
ReHuSo: Revista de Ciencias Humanísticas y Sociales ISSN 2550-6587
EMPODERAMIENTO DE LA CULTURA MONTUVIA EN LA PROVINCIA DE MANABÍ
© Facultad de Ciencias Humanísticas y Sociales. Universidad Técnica de Manabí. Portoviejo, Ecuador.
representan los grupos humanos de acuerdo con los lugares
geográficos donde se encuentran asentados.
Ahora bien, si lo anterior abarca lo que es cultura, es necesario
introducirse en el conocimiento de la interculturalidad. A
criterio de Walsh (2008), es un proceso activo permanente de
negociación e interrelación entre lo particular y propio salvando
las diferencias, de manera que aporte a la conformación de
comprensiones, convivencias y solidaridades.
Desde la revisión de la literatura especializada en el contexto
ecuatoriano, la interculturalidad se basa en el convivir y
compartir en diversidad bajo condiciones de igualdad y respeto.
Se trata, por tanto, de una respuesta a la realidad y
cotidianidad nacional (García, 1988; Álvarez 1993; Cerbino, 2002;
Guerrero, 2002, Faxina, 2009; Viaña, 2009; Ayala Mora, 2011).
Catherine Walsh (2009) sostiene que la interculturalidad
significa el contacto e intercambio entre culturas en términos
equitativos, en condiciones de igualdad. El intercambio no deben
ser pensados simplemente como noción étnica, sino a partir de la
relación, comunicación y aprendizaje permanentes entre personas,
grupos, conocimientos, valores, tradiciones lógicas y
nacionalidades distintas, orientados a generar, construir,
propiciar un respeto mutuo y un desarrollo pleno de las
capacidades de los individuos y colectivos, por encima de sus
diferencias culturales y sociales.
Enrique Ayala Mora (2014) sostiene que la “interculturalidad es
una búsqueda expresa de superación de prejuicios, racismo,
desigualdades y asimetrías que caracterizan al país, bajo
condiciones de respeto, igualdad y desarrollo de espacios
comunes” (p. 9), rompiendo con la historia hegemónica de una
cultura dominante y otras subordinadas, reforzando la convivencia
de las identidades.
La interculturalidad es un horizonte de vida que representa la
apertura a nuevos escenarios, conocimientos y prácticas sin
contradecir la estima, identidad, capacidad de personas y
colectividades en el que se vuelve indispensable un diálogo que
favorezca la eliminación de prejuicios, estereotipos y
resistencia mutuos.
Esta propuesta concuerda con lo establecido en la Constitución en
cuanto a democracia, equidad y justicia social. Lo que conlleva a
una reestructuración social necesaria que implique la apertura de
posibilidades y realidades más variadas que las actuales. Para la
Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y
Negras (FENOCIN), la interculturalidad va mucho más allá de la
coexistencia o el diálogo de culturas; es una relación sostenida