1. Introducción
En empresas estructuradas con un componente de responsabilidad
social alineado a servicios de salud, como el Instituto Ecuatoriano de
Seguridad Social (IESS), es importante contar con metodologías de
gestión de proyectos para garantizar las mejores prácticas en sus
innovaciones en pro de la salud, ecosistema y ambiente laboral. Los
servicios de salud con responsabilidad social, para Terán et al. (2017) se
unen “a partir del desarrollo de aspectos culturales en las organizaciones,
éticos y ambientales, así como el necesario control social para lograr
cobertura y calidad en el servicio a la sociedad” (p.7). La responsabilidad
social empresarial es la correspondencia entre las acciones y los procesos
en un proyecto y su entorno, estando el entorno comprendido por lo social
stakeholders [involucrados] y el medio ambiente; y tienen como objetivo
reducir el impacto social, ambiental y económico (Uribe et al., 2018). Por
otro lado, la gestión de un proyecto es “la planificación, organización,
monitoreo y control de todos los aspectos de este, lo que se articula para
lograr los objetivos de manera segura, dentro de los tiempos acordados,
con el presupuesto y el alcance previamente definido” (Arias, 2020,
p.166).
En Ecuador, el IESS de Manabí cuenta con 10 unidades médicas del
Seguro General, 2 de ellas de atención especializada que son Hospital
General Manta y Hospital General Portoviejo, las cuales cuentan con
servicios de emergencia, consulta externa, unidad de cuidados intensivos,
hospitalización, quirófano, imagenología, laboratorio, patología, entre
otros. El área de Imagenología tiene una cartera de servicios amplia con
una alta demanda de pacientes hospitalizados, emergencia, ambulatorios
y de atención en unidades externas. Los exámenes basados en la
imagenología, son usados como insumos para el diagnóstico de
patologías, desde sus inicios fueron impresos en placas, lo que genera
costos y demandan tiempo. En el caso de las tomografías o resonancias la
cantidad de placas dificultan el traslado de los resultados (Konstantinidis
& Apostolakis, 2020), esto en consideración de que una radiografía está
compuesta de una a tres imágenes, mientras que una tomografía podría
tener alrededor de dos mil imágenes.
Datos encontrados en el Sistema Oficial de Contratación Pública
(2021) adjudican al Hospital Manta un gasto en adquisiciones de
$447.819,82 en procesos de compra de placas, sobres, CD y papel couché
entre el 2017 al 2019 que son insumos utilizados en imagenología;
mientras el Hospital General Portoviejo ejecutó $259.669,08 del
presupuesto en este período. Cabe indicar que el hospital Manta no
necesitó adquirir estos insumos en el 2020 debido a que el último trimestre
del año 2019 desarrolló una innovación para imagenología que incluía un
repositorio de imágenes digital con un visualizador, esto logró además un
aumento de la productividad del 23%.
La implementación e innovación tecnológica en áreas de salud han
permitido realizar actividades de manera más ágil y confiable. Aprovechar
la tecnología ampliándola a diferentes locaciones geográficas puede
brindar beneficios de carácter económico, social ambiental, al reducir
tiempo y factores de riesgo, tal como plantea Contreras (2014) “El
crecimiento económico de las empresas viene determinado por su
capacidad de mejorar de manera continua su productividad a través de la
innovación, la creación de conocimiento y el uso de la tecnología” (p.34).
En un estudio de valuación realizado por Organización Internacional
de Trabajo (2020) se señala:
En 2020 los ingresos del escenario base no alcanzan para cubrir
ni siquiera las atenciones de los asegurados del IESS. En
consecuencia, las acciones necesarias para alcanzar un balance
implicarían recortar gastos en 21,9 % de su totalidad. La
situación empeora en el tiempo, ya que para el año 2022 más de
un tercio de los gastos no tienen respaldo en ingresos esperados.
(p.39)
En investigaciones realizadas sobre salud y responsabilidad social,
sobre la realidad de los países de Latinoamérica se hacen dos
caracterizaciones: países que aumentan su capital en el área de la salud y
los que en su afán por proteger los bienes del Estado, se centran en la
reducción en la repartición de recursos que pueden afectar la solidez y
calidad de la atención (Terán et al., 2017), este enfoque demuestra la
importancia de buscar alternativas que se adapten a las necesidades
actuales, como lo es la telemedicina.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la telemedicina es
un factor en el servicio de salud en el que influye la distancia como punto
determinante, donde el personal de salud requiere de las tecnologías de la
información y de la interconexión de esta para intercambiar datas, la
realización de diagnosis, enviar esquemas de tratamiento, y prevenir
afecciones médicas o accidentes (como se citó en Zomosa, 2017).
En el 2016, Barrientos et al. (como se citó en Salazar, 2019), señalan
que los progresos en tecnología es un componente determinante para
mejorar la atención en salud y aumentar la supervivencia del paciente,
pero debe existir un método apropiado para seleccionar las innovaciones
a implementar. A esto se suma Carbajal (2020), quien manifiesta que el
uso de tecnologías puede mejorar la calidad de los servicios de salud, y
que su implementación hospitalaria debe ser ejecutada con una acertada
gestión de proyectos.
En la investigación realizada se pudo comprobar que el IESS Manabí
no cuenta con un modelo de gestión de proyectos como guía para el
desarrollo de innovaciones en el área de imagenología, las actividades se
realizan sin contar con estándares en procesos, buenas prácticas o
aplicación de metodologías, lo que ocasiona una mala comunicación entre
los interesados, productos que no satisfacen las necesidades de las partes
y desperdicio de tiempo así como de recursos estatales.
Contar con buenas prácticas en proyectos permitiría implementar
tecnología que genere ahorro económico por la eliminación de los gastos
que se ocasionan en grabar o imprimir, también se lograría rapidez y
seguridad en visualización de exámenes de imagen en otras unidades. Se
tendría un impacto positivo en los costos ecológicos que se derivan de la
fabricación de discos compactos (CD), disco óptico para almacenamiento
de datos (DVD), placas y papel couché; al eliminar el uso de estos insumos
se reduciría su huella ecológica. A estos se deben sumar beneficios a largo
plazo como mejorar los servicios a los afiliados/beneficiarios del servicio
de salud y mejorar el ambiente laboral al personal médico, disponibilidad
de imágenes en casos de emergencia, histórico y la disminución de