Las altas tasas de fluctuación laboral generan insatisfacción y
desmotivación entre los trabajadores, e influyen en el criterio de los
posibles candidatos. También contribuyen a un mayor gasto de tiempo
y de trabajo. Los empleados se sentirán frustrados en lo que realizan,
por los constantes cambios.
Para las empresas la capacitación de los nuevos trabajadores les
consume tiempo y mucho dinero. Un empleado recién contratado
necesita tiempo para ser eficiente y si es contratado por primera vez,
tiene que aprender cada una de sus tareas y su nivel de productividad no
será igual al de un empleado que tiene experiencia; por lo general los
nuevos empleados son propensos a cometer errores.
Los cambios constantes en la plantilla de trabajo debilita el trabajo
en equipo, por lo general el proceso de adaptación y aceptación del
equipo con el nuevo trabajador no es todo lo rápido que la empresa
necesita, se necesita tiempo para generar cierto nivel de confianza y
empatía.
Pérez (2016) expone que:
… a pesar de que la rotación del talento humano tiene ciertas
ventajas para una organización como contar con personal más
joven que aporte nuevas ideas, y competente, procedimientos
de innovación, y genere cambios positivos en la organización,
los cambios excesivos pueden generen problemas como mala
reputación de la organización, mayor gasto en nóminas,
inestabilidad, incertidumbre e inseguridad para los trabadores.
Al respecto Porto y Merino (2014) afirman que “la rotación del
personal resulta positiva cuando se produce para adquirir personal más
capacitado, la inversión de dinero y de tiempo se justifica por los
resultados que puede alcanzar la entidad en cuestión”. El trabajador
puede lograr una mayor satisfacción y desarrollo personal, vinculado a
las nuevas condiciones de trabajo y vidas obtenidas con su movimiento.
1.2. Variables de comportamiento
organizacional que inciden en la
fluctuación laboral
A nivel internacional las empresas para su desarrollo y progreso en
el mercado deben planificarse, organizarse, dirigirse y actuar, para
mantener controlado el comportamiento general de la organización; de
tal forma se puede asegurar la relación funcional interna de la empresa.
Muchos autores definen el comportamiento organizacional. Entre
ellos Dubrin (2004) afirma que “es el estudio del comportamiento
humano en el lugar de trabajo, la interacción entre las personas y la
organización”. Para Hellriegel y Slocum (2009) es el “estudio de
individuos y grupos en el contexto de una organización y el estudio de
los procesos y prácticas internas que influyen en la efectividad de los
individuos, los equipos y la organización”. Chiavenato (2009) por su
parte dice que “el Comportamiento Organizacional retrata la continua
interacción y la influencia recíproca entre las personas y las
organizaciones…. Es una disciplina académica que surgió como un
conjunto interdisciplinario de conocimientos para estudiar el
comportamiento humano en las organizaciones”.
Sobre los objetivos y metas del comportamiento organizacional,
Amorós (2007) en su libro Comportamiento Organizacional en busca
del Desarrollo de Ventajas Competitivas indica que son:
- Describir sistemáticamente cómo se comportan las personas en
condiciones distintas.
- Predecir el comportamiento futuro de los empleados.
- Controlar al menos parcialmente las actividades humanas en el
trabajo.
- Comprender por qué las personas se comportan como lo hacen.
Con el primer objetivo “describir” al lograrlo permite que los
administradores se comuniquen con un lenguaje común respecto del
comportamiento humano en el trabajo. Con el segundo objetivo
“comprender” entienden las razones del porqué de su comportamiento y
pueden entre otros lograr explicaciones, mejorar métodos.
El tercer objetivo “predecir”, es consecuencia del primero y el
segundo, ya que, al describir y comprender, los gerentes, directivos y
administradores, conocerán al personal, sus habilidades, relaciones
intergrupales, tendrían la capacidad de predecir cuáles empleados son
dedicados y productivos, y cuáles se caracterizarán por ausentismo,
retardos u otra conducta perturbadora en determinado momento (de
modo que sea posible emprender acciones preventivas).
Con el objetivo “controlar”, los supervisores, gerentes, y
administradores, al ser responsables de los resultados de rendimiento,
les interesa de manera vital tener efectos en el comportamiento, el
desarrollo de habilidades, el trabajo de equipo, coordinación de
esfuerzos y la productividad de los empleados. Necesitan mejorar los
resultados mediante sus acciones y las de sus trabajadores, y el
comportamiento organizacional puede ayudar a lograr dicho propósito.
Algunas variables independientes del comportamiento
organizacional como la motivación, satisfacción, clima y conflicto
laboral inciden en la variable dependiente fluctuación laboral.
La motivación laboral es considerada un factor esencial en el
surgimiento de la rotación del personal en dichas organizaciones y se
define como la capacidad que tienen las empresas y organizaciones para
mantener el estímulo positivo de sus empleados en relación a todas las
actividades que realizan para llevar a cabo los objetos de la misma, es
decir, en relación al trabajo.
Dentro de las teorías motivacionales más conocidas se encuentra la
de Abraham Maslow y Clayton Alderfer. En la primera se formula una
jerarquía de necesidades humanas y se defiende que conforme se
satisfacen las necesidades más básicas (parte inferior de la pirámide),
los seres humanos desarrollan necesidades y deseos más elevados (parte
superior de la pirámide). Propone cinco categorías: fisiológicas,
seguridad, afiliación, reconocimiento y autorrealización. Mientras que
la segunda agrupa las necesidades en tres categorías de existencia,
relación y crecimiento (Araya y Pedreros, 2013; Masacon, López y
Lára, 2017).
La satisfacción laboral es el nivel de conformidad del trabajador
respecto a su entorno y condiciones de trabajo. Entre los elementos que
influyen de manera positiva sobre ella se encuentran la selección y
contratación del personal, crear lazos con los trabajadores, contar con
un sistema de incentivos, promover el trabajo en equipo, la formación
adecuada y crear espacios de descanso y desconexión. Sin dejar de
mencionar que los bajos salarios, la mala relación con los compañeros o
jefes, las escasas o nulas posibilidades de promoción y las malas
condiciones laborales son factores que crean insatisfacción del personal,
y con ello incentivan a la rotación hacia mejores ofertas de trabajo.
Robbins (1999) expone que la satisfacción es la diferencia de la
cantidad de recompensas que reciben los trabajadores y la cantidad que
piensan debían recibir, es más una actitud que un comportamiento.
Entre los factores más importantes que hacen que un trabajador se
sienta satisfecho se encuentran; trabajos interesantes, recompensas