
Aysmara Borlot Faure, María Bonne Galí
quien contrae matrimonio con Don Leonardo González Abreu, natural
de Laguna de Tenerife, por la afición y pasión por el arte y que
como buen amateur tocaba regularmente el violín y componía
seguidillas, boleros y villancicos.
A pesar del desarrollo artístico–científico y técnico
experimentado por la metrópoli, la educación musical en Cuba fue
víctima del atraso intelectual que le era impuesto, conduciéndose
este proceso, si es que pudiéramos llamarle proceso, por el
inevitable pragmatismo que caracterizaba la forma de enseñar en
todas las esferas de la vida, fenómeno manifiesto en el
transcurso del siglo XVIII, ya que desde mediados de este, puede
decirse que en el proceso de desarrollo de la música, no se oían
más canciones que las que habían transmitido los mismos frailes
para festejar la “Cruz de Mayo” y alguna que otra tonadilla
amorosa de esas que se hicieron populares en todas partes como
“Allá voy con el tamborcillo”, “Vamos a la cueva”, entre otros,
además de los grupos que armaban para el San Juan y Santiago con
las misas de aguinaldo compuestos de guitarras, bandolas,
flautas, pífanos sin llave que se usaron mucho, especialmente
para tocar la marcha nacional por unos semi-militares que se
llamaban Patrulla.
En el transcurso evolutivo de la educación musical de la colonia
en Cuba hubo hechos históricos que marcaron pautas
transformadoras en las ideas pedagógicas, siendo ejemplo de ello
el siglo XVIII, sobre todo en su segunda mitad, cuando hechos tan
significativos como el despotismo ilustrado irrumpieron en todas
las esferas del pensamiento filosófico y por tanto pedagógico de
la época, ya que aspiraba, en determinadas clases, a la formación
de un “…modelo de hombre honesto…intelectual, racionalista,
cultivado, amante de las artes y mecenas de los artistas, en
materia política”, que no era posible sin la inclusión de la
educación musical en algunos programas de estudio.
El siglo XVIII recibió con beneplácito la aparición de diferentes
instituciones culturales como el Seminario de San Basilio el
Magno en Santiago de Cuba (1722), la Real y Pontificia
Universidad de San Gerónimo de la Habana (1728), el Seminario San
Ambrosio (1773), la Sociedad Económica “Amigos del País” (1787) y
otras que fomentaron dentro del currículo de asignaturas la
educación musical, sin más aporte que el propio hecho de su
inclusión como parte de la formación del individuo, no así en el
ámbito didáctico en el que predominaba el escolasticismo.
Es así que en el año 1722 el Colegio Seminario y su capilla de
San Basilio, creada por el obispo Don Jerónimo Valdés además de
sus cátedras de filosofía y derecho civil y canónico, poseía las
de idiomas, dibujos, pinturas y canto llano, o sea que aunque
ReHuSo. Publicación cuatrimestral. Vol. 1, Año 2016, No. 1 (Enero – Abril)