por los docentes universitarios de la Universidad
Técnica de Manabí frente al terremoto del 16 de abril del 2016, si están
preparados para prevenir, tratar y socializar con los estudiantes la