ReHuSo: Revista de Ciencias Humanísticas y Sociales e-ISSN 2550-6587
Publicación cuatrimestral. Edición continua. Año 2018, Vol. 3, No 2. p. 13-24 (Mayo-agosto. 2018).
Facultad de Ciencias Humanísticas y Sociales. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador 15
En la actualidad la AI es la base para el desarrollo de competencias informacionales y para gestionar
el conocimiento; ella representa un medio imprescindible para el desenvolvimiento exitoso y de
excelencia de la actividad de investigación, de preparación de competencias de la profesión, de
autosuperación y de desarrollo de la cultura general e integral de cualquier profesional.
Hoy, no se concibe un ciudadano, y menos un profesional, llámese médico, estomatólogo, enfermero
o tecnólogo, sin un grupo de conocimientos, habilidades y actitudes mínimas para buscar, recuperar,
seleccionar, evaluar y utilizar la información disponible en la red, y por ello puede decirse de alguien
que no domine las herramientas existentes en la red para estos propósitos, que es un analfabeto en
información. Ellas permiten desarrollar un aprendizaje para toda la vida, soportar la educación en
problemas reales y practicar una medicina basada en la evidencia, tal y como exigen los tiempos
modernos y los nuevos cánones.
Cañedo-Andalia (2004) plantea que el rápido deterioro que experimenta el conocimiento médico
actual como consecuencia de la acción de dos factores esenciales: un crecimiento acelerado del
conocimiento, así como de la información y las publicaciones donde se registran. El sector de la
salud es un punto de convergencia crucial de los productos y aplicaciones generadas por diferentes
grupos de ciencias (p. 1).
López (s.f.) afirma que la formación de un profesional marcado por las nuevas tendencias de la
educación médica superior precisa crear un entorno de aprendizaje permanente alrededor de los
estudiantes que se les capacite para seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida, y que les permita
permanecer receptivos a los cambios conceptuales, científicos y tecnológicos. En tal sentido, la nueva
sociedad demanda formar en estos sujetos conocimientos, habilidades y valores necesarios para
acceder, usar y comunicar la información en cualquiera de sus formas, con fines de estudio,
investigación, o en su ejercicio como profesional, así como para su superación cultural. Precisamente
de ello se ocupa la AI (p. 4)
Vidal-Ledo, Fernández-Valdés, Zayas-Mujica y Paredes-Esponda (2016) afirman que la formación
de competencias informacionales puede realizarse utilizándose diferentes metodologías, algunos
modelos recomiendan que esta práctica en el postgrado pueda abordarse a través de los diplomados,
maestrías y doctorados, siempre vinculados con el paradigma del aprendizaje a lo largo de la vida.
Alfabetizar en información no significa enseñar técnicas que se pueden olvidar, sino inculcar el
hábito de analizar la información que se presenta diariamente con el objetivo de seleccionar aquella
que vaya a ser efectiva para determinada actividad. En consecuencia, estar alfabetizados
informacionalmente es vital para los profesionales de la salud, de ahí la necesidad de crear vías que le
faciliten la apropiación de habilidades para la gestión de la información y el conocimiento, de ahí que
para que un profesional de este sector se considere competente y tenga un buen nivel de desempeño
resulta imprescindible que posea competencias informacionales, y para ello la AI se convierte en una
herramienta estratégica fundamental.
La formación de profesionales en ciencias de la salud con competencias para gestionar información,
para participar en los procesos de generación de conocimientos, para compartir sus aportes e ideas
utilizándose un blog, una revista o cualquier medio disponible en la red, para ser innovador y tener
actitudes para la colaboración es el reto al que hoy se enfrenta la Universidad Médica cubana.
Aprender a utilizar toda la gama de recursos de información posibles e implicarse en el uso
responsable y ético de la información es esencial para potenciar la formación de competencias
informacionales (Vidal-Ledo et al., 2016).