1. Introducción
El potencial turístico que tiene Angola para su desarrollo es relevante
por las riquezas naturales y culturales que tiene el país, destacándose
particularmente la provincia de Huambo, objeto de estudio del presente
trabajo, dado por el hecho que sus riquezas pueden ponerse a disposición
del desarrollo turístico, constituyendo así una fuente de ingresos más para
el país y para sus habitantes. Su diversidad natural y cultural puede ser un
destino turístico predilecto para nacionales y extranjeros, y convertirse en
un sector estratégico para el desarrollo de la provincia.
De acuerdo con Ramírez (2015), el potencial turístico de una región
depende de la evaluación que se realiza sobre los recursos, así como del
nivel de estructuración de sus atractivos en productos.
De acuerdo con Ramírez (2015) citado por el Servicio Nacional de
Turismo SERNTUR (2000), el potencial turístico lo determina la forma
en que la oferta de productos y servicios turísticos de una localidad se
adapta para satisfacer las necesidades actuales de esparcimiento y
recreación de los turistas nacionales e internacionales; para identificar el
potencial turístico de un territorio, es necesario realizar un inventario de
los recursos con los que cuenta una zona determinada, a fin de conocer
sus características. Por tanto, se puede afirmar que, la evaluación de las
potencialidades debe estar en función de la satisfacción de los clientes, de
acuerdo con los recursos con que se cuenta.
Según Almeida (2009) la evaluación del potencial turístico considera
aspectos importantes para la oferta turística que se pueden dividir en
factores naturales, socioeconómicos y culturales, tales como:
Factores naturales: situación geográfica, tamaño del territorio,
condiciones climáticas, situación hidráulica, paisajes, fauna y flora.
Factores socioeconómicos: estructura económica, estructura
sociodemográfica (distribución de edad, emigración, distribución
socioprofesional, etc.) y estructura político-administrativa.
Factores culturales: historia, costumbres/productos artesanales
locales, configuración de los lugares, monumentos y curiosidades, lugares
para visitar, visitas guiadas, atracciones y manifestaciones culturales.
En la evaluación se debe tener en cuenta además la infraestructura, los
servicios y las ofertas diversas, tales como:
Infraestructuras y servicios disponibles: equipamientos (agua, gas,
electricidad, tratamiento de residuos, etc.), transporte (red de carreteras,
red ferroviaria, transporte público, etc.), servicios de comercio y de salud.
Oferta de alojamiento: capacidad total, distribución de la oferta de
alojamiento de camas y tipos de alojamiento, calidad y precios, etc.
Oferta de restauración: capacidad total, distribución local de los
restaurantes, calidad y precios.
No obstante, cuando se realiza un inventario del potencial turístico de
una localidad o territorio, es necesario, no solo enfocarse en las tendencias
que esperan los turistas, sino también establecer un contacto más cercano
con las tradiciones, con las personas y con la cultura de una zona
determinada. Como, por ejemplo, las fiestas típicas de la región, las de fin
de año (Navidad y Año Nuevo), los visitantes internacionales, sobre todo,
aprecian mucho observar de cerca la vida campesina en la propia
localidad, estar en contacto con las poblaciones rurales, consumir frutos
frescos directamente de los árboles, con el disfrute del ambiente natural.
Como tal, Ramírez (2015), afirma que toda la zona que considere
desarrollar o ampliar el turismo, debe evaluar cuidadosamente sus
recursos turísticos. Entre estos figuran todos los tipos de atracciones y
actividades actuales o posibles relacionados con el medio ambiente
natural, el patrimonio cultural y los rasgos específicos de una zona, como
actividades económicas, sitios urbanos, entornos rurales, servicios de
salud, lugares religiosos, instalaciones y lugares turísticos ya en
funcionamiento, infraestructuras de transporte y disponibilidad de mano
de obra calificada.
Según Dely (2015), los espacios rurales, donde se albergan valores
etnológicos con patrimonio cultural, deben considerarse como un valor
añadido, ya que satisfacen en la misma medida las expectativas de los
visitantes.
Cruz (2010) afirma que la atracción turística está compuesta por toda
experiencia vivida durante la estadía, las actividades que buscan mejorar
o incrementar las actuaciones de un destino/local para ocupar los tiempos
libres de los visitantes o satisfacer sus necesidades.
Para Castillo (2012), recurso turístico, por lo tanto, es todo elemento
natural, toda actividad humana o todo producto antropológico que pueda
motivar un desplazamiento turístico, cuyo móvil básico es la curiosidad o
posibilidad de realizar una actividad física o intelectual. En otras palabras,
recurso turístico es aquel elemento con potencial turístico que se presenta
como un atractivo turístico para atender a los turistas.
De acuerdo con Almeida & Araújo (2017), un elemento natural no es
un recurso. Es necesario una intervención del hombre cualquiera que sea
su naturaleza y dimensión que le atribuya la capacidad de satisfacer
necesidades. Un mar, un paisaje, una playa, o clima, son fuentes de
atracción y provocan el desplazamiento de personas, y responden a
necesidades humanas, pero esta necesidad sólo es satisfecha mediante una
intervención humana que convierta estos recursos en atractivos turísticos.
Según Cárdenas (2006), la jerarquización determina la calidad del
atractivo turístico y el tipo de mercado que puede atraer. El autor continúa
y afirma que, en lo concerniente al entorno físico, es de suma importancia
el estudio del clima, incluso indica cómo puede ser el diseño del proyecto
de inversión.
Para Rodríguez (s/f), la jerarquización de potencialidad surge para
implementar la evaluación de potencialidad turística de los recursos. Su
relevancia radica en que los recursos no necesariamente deben contar con
equipamiento e infraestructuras propias, sino qué centros de poblaciones
pueden cumplir la función de soporte del recurso y de la actividad
turística.
Por tanto, la jerarquización puede ser definida como la estructura que
se establece en orden a su criterio de subordinación entre personas,
animales, naturaleza, infraestructura, y que se deben establecer acciones
que permitan presentar sus potencialidades, así como sus diferentes
niveles, para el desarrollo del turismo de naturaleza y cultural.
La política de desarrollo y fomento del turismo en la provincia de
Huambo es resultado de una investigación donde se determinó la
estructura de los criterios basada en la jerarquización según Cárdenas
(2006). La presente investigación tuvo como objetivo utilizar la
metodología de este autor, como herramienta para analizar los atractivos
turísticos de la provincia de Huambo y establecer las potencialidades a
desarrollar.
2. Materiales y Métodos
Los factores que determinaron el análisis del potencial turístico de la
provincia de Huambo son: el valor de los atractivos, su calidad,