1. Introducción
El Estado ecuatoriano mantiene como política pública el subsidio a los
combustibles, sobre este tema Echeverría y Guayanlema en su estudio del
año 2017 sobre balance y proyecciones del sistema de subsidios
energéticos en Ecuador indican:
Los subsidios a los derivados de petróleo en Ecuador -
principalmente gas licuado, gasolina y diésel- surgen en la década
de los setenta debido al boom petrolero y los altos precios de este
recurso, lo cual permitió que se generen excedentes económicos
que facilitaron la aplicación de estas medidas diseñadas, en
principio, en favor de sectores como el transporte y grupos sociales
vulnerables. El incremento de la demanda, junto con la limitada
infraestructura de refinación, incidió en el crecimiento de las
importaciones de derivados. Los precios internacionales del
petróleo y sus derivados han ido en aumento; sin embargo, la
variación de los precios internos ha sido mínima o nula en periodos
extensos de tiempo, generando como resultado que los subsidios
sean cada vez mayores (Echeverría & Guayanlema, 2017).
A pesar del incremento de los precios en el mercado internacional,
Ecuador puede regalar el gas a los más pobres si logra tener una gestión
estratégica favorable. Una medida pudiera ser devolver el valor del
cilindro como descuento en el pago de su planilla de energía eléctrica, de
esta manera los beneficiarios luego de pagar por el cilindro, al costo real
o al establecido mediante estudio económico, recuperarían el 100 % del
valor pagado.
Regalar el gas a los más necesitados sale más barato que mantener el
subsidio a toda la población. Para lograr dicho propósito el país necesita
ser bien gobernado y administrado, tarea esta para políticos y
administradores, teniendo en cuenta que es precisamente la aplicación
coherente y lógica de las acciones administrativas de un país lo que lo
llevan al éxito.
El propósito de esta investigación es demostrar que en Ecuador es
posible, conveniente y positivo, eliminar el subsidio al Gas Licuado de
Petróleo (GLP) para uso doméstico; subsidio que no se encuentra
focalizado de manera creativa y eficiente a los sectores más necesitados,
algo proclive al contrabando y a su uso en el mercado negro.
En noviembre del año 2017 se conoció una supuesta red de corrupción
en el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), donde existían
más de 1000 beneficiarios falsos. La información veraz y segura de estas
bases de datos es necesaria para eliminar este subsidio (citado en Ecuador
TV, 2017).
Vicente Albornoz, analista de Cordes, en octubre del año 2009,
planteó este estudio y tomó como referencia los costos reales en el
mercado internacional y el valor de venta en el país (citado en Regional
Zamora, 2011).
Un cilindro de gas cuesta actualmente 1,60 dólares, no existe una
relación coherente entre su precio y su valor. Esto genera pérdidas
millonarias para el país, cayendo en un círculo vicioso en el que no se
beneficia la clase desposeída, más bien el país entero pierde un valioso
recurso por falta de decisión política y un mal cálculo.
El Estado ecuatoriano dentro de sus políticas públicas sostiene que
debe existir un piso de protección social, motivo por el cual se catastró en
septiembre de 1998 para conocer cuáles eran las personas en extrema
pobreza, a las que se les asignó una transferencia monetaria condicionada,
denominado en su momento “Bono solidario” y en la actualidad “Bono de
desarrollo humano”; su objetivo era reducir la pobreza y romper su ciclo
(Chiriboga & Wallis, 2010).
Luego de 20 años, el sistema de transferencias monetarias ha sufrido
metamorfosis en todas sus aristas, pero nunca tuvo una interrelación con
el subsidio del GLP. Los motivos y tomas de decisiones en estos aspectos
siempre fueron de carácter político y no técnico, se evaluaron efectos
mediáticos y no de desarrollo sostenido en pro de beneficiar o focalizar de
manera correcta el subsidio, no se consideraron los elementos claves de
una política pública (objeto, sujeto y acción), sobre los cuales debe girar
el beneficio de dicha política -la población, como seres humanos que
necesitan satisfacer una necesidad teniendo acceso a un recurso básico-
(Icaza & Morán, 2012). Muy probablemente se perdió la oportunidad
histórica en el momento ideal para focalizar el subsidio de manera técnica.
Alejandro Martínez Ex viceministro de Minas y Energía de Colombia,
en octubre del 2017 afirmó:
El mercado del Gas Licuado del Petróleo (GLP) en el mundo está
pasando por un momento muy interesante, que debe servir de
referente obligado al analizar los retos y oportunidades del mercado
colombiano de este gas combustible. El GLP presenta un
crecimiento importante en su oferta mundial al punto que, Argus,
en una reciente publicación, proyecta que habrá superávit mundial
en los próximos 10 años, a pesar de que la demanda está creciendo
también de forma sostenida.
Este superávit, en gran medida, se explica por el crecimiento de la
producción de campos no convencionales en Estados Unidos, ya
que el GLP se genera en campos de producción de gas natural y por
procesos de refinación de petróleo crudo. De hecho, se ha dado una
fuerte inversión en terminales de exportación: de 3 millones de
toneladas en el 2010, actualmente Estados Unidos cuenta con una
capacidad exportadora de 20 millones de toneladas. Al coloso del
norte le siguen China, Arabia Saudita, Rusia y Emiratos Árabes,
como principales productores mundiales.
La demanda está jalonada por el incremento en el consumo de los
asiáticos, principalmente por India y China. El aumento viene
especialmente de los sectores residenciales y de petroquímica, sin
embargo, cada vez está ganando más espacio el uso del GLP para
vehículos (autogas) (Martínez, 2017).
La Asociación Mundial de GLP, en su reporte estadístico del 2016
reseña que cerca de 26 millones de vehículos en el mundo operan con
GLP. Corea del Sur, Turquía y Rusia lideran este uso. Hay otros mercados
más pequeños, pero con crecimientos robustos: España, Tajikistán,
Estonia y Blangadesh (Martínez, 2017).
El GLP tiene versatilidad en uso y transporte, lo que genera eficiencia
en sinnúmero de mercados y aplicaciones, por ello su demanda global es
creciente, esto obliga a pensar responsablemente sobre tal recurso.
Ecuador no puede darle la espalda a la globalización y no hacer referencia
de información pública y accesible en tecnologías de aplicación para el
uso y conservación de su GLP, más aún, no reformar políticas que en la
actualidad mantienen en números rojos el sector de GLP.
Santiago Pérez, Director General de la Asociación Española de
Operadores de GLP (AOGLP), en el año 2017, en la Revista Petróleo y
Gas, de España señaló: “El papel del GLP sigue siendo una magnífica
solución energética en muchos casos” (citado en Casa Editorial El
Tiempo, 2017).
Lo que es indudable es que el gas licuado tiene un papel muy
importante en automoción. El consejero delegado del consorcio