Fatyass Rocío, Casella Noelia. Hacer ciencia con niñas y niños: experiencias, saberes y desafíos situados en un
barrio popular de Córdoba, Argentina
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Estas mantas organizan el trabajo en grupo: niñas, niños, adultos, adultas y algún perro que
también se asoma a la escena.
Por otro lado, el momento de merienda se sostiene cada encuentro; si bien ofrecer alimentos
no representa el eje del proyecto, suele ser algo esperado y demandado por niñas y niños.
A veces la falta de un espacio físico cerrado dificulta la distribución y el uso de los materiales
y el propio quehacer por el viento, el calor, la tierra e incluso la lluvia. En este marco, el trabajo
realizado involucra mucho movimiento. La ausencia de un espacio cerrado invita a hacer esta
etnografía en movimiento, al aire libre, para caminar con otros y así conocer mejor (Monnet
et al., 2020). Gran parte de las actividades suponen salir a recorrer el barrio para hacer
intervenciones, juegos y hablar con las y los vecinos. Estas caminatas demandan cargar las
bolsas con los materiales y a las niñas y niños más chiquitos, incluso algunos son bebés, quienes
son traslados en los brazos de las adultas o por los propios hermanos.
Se van articulando así diferentes espacialidades, temporalidades e itinerarios, entre irlos a
buscar, acampar en la “canchita'' y salir a recorrer el barrio. En esos diferentes momentos, niñas
y niños contribuyen a cargar los recursos que hay que trasladar, sostienen el trabajo de cuidado
con relativa autonomía de los adultos y de sus familias, y se muestran conocedores del
territorio. En ocasiones, toman otras rutas y atajos entre los patios que comparten las viviendas,
Tal como se desarrolla a continuación, niñas y niños vienen produciendo dibujos, cartografías,
intervenciones, encuestas y entrevistas sobre la vida en el barrio. Este artículo se detiene en el
desenlace de estas actividades, sus dinámicas, sentidos emergentes y en las tensiones
intergeneracionales de investigar con niñas y niños.
Resultados
Encuentros, intervenciones y juegos
“Qué vamos hacer hoy”
Las actividades son pensadas de manera colectiva previamente al encuentro en el barrio. Si
bien la planificación la realizan los y las adultas que forman parte del equipo, se corresponde
con los disparadores, preguntas e intereses que advierten y señalan las niñas y niños del barrio.
Por tanto, se toman decisiones de manera colectiva, consensuada y consultada. Se oferta, se
vuelven a pensar las actividades a partir de las demandas y emergentes, y se van haciendo
devoluciones y recuperando junto con ellas y ellos el proceso de investigación, por ejemplo,
llevando algún video, fotografía o síntesis de la actividad antecedente. Estos dispositivos
permiten hacer más transparentes las intencionalidades del proyecto y revisarlas
colectivamente.
Se suele proponer una ronda para que todas y todos sean escuchados. La misma no siempre se
mantiene estable, pues las niñas y los niños acostumbran sentarse en grupos junto a sus
familiares o amigos, conversar entre ellos, no obstante, se muestran atentos lo que no supone
necesariamente que permanezcan en silencio. En esta dirección, el formato no pretende ser
escolar, sino más bien dinámico y dialógico.
En ocasiones, se intenta intervenir en esas agrupaciones que responden a los lazos familiares,
de socialización y de cuidado entre las niñas y los niños. En este marco, los niños suelen ceder
a las adultas el cuidado de hermanas y hermanos menores, mientras las niñas acostumbran no