
ReHuSo: Revista de Ciencias Humanísticas y Sociales e-ISSN 2550-6587
Publicación cuatrimestral. Edición continúa. Año 2018, Vol. 3, No 1. p. 51-58 (Enero-abril. 2018).
Facultad de Ciencias Humanísticas y Sociales. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador. 55
Es que incluso estos mismos muñequitos de Disney, es donde más alto poder de dominación se
establece: estereotipos de mujeres y hombres muy pocos relacionados con la fisionomía de los
pobladores de América Latina, ¿acaso en estas regiones predominan las rubias, con pelos lacios,
delgadas y altas de talla cero?, dónde queda el prototipo de color indio, bajito y regordete que se
observa en México o la cubana de exuberantes piernas y caderas a las que cantó Benny Moré en sus
tiempos.
Según Moraes (2007), el imaginario social está compuesto por un conjunto de relaciones imagéticas
que actúan como memoria afectivo-social de una cultura, un sustrato ideológico mantenido por la
comunidad. En esa dimensión, identificamos las diferentes percepciones de los actores en relación a sí
mismos y de unos en relación a los otros, o sea, como ellos se visualizan como partes de una
colectividad.
Respecto a esto, se mantienen imágenes que no por veteranas ha minimizado su efecto en el imaginario
colectivo e individual de las poblaciones actuales, el personaje gordo es síndrome de gula, de bromas y
hasta de equivocaciones y el galán sigue salvando a la chica, mientras esta dependiente de aquel súper
caballero se queda esperando en su torre de Marfil, como si el mundo no hubiese avanzado hacia la
emancipación de la mujer y la capacidad de esta de realizar los mismos trabajos de los hombres (hacia
dónde apunta este mensaje entonces, “la princesa” vuelve a ser dependiente de la figura masculina o
simplemente hay que temerle a su emancipación). (Luis, 2004; Coca, Valero, Randazzo y Luis, 2011;
Cegarra, 2012; Alonso y Fernández, 2013). Este es sencillamente uno de los pocos mensajes que puede
transmitir un programa televisivo infantil. Señala Moraes (2007) que es por medio del imaginario que
se pueden alcanzar las aspiraciones, los miedos y las esperanzas de un pueblo. En él las sociedades
esbozan sus identidades y objetivos, detectan sus enemigos y organizan su pasado, presente y futuro.
Sin embargo, este análisis no pretende ser exógeno sin dedicar responsabilidades al papel desde lo
endógeno; porque en todo este aparato de dominación las Instituciones nacionales desde la familia
hasta los Organismos de Cultura, Deporte, Educación permiten que continúen consumiéndose estos
productos más que los propios, o es que acaso será más fácil proyectar un producto extranjero, que
continuar creando el propio.
Tanto funciona este mensaje en el imaginario de las personas y en el cómo quiere actuar que se
continúa imitando los vocabularios de estos países y entonces se dice bonjour para saludar u ok para
indicar estado de ánimo, y aunque parezca un razonamiento bastante exagerado (y lo puede ser) no es
menos cierto que la principal fuente de dominación es el lenguaje, donde penetran el resto de códigos
de los países colonizadores, sino me limito a acotar la forma en que el español llegó a América y el
inglés a Estados Unidos o el portugués a Brasil, sin embargo reitero: ¿cómo estás che? en Argentina,
¿qué volá? en Cuba, ¿cómo estás mi paina? en Puerto Rico y otros muchísimos ejemplos que se
podrían citar, no en ánimos de ser intransigentes en el dominio de otros idiomas, sino en el de no perder
el punto de vista nacional, incluso desde lo semántico.
En estudios del tema sugiere el antropólogo García (1989), que una correcta asimilación del tema
debería abogar por una “relativización” del proceso, al reconocer a las clases populares “cierta
iniciativa y poder de resistencia, pero siempre dentro de la interacción contradictoria con los grupos
hegemónicos”. De igual forma otro punto de vista no menos inofensivo es la representación actual de la
mafia en el mundo, donde se conoce que los carteles de la droga y los capos, han venido a jugar un
papel central incluso en la penetración que tienen en las elecciones presidenciales de los países