1. Introducción
El turismo se ha convertido para muchos países en una de las
principales fuentes de ingresos, industria que además de tributar
rápidamente a la economía es capaz de dinamizar otros sectores con los
correspondientes beneficios, en muchos casos con alta significación para
comunidades locales con escasos recursos para su sustento y desarrollo.
Cuba ha transitado por un proceso inversionista y desarrollo del sector
turístico hasta alcanzar en la actualidad importantes reconocimientos en
el contexto internacional, logrando altos niveles de impacto en la
economía de la isla (López, 2016). Se reconocen además atributos de los
productos turísticos de la mayor de las Antillas, hospitalidad, atractivos
naturales, patrimonio histórico autóctono, vida artística y seguridad de la
actividad, este último es certificado, incluso en las circunstancias
epidemiológicas complejas actuales, en que prácticamente la industria del
ocio se ha paralizado en todo el orbe (Ministerio del Turismo de Cuba,
2020).
Criterios de autores coinciden en valorar la importancia de la
gastronomía, que en algunos casos deviene en atractivo turístico, sobre
todo en aquellos donde la oferta refleja en alguna medida la cultura
lugareña pasando a ser parte de la motivación del viaje en muchas
ocasiones (Acle et al., 2020).
Se describe la gastronomía, dentro de la industria turística, como un
negocio importante y difícil de gestionar, pero imprescindible para el
turismo por cumplir con la misión básica de ofrecer comida y/o bebida a
los clientes, independientemente del producto turístico que se trate,
considerando que estos consumidores evolucionan constantemente a un
nivel superior de conocimiento de las ofertas y por demás adquieren
mayor capacidad para elegir lo que más convenga en función de
motivaciones, deseos y expectativas a cubrir por los prestadores de
servicio (Gallego, 2002).
Como parte del plan estratégico de desarrollo del turismo en Cuba se
trabaja con el capital humano vinculado a la actividad, y son los Centros
de Capacitación del Turismo (CCT), las instituciones que tienen este
encargo social. Tal empeño se relaciona con la necesidad de elevar la
calidad de los servicios acorde con los estándares internacionales. Los
CCT tienen concebido un sistema de trabajo que tributa a un proceso
pedagógico en constante renovación en función de garantizar las
expectativas de la empresa turística (Novoa, 2006; López; 2016).
La Escuela de Capacitación creada por el Intur (Instituto del Turismo),
en 1984 se considera el origen del CCT de Villa Clara (López, 2016), y se
conoce como Escuela de Hotelería y Turismo “Alberto Delgado Delgado”
en el año 1995, como parte del surgimiento de Formatur. Desde su
fundación estos centros se han caracterizado por la formación y desarrollo
del capital humano principalmente para el Sistema de Turismo,
caracterizado por su profesionalidad y cultura integral, con un claustro
altamente capacitado y en constante desarrollo.
La cartera de productos académicos del CCT en Villa Clara abarca
fundamentalmente la formación de los perfiles básicos y los niveles de
dirección de la pirámide del capital humano de las diferentes
especialidades de la hotelería y el turismo. Como parte de estos estudios
desde el año 2011 se inició el curso “Especialización en Sommelier” por
la importancia de esta figura en el contexto gastronómico del turismo
internacional con un programa diseñado para ello (Aguirre, 2011).
En un estudio realizado a través de encuesta a más de cuatrocientas
personas en el rango comprendido entre dieciocho y treinta y siete años
de edad, se analizó el consumo de vinos, utilizando un cuestionario que
incluía elementos sobre los hábitos del consumidor y motivaciones por el
olor y el sabor principalmente, demostrándose la influencia de tres
factores, los comerciales (marca, premios, packaging, etiqueta), las
características organolépticas (color, olor, sabor) y la calidad en general
del vino. Los resultados también manifestaron mayor interés por el
consumo del vino por las personas con mayor edad (Clemente et al.,
2020).
Entre los componentes que inciden en el consumo de vino se hallan
los culturales, los socioeconómicos y las modas, hábitos que se modifican
constantemente y que constituyen punto de interés de las empresas para
adaptar sus productos a las nuevas demandas del mercado. Los productos
alimenticios figuran entre los que más evolucionan, el vino es un genuino
representante de este fenómeno. Los consumidores de mayor edad
parecen ser los que demuestran mayor preferencia por esta bebida, lo que
ha motivado a los productores a encaminar su trabajo a la identificación
de los gustos, sobre todo de los más jóvenes, para la elaboración de vino
con las características deseadas por un consumidor cada vez más exigente
(San José et al., 2018).
El curso “Especialización en Sommelier” se encuentra dentro de los
programas de estudio aprobados para los CCT, por la importancia que
tiene en la formación de profesionales altamente reconocidos en el ámbito
turístico (Loredo et al., 2019), y desde hace varios años se han formado
sommeliers que hoy se desempeñan en los más importantes restaurantes
del territorio villaclareño con el consiguiente impacto positivo.
En intercambio con profesionales y directivos de instalaciones
representativas se han identificado dificultades en cuanto a las
competencias demostradas por estos profesionales durante su desempeño,
lo que indica que existen carencias en el proceso de formación.
En el diagnóstico inicial realizado se detectó insuficiencias en las
competencias referidas a la prestación de los servicios y sus procesos en
las empresas del territorio de donde proceden los alumnos en formación.
Los argumentos anteriores justifican el constante perfeccionamiento
del proceso docente del CCT de Villa Clara, lo que condujo al objetivo de
analizar las necesidades formativas de los estudiantes de la
“Especialización en Sommelier” para responder, principalmente, a los
fundamentos y tendencias actuales en la gestión de venta de vinos en los
restaurantes de las empresas que prestan servicio al turismo y contribuir
de forma más efectiva al desarrollo de sus competencias profesionales en
el proceso docente educativo durante la ejecución del curso.
2. Materiales y Métodos
El estudio se realizó al inicio del curso 2019-2020, en Formatur Centro
de Capacitación “Alberto Delgado Delgado” de Villa Clara, perteneciente
al Ministerio de Turismo de Cuba, escuela que toma esa denominación
como resultado del proceso de perfeccionamiento del Ministerio de
Turismo en el país, donde los centros educacionales pertenecientes hasta
el año 2015 al Sistema de Escuelas de Hotelería y Turismo (Formatur), se
unen a una nueva estructura provincial que integra a unidades
presupuestadas.