
ReHuSo: Revista de Ciencias Humanísticas y Sociales ISSN 2550-6587
Raúl Chum, Carlos Aray, Enrique Macías y César Aray
© Facultad de Ciencias Humanísticas y Sociales. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador.
un pueblo, puesto que ellas, al igual que las matemáticas, la
ciencia, la literatura, las lenguas, etc., siempre han estado
unidades como invariantes socioculturales significativas en todo
proceso de existencia.
Velasco (2005) sostiene que la técnica y la tecnología han
permitido al ser humano la solución de múltiples problemas, por
un lado, pero también desarrollar innumerables actividades
creativas en el marco de sus relaciones con otras personas y con
el mundo socionatural. Al igual que otras manifestaciones
socioculturales, la técnica y tecnología no pueden ser
consideradas como manifestaciones inferiores a toda actividad
humana, por el contrario, ellas podrían estar ubicadas en el
centro la creación necesaria de toda acción sociocultural de la
persona, como individuo, y de la colectividad en el sentido más
sociopolítico. La técnica y la tecnología, de manera similar a la
lengua o las matemáticas, ayudan a los grupos socioculturales a
la comprensión, organización y transformación de la vida social y
natural, influyente tanto en todo ser humano.
Desde esta perspectiva, la educación técnica y tecnológica
perdería, sin lugar a dudas, su estatus de independencia
disciplinar, tal como ocurriría con muchas otras disciplinas.
Esta tendencia iría en detrimento no sólo del propio significado
de la técnica y la tecnología para la sociedad, el individuo y el
colectivo, sino que se perdería básicamente su importancia
estructural socioculturalmente vista. A pesar de ello, no podemos
olvidar que la técnica y tecnología como disciplinas en sí mismas
tienen un alto potencial integrador, lo cual significa que ellas
podrían convertirse, por lo tanto, en un campo de saberes y
conocimientos independientes de los demás. Es decir, buena parte
de los contenidos de las demás disciplinas podrían ser tratados