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ReHuSo: Revista de Ciencias Humanísticas y Sociales
e-ISSN 2550-6587
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Vol. 6 Núm. 2 (155-161): Mayo - Agosto 2021
rehuso@utm.edu.ec
Universidad Técnica de Manabí
DOI:
Finkel, dentro de
True Story
, olvidó que “el periodista no es un novelista, aunque
inevitablemente, sus materiales contienen un poderoso aliento de ficción, de creatividad activa
sobre lo que percibe” (Bastenier, 2001, p.18).
La ética periodística: un bien intangible de la credibilidad profesional
García Márquez (2015), desde su discurso
El mejor oficio del mundo
, es enfático al afirmar
que:
(…) toda la formación debe estar sustentada en tres pilares maestros: la prioridad de las
aptitudes y las vocaciones, la certidumbre de que la investigación no es una especialidad
del oficio, sino que todo el periodismo debe ser investigativo por definición, y la
conciencia de que la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar
siempre el periodismo como el zumbido al moscardón. (p.15)
Pilares que se encuentran solo en uno de los dos filmes analizados, donde sus personajes,
entienden el oficio del periodismo desde un adecuado desarrollo. Sabiendo que “el buen
periodista debe rebuscar, ahondar, bucear, no apresurarse a publicar lo que alguien le dice (…)
Y es su deber moral, también, publicar únicamente lo que ha podido verificar, afirmar
solamente lo que le consta (…)” (Buitrón y Astudillo, 2005, p.45).
Rezendes, como representante del equipo
Spotlight
, no solo se obsesiona con las fuentes, sino
que entiende que la verdad es su materia prima. Y que “la credibilidad no solo es rentable (más
reputación, más audiencia, más ganancias) sino que se vuelve bola de nieve: lo que el medio
da a conocer se legitima socialmente” (Hernández, 2004, p.32).
Contrariamente, Finkel, es despedido de
The New York Times
, porque no solo está en
entredicho su nombre como periodista, sino el del medio. Así lo sostiene el director del diario
cuando dice: —Tendremos que aclarárselo a los lectores, es muy vergonzoso. Una vergüenza
que marca, finalmente, las decisiones posteriores de Finkel, por intentar recuperar su prestigio.
Tarea difícil, sobre todo cuando en su hoja de vida, se da el caso lapidario de que “en
periodismo un solo dato falso desvirtúa sin remedio a los otros datos verídicos” (García
Márquez, 1981).
Y es que, desde los filmes analizados, los personajes denotan que la aplicación de la ética
periodística no es la misma en ellos. Porque mientras Finkel intenta limpiar su reputación de
reportero, Rezendes continúa ejerciendo su labor desde sus principios inquebrantables.
Diferencias marcadas que no solo denotan a prototipos de la clase de periodistas que se
encuentran en los medios, sino toda la materialización a lo que puede y lleva la profesión
cuando no existe de fondo un sentido autocrítico y ético.
Así es necesario tener presente que:
El problema al que se enfrenta el periodismo investigativo es que el hecho sea ocultado
dada su magnitud. Hoy en día, por efecto de vivir en un mundo mercantilizado, donde
ante todo se protegen los valores de marca o de prestigio, la comunicación de crisis y
los periodistas al servicio de este dominio en realidad opacan de manera solapada lo
que puede ser la investigación de los hechos y la verdad que encierra todo
acontecimiento. Frente a esta situación el periodismo investigativo se basa, sobre todo,