> REVISTA RIEMAT JULIO – DICIEMBRE 2017. VOLUMEN 2. NÚMERO 2. ART. 6<
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II. DESARROLLO
La automatización, símbolo del progreso durante las ocho
primeras décadas del siglo XX, iba extendiéndose a todo
aquello susceptible de ser automatizado en un edificio u hogar.
En los años setenta, un edificio moderno debía estar
automatizado, como mínimo, con escaleras, puertas,
ascensores, climatización, sistema de detección de incendios y
de intrusos. El hecho que permitiría encaminar la tecnología
hacia los edificios inteligentes fue, sin lugar a dudas, la
aparición del microprocesador y de los ordenadores personales,
no obstante, aún se estaba lejos de llegar al concepto de edificio
inteligente. La necesidad del ahorro, la seguridad y el confort,
constituyeron fuertes motivaciones para alcanzarlo. En este
sentido dirigieron su atención diseñadores, ingenieros e
informáticos, quienes acercaron sus relaciones como nunca y
comenzaron a diseñar sistemas de climatización controlados
por autómatas mediante la electrónica y los microprocesadores
y finalmente por medio de las computadoras personales. Ya en
la década de los noventa, el desarrollo paralelo de tres grandes
ramas de la tecnología: las telecomunicaciones, la electrónica y
la informática, hacen que los edificios convencionales añadan
múltiples mejoras y a su vez los hogares inteligentes empiecen
a ser una realidad. [5].
Beneficios
Los beneficios que aporta la domótica son múltiples.
Algunos de estos beneficios son: El ahorro energético.
Aumento y enriquecimiento de la red de comunicaciones.
Mayor seguridad personal y patrimonial. La gestión remota:
vía teléfono, radio, Internet, etc., de instalaciones y equipos
domésticos. Aumento del bienestar y en definitiva del confort.
Aplicaciones.
Los beneficios planteados anteriormente han tenido muchas
aplicaciones, algunas de las cuales serán analizadas
posteriormente. Al examinar las posibles aplicaciones de la
domótica, llegamos a la conclusión de que sus posibilidades son
tan extensas como puedan ser las pretensiones de los propios
diseñadores, y es por ello que trataremos de agruparlas en las
aplicaciones más comunes.
En el ámbito del ahorro energético.
a) Programación y zonificación de la climatización. El
usuario personaliza a qué hora y que zonas de la vivienda desea
que estén gestionadas por el control central.
b) Racionalización de cargas eléctricas: desconexión de
equipos de uso no prioritario en función del consumo eléctrico
en un momento dado.
c) Gestión de tarifas, derivando el funcionamiento de
algunos aparatos a horas de tarifa reducida.
En el ámbito del nivel de confort.
a) Control de todos los dispositivos instalados, operando
desde un dispositivo central, simplificando su gestión y
optimizando su uso.
b) Apagado general de todas las luces de la vivienda.
c) Automatización del apagado/encendido en cada punto de
luz. La forma de encender y apagar la iluminación de la
vivienda puede ser automatizada y controlada de formas
complementarias al control tradicional a través del interruptor
clásico. De esta manera se puede conseguir un incremento del
confort y ahorro energético. La iluminación puede ser regulada
en función del nivel de luminosidad ambiente, evitando su
encendido innecesario o adaptándola a las necesidades del
usuario.
La activación de ésta se realiza cuando el nivel de
luminosidad pasa a un determinado umbral, ajustable por el
usuario. Esto garantiza un nivel de iluminación mínima, que
puede ser especialmente útil en un pasillo o en la iluminación
exterior. La iluminación puede ser activada en función de la
presencia de personas, activando la iluminación cuando un
sensor detecta presencia, garantizando una buena iluminación
en zonas de paso como pasillos y jardines. Por otro lado,
asegura que las luces no se queden encendidas en habitaciones
cuando no hace falta o no haya personas.
d) Regulación de la iluminación según el nivel de
luminosidad ambiente.
e) Automatización de los distintos sistemas, instalaciones y
equipos, dotándolos de control eficiente y de fácil manejo. El
hecho de que los sistemas de la vivienda se puedan programar
para que realicen ciertas funciones con sólo tocar un botón o
que las lleven a cabo en función de otras condiciones del
entorno: hora, temperatura interior o exterior, entre otras,
produce un aumento del confort y un ahorro de tiempo.
f) Integración del portero automático al teléfono. La señal de
audio y control del portero automático se puede integrar en la
red de telefonía interior de la vivienda. Cualquier llamada desde
el portero automático puede ser atendida desde un terminal
telefónico, entablando conversación con la persona visitante y,
si es preciso, abrirle la puerta. Opcionalmente y cuando no hay
nadie en la vivienda, podría pensarse en desviar la llamada
desde el portero automático a un número telefónico.
g) El riego automático es una aplicación muy utilizada por
las personas que viven en viviendas con jardines, campos y
fincas. El riego puede ser gestionado por un controlador que
normalmente se limita a regar según una programación horaria,
pero además puede tener en cuenta la humedad en el césped, la
temperatura ambiente, el día de la semana o cualquier otra
variable. Además se puede controlar de forma remota o según
otros eventos como incendios o robos.
En el ámbito de la protección personal y patrimonial.
a) Detección de un posible intruso. En caso de intruso el
control central se encarga de hacer saltar las alarmas, a la vez
que avisa al propietario del inmueble y a las autoridades.
b) Gestión del control de acceso y simulación y control de
presencia.
c) Detección de incendios, fuga de gas y escape de agua.
d) Servicios de información, tele-compra, tele-banco y alerta
médica (Teleasistencia).
e) Seguridad en puertas y ventanas.
En el ámbito de las comunicaciones.
a) Control Remoto.