1. Introducción
Gestionar el capital humano se ha convertido en una ventaja
competitiva y en un factor crítico para el éxito de la empresa en el entorno
actual. El enfoque estratégico de su gestión y su utilización como proceso
decisivo en la gestión organizacional se ha transformado en una demanda
del entorno (Albert, Fernández & Armenteros, 2010, p.17).
En la literatura especializada se pueden encontrar un gran número de
autores que a través de diferentes enfoques, modelos y procedimientos,
colocan como centro de atención de la gestión de los recursos humanos el
enfoque por competencias (Benítez, 2012; Besseyre, 1999; Cuesta, 2005;
Chiavenato, 2004; Harper & Lynch, 1992; Morales, 2006; Puchol, 1997;
Sánchez, 2007; Soltura, 2009; Pérez, 2013; Tobón, Prieto & Fraile, 2010;
Werther & Davis, 1991; Yániz & Villardón, 2008; Zayas, 2002). Resultan
peculiares los enfoques cubanos de Morales (2006) y la Norma Cubana
NC 3002:2007 la cual es utilizada como concepto básico en el sistema de
gestión de capital humano del sistema de dirección y gestión empresarial
estatal cubano (Consejo de ministros (CM), 2007).
Dado el papel del directivo como segmento estratégico de los recursos
humanos en las organizaciones se fundamenta la necesidad de estudiar de
forma particular las competencias en los directivos, aspecto que se destaca
en los trabajos de Armenteros (2007); Boyatzis (1982); Cardona &
Chinchilla (1999); Cuesta (2005); Escalona (2013); Fuentes (2010),
Hammet & Prahalad (1995); Rodrigo (2012) y Soltura (2009).
En Cuba, el marco legal sobre el sistema de trabajo de los cuadros del
Estado y el Gobierno (STCE) es regulado a través de los Decretos–Ley
No.196 y 197 del Consejo de Estado cubano, el Código de Ética de los
Cuadros del año 1997 y otros cuerpos legales y normativos.
En julio de 2010 el STCE (en ocasiones para hacer referencia a este,
se utilizará el término “sistema de gestión de los directivos”), fue
sometido a una significativa transformación de varios conceptos y al
perfeccionamiento de los procesos que lo integran. Se destacan la
metodología para la evaluación de los cuadros y la aprobación de la IV
edición de la Estrategia Nacional de Preparación y Superación de los
Cuadros del Estado y del Gobierno y sus Reservas. En esta última se
establece como una de las condiciones o exigencias por los órganos
estatales, organismos de la administración central del Estado (OACE),
entidades nacionales y Consejos de Administración del Poder Popular, la
determinación de los perfiles de competencias de cada cargo y del
contenido de los programas de estudio según la categorización del cuadro,
así como la aprobación por los niveles correspondientes (Consejo de
Estado, 2010).
De ahí, que las organizaciones cubanas requieran cada vez y con
mayor urgencia de directivos con habilidades y competencias adecuadas
para que su actuación y conducción de los trabajadores y grupos estén
centrados en el cumplimiento de los objetivos estratégicos de la
organización.
El foco indagatorio de esta investigación reside en: ¿cómo mejorar el
enfoque por competencias en el sistema de trabajo de los directivos en las
empresas estatales cubanas?, su objetivo general es formular un
procedimiento para la gestión de las competencias que contribuya a un
desempeño superior de los directivos y con ello a la mejora de los
resultados en empresas del territorio holguinero.
2. Materiales y Métodos
Para contribuir al logro del objetivo se elaboró un procedimiento para
la gestión de las competencias directivas en las organizaciones
(PROGCD) que integra momentos importantes de la actual metodología
para la evaluación de los cuadros del Estado y el Gobierno cubano y la
identificación de indicadores complementarios con los criterios de
desempeño ajustado al contexto de las entidades. El procedimiento cuenta
con tres (3) fases y doce (12) actividades, que se describen a continuación:
Fase I. Análisis de las competencias en la gestión de los directivos y
creación de las condiciones para el estudio en la organización
La fase I tiene los objetivos de: establecer las condiciones
organizativas necesarias que contribuirán a la solución del problema,
determinar el grado alcanzado en la implementación de las competencias
directivas desde que las mismas fueron identificadas o formuladas hasta el
momento del estudio, así como identificar las causas de la insuficiente
implementación de las competencias directivas en la organización. Las
actividades que se llevarán a cabo en esta fase son:
Actividad 1. Conformación y preparación del grupo de trabajo
Entre las acciones a desarrollar en esta actividad se destacan:
reclutamiento inicial de un grupo de expertos de la entidad, selección y
preparación del grupo de trabajo para contribuir a la solución del
problema y la creación del comité de decisión.
Actividad 2. Análisis del grado de implementación de las
competencias directivas en la organización
El grupo de trabajo deberá evidenciar el estado de implementación de
las competencias directivas en la organización desde su formulación hasta
el momento del estudio.
Actividad 3. Análisis e identificación de las causas de la insuficiente
implementación de las competencias directivas en la organización
El grupo de trabajo deberá mostrar un diagnóstico de las causas de la
insuficiente implementación de las competencias directivas en la
organización.
Entre las principales salidas (resultados) que deberá propiciar esta fase
las que a su vez se convierten en las entradas de la próxima fase se
identifican: creación del grupo de trabajo para el perfeccionamiento de las
competencias directivas, establecimiento de un diagnóstico que evidencie
el grado y las causas de la insuficiente implementación de las
competencias directivas en la organización.
Fase II. Validación y rediseño de las competencias directivas y de los
indicadores para su medición
El objetivo de esta fase es: validar las competencias directivas
vigentes en la organización y reformular otras que resultan necesarias para
el desempeño de la empresa/organización, el establecimiento de los
indicadores y el nivel de desempeño o pautas de comportamiento
requerido para cada competencia lo que posibilitará la confección de los
perfiles de competencias de los cargos directivos. En esta fase se
considera necesario realizar las actividades siguientes: