1. Introducción
Desde que se dio a conocer en el mundo la aparición de un
nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) y fue decretada por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) la COVID-19 como
una nueva pandemia, el 11 de marzo de 2020, las naciones
comenzaron a tomar medidas ante la inminente llegada de la
enfermedad a sus regiones. Era una situación nueva y llena de
incertidumbre, la cual alteraba el contexto económico y social de
todas las regiones a nivel mundial.
A nivel de los gobiernos se está buscando la solución más
acertada para una situación que resulta altamente incierta. La
educación superior, como parte de la sociedad, no estaba ajena a
los cambios que se avizoraban y como tal, tuvo que prepararse
ante el nuevo escenario al cual se enfrentaría en los meses
posteriores.
Según el Instituto Internacional para la Educación Superior en
América Latina y el Caribe (IESALC - UNESCO, 2020), esta
enfermedad ha impactado de manera brusca a toda la comunidad
académica que conforma las instituciones universitarias. A partir
de esta situación comenzó la interrogante de cómo se iba a
trabajar el tema de la internacionalización universitaria frente a la
COVID 19, siendo uno de los principales retos que enfrenta en la
actualidad el sistema de educación superior.
A nivel internacional, las reacciones de las instituciones de
educación superior (IES) frente a la COVID 19, estuvieron
centradas principalmente en la emergencia sanitaria, los nuevos
aprendizajes, los nuevos paradigmas, la colaboración recíproca
entre instituciones a nivel internacional, la internacionalización
universitaria, entre otras acciones.
Una de las principales decisiones de cada IES, fue como
resolver el tema de la docencia, se propuso mantener un semestre
de clases de forma virtual, otras de forma presencial en grupos
reducidos de estudiantes para mantener el distanciamiento social,
otras de forma híbrida, parte presencial y parte virtual, otras han
optado por aplazar el inicio del semestre, todo depende de la
situación epidémica de la región donde las mismas estén
ubicadas. Aunque la más generalizada fue la educación virtual
como vía para garantizar la continuidad del proceso educativo.
Por lo que las universidades han tenido que caminar rápidamente
de las clases presenciales a los sistemas de aprendizaje en línea
(Bao, 2020).
Esto ha permitido a las universidades revolucionar los
sistemas de educación superior y promover los modelos híbridos
de enseñanza en línea y fuera de línea, este tipo de modalidades
se desarrollaron utilizando correo electrónico, videoconferencias
y otras plataformas digitales (Ifijeh y Yusuf, 2020;
Krishnamurthy, 2020; Mishra et al., 2020).
Regehr y Goelb (2020) establecen que algunas universidades
para mejorar su gestión en tiempo de covid crearon grupos de
trabajo con participación de estudiantes, oficinas de relaciones
internacionales y personal académico.
Antes de esta crisis se estaba trabajando en la búsqueda de
oportunidades para trasformar las experiencias internacionales,
esta nueva situación puede ser vista desde varias aristas, se
enfatizan los nuevos escenarios donde se deben realizar la
movilidad académica y la adecuación de las estrategias de
internacionalización, según las nuevas circunstancias tratando
fundamentalmente de no descuidar la calidad de los programas
académicos.
Esta nueva situación ha conducido a las IES a repensar en las
formas de internacionalización, la cual está formada por múltiples
herramientas, siendo una de ellas la movilidad académica, que
incluye programas largos, cursos cortos, carreras completas,
prácticas profesionales, estudios de idiomas; así como la
internacionalización en casa, principalmente en la
internacionalización del curriculum; gestionando la
internacionalización para todos a través de estrategias inclusivas
y equitativas donde todos tengan acceso a la educación.
Al respecto, fue un denominador común que todas las IES
trabajaron durante este período dando atención a los estudiantes
extranjeros que quedaron varados en sus países, los cuales de
alguna forma ante la nueva situación tyvieron que adaptarse a las
nuevas formas de enseñanza, y la atención a los que se han
quedado en el exterior, cada uno con particularidades diferentes.
La calidad de la enseñanza ha sido tradicionalmente el mayor
atractivo de movilidad internacional para los estudiantes. Aunque,
el más importante está relacionado con los conocimientos que los
estudiantes internacionales pueden adquirir, no solo de la
docencia, sino en su interacción con otros estudiantes.
En el contexto actual la internacionalización en la educación
superior se ha traducido en la reducción de la movilidad y del
intercambio estudiantil tradicional, aparece un nuevo espacio de
movilidad “virtual”, en momentos donde debemos mantener la
distancia física, donde los programas y carreras de las
universidades se abren a un nuevo perfil de profesionales y
estudiantes, que por diversas razones no estaban dispuestos a
viajar a estudiar al extranjero, y hoy tienen la posibilidad gracias
a las tecnologías y al mayor reconocimiento de los cursos y
programas a distancia. Los estudiantes se apropiarán de un nuevo
tipo de comportamiento en cuanto a la demanda educativa, no
solo buscarán continuidad en su formación profesional de calidad,
sino posiblemente a un replanteo de educación a distancia o
semipresencial. Con la pandemia por la COVID-19 y el estado de
confinamiento se ha incrementado la dependencia de las personas
hacia la tecnología (García – Peñalvo, 2020).
En los países de nuestra región, la suspensión de las clases
presenciales y el cambio hacia la enseñanza virtual, generó varios
problemas. Muchas IES, no se encontraban preparadas para
asumir estos nuevos retos.
La llegada de la COVID 19 influyo negativamente en todos
los sectores a nivel mundial, en el caso de la educación superior,
llevó a realizar un esfuerzo en todas las instituciones
universitarias, ya que debían garantizar programas de enseñanza
de calidad, cautelando para ello no solo aspectos de
infraestructura sino también el contar con docentes calificados y