(Glotfelty, 1996: xviii), aún cuando se
requiera de precisiones.
De esta manera, la preocupación por el medio ambiente desborda los marcos de las ciencias
ambientales, geográficas o sociales a los que tradicionalmente había sido limitada, en esta
ocasión, desde la relación entre medio ambiente y las bellas letras, no solo con el abordaje de
la naturaleza como ambiente, sino de la materialización de los problemas que la afectan, del
factor antrópico dentro de esta problemática y de la militancia activa a favor de la preservación
y cuidado de la naturaleza.
A pesar del incremento paulatino de las producciones ecocríticas, puede apreciarse un
desarrollo desigual de la misma con respecto a América Latina. En este sentido, un referente
importante lo constituye la entrega del investigador López (2018), que realiza un estudio acerca
del estado de la ecopoesía hispánica contemporánea, “La ecocrítica es aún una escuela de
crítica reciente y poco extendida entre los estudios literarios de América Latina y España”.
Aunque se circunscribe a la poesía hispanoamericana, ayuda a visualizar el desarrollo
asimétrico de estudios ecocríticos en poesía española y latinoamericana. En América Latina,
los estudios ecocríticos se han enfocado en las producciones ecopoéticas de Chile, Perú,
Argentina, México y Nicaragua; mientras que en otros países como Cuba, Guatemala,
Colombia, Ecuador y Bolivia, apenas es significativa la cifra, lo que amerita la incursión en la
temática, no porque sea “la moda” en los Estudios Literarios, sino porque resulta necesario y
pertinente en el marco de la crisis ambiental y humana contemporánea.
Una limitante en los estudios ecocríticos resulta que no se haya aportado aún, desde la
Ecocrítica, “una voz común que sirva para realizar estos estudios, ya que los enfoques o
visiones pueden ser diversos e incluso antagónicos”, (Leal 2015: 8). Una vía que podría
coadyuvar la situación anterior, sería la transferencia de métodos de disciplinas afines, sin
obviar que una obra literaria es un hecho literario, a la que hay que examinar desde la historia
y la teoría literarias, en la percepción integral de la obra. Enfocarse en los motivos naturales y
la presencia más o menos explícita de planteamientos de defensa, preserva o denuncia del
estado de la naturaleza en una obra, es empobrecer los valores artísticos que una obra concreta
aporta.
Los acercamientos a una obra literaria se producen desde diversas ciencias que enriquecen el
análisis literario. De esta forma, el análisis literario se entiende como “el estudio integral de
una obra de literatura y las valoraciones que se establezcan a partir de ella”, (Mañalich 1980:
142). En consecuencia, el análisis literario es la vía fundamental para el estudio y posterior
valoración de una obra y resulta de la consideración de condiciones extraartísticas (Autor, vida
y obra, época, ideología predominante….), condiciones artísticas (planos temático, lingüístico
y compositivo…) y las valoraciones sobre la obra (Generalizaciones, interpretación,
trascendencia, proyecciones, valoraciones estéticas…).
En consonancia con lo anterior, aplicar los elementos anteriores del análisis literario, amplía
los horizontes de los estudios ecocríticos con valoraciones estéticas de la obra. Si bien la
categoría naturaleza es lo fundamental para el ecocrítico, no puede verse esta aislada, sino en
su relación con las demás categorías estéticas y literarias.
Groso modo, la Ecocrítica resulta un campo fructífero que aporta creaciones desde diversos
géneros literarios, con un aspecto común: la preocupación ambientalista, temática que en los