El ajedrez y la memoria
La memoria se define como una habilidad o capacidad del cerebro para retener, codificar,
guardar y almacenar información, acerca de experiencias vividas, para después de un tiempo
volver a traer esos recuerdos al presente a través de la mente. Aunque si bien es cierto, no toda
experiencia puede ser recordada, hay muchas que van olvidando con el paso de los años, puede
ser incluso hasta después de unos minutos y esto sucede por la escasez de atención que
prestamos al hacer la cosas.
La persona que practica a diario el ajedrez ejercita constantemente su atención, debido a que
necesita estar atento a las jugadas, al desarrollo del juego, así como al accionar de su
contrincante. Esta es una actividad sumamente positiva para adultos mayores, dado que supone
una herramienta que no sólo les permite contrarrestar los problemas de atención, sino también
restaurar niveles previos e incluso alcanzar superiores. La memoria es sumamente necesaria en
el ajedrez al instante de jugar otra partida, es decir que en el momento que se juega una partida
puedes aprender de los errores o de las jugadas del contrincante y así aplicarlo en la siguiente
ronda, por lo que la atención es sumamente necesaria para receptar esta información para
después ser aplicada.
Aumento del coeficiente intelectual
"El ajedrez se juega con la mente, no con las manos" (MI IIya, 2016, p. 45). El ajedrez es un
juego que no tiene como requisito ser inteligente, que es la capacidad de asimilar, guardar,
elaborar información, comprensión, análisis, y destreza de resolver problemas. Sin embargo,
la inteligencia del ser humano va más allá. Controla y dirige sus operaciones mentales y todas
las actividades que manejan información.
Para Ibáñez (2013), las personas tienen la capacidad de integrar estas actividades mentales y
de hacerlas voluntarias, como ocurre con nuestra atención o con el aprendizaje, que deja de ser
automático como en los animales para focalizarlo hacia determinados objetivos. Si hay que
dejar claro algo es que ni el ajedrez es matemático, ni la matemática es ajedrez. Su estrecha
relación va más allá que una enorme cantidad de números y operaciones complejas. El ajedrez
es un juego que permite ejercitar el coeficiente intelectual, accediendo a utilizar las habilidades
que el cerebro necesita para que el ser humano pueda emplear todas las capacidades ya
mencionadas, que la inteligencia aborda.
El ajedrez es un juego de información perfecta, lo que quiere decir que no ocurre nada al azar.
Y se conocen los movimientos que hace el rival cuando este contesta los movimientos; enseña
implícitamente a razonar, a ejercitar la memoria, mejorar la oratoria, la tolerancia, el esfuerzo,
la inteligencia emocional, controlar el nerviosismo, la seguridad personal, la presión y
precisión, explican García y Blanch (2016).
Capacidad de resolver problemas
Según García y Jenkins (2018), el ajedrez está diseñado para una constante resolución de
problemas, que surgen después de efectuar cualquier movimiento, ya que las probabilidades de
efectuar una jugada son incontables, debido a que la estrategia es siempre diferente. Cuando se
mueve alguna ficha que el contrincante no se esperaba que moviera, se le crea un problema que
tiene que resolver, más o menos rápido, para contestar con otro. Es por esta razón que el ajedrez
despierta esta habilidad de resolver problemas matemáticos, con su continua práctica. Esto
sucede gracias a que la costumbre domina siempre al cerebro, para llevar al ser humano hasta
el punto de resolver controversias cotidianas con un solo pensamiento, así mismo en