Ángela Romero, Ricardo Giniebra. Funcionalidad familiar y autoestima en adolescentes durante la pandemia
por COVID-19
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como en el tipo de comunicación y vínculos afectivos que establece en las relaciones
sociales e íntimas que construye (Garcés y Palacio, 2010, p. 6).
En consecuencia, es necesario definir y diferenciar lo que es una familia funcional,
moderadamente funcional y disfuncional.
Se entiende por familia funcional aquella en la que se estimula la capacidad para
resolver unidos las crisis que se presentan al interior y al exterior de la misma, en la que
además se expresan afectos y apoyo, se permite el crecimiento y desarrollo de cada
integrante y se genera interacción entre ellos, respetando la autonomía y el espacio
individual (Muyibi, Ajayi, Irabor, y Ladipo, 2010; González, Gimeno, Meléndez, y
Córdoba, 2012, como se citó en Higuita y Cardona, 2016, p. 168).
El saber manejar de una manera asertiva o direccionada la solución de problemas, las distintas
eventualidades que se presenten en la familia, es lo que determina su funcionalidad. Un grupo
familiar que tenga una eficaz relación, da seguridad a sus integrantes, otorgándoles a cada uno
un papel dentro de la familia, lo cual promueve la formación individual de cada integrante, y
como grupo se crea un vínculo entre ellos.
Una familia funcional cuenta con integrantes que aceptan los roles y las tareas asignadas a cada
uno de ellos dentro del sistema familiar, es importante que, al momento de asignar los roles,
no haya una sobrecarga de estos, ya sea por sobre exigencias o estereotipos genéricos que
implican rigidez en cuanto a las funciones masculinas y femeninas en el hogar (Herrera, 1997,
p. 593).
En consecuencia, cuando se establece la existencia de una familia funcional, todos los
integrantes de la misma lo perciben y coinciden en que las interacciones que tienen entre ellos
son saludables. Cuando el funcionamiento de la familia es moderado, se habla que el grupo
familiar cumple los aspectos que determinan el funcionamiento de la familia, pero con
deficiencia en ellos. Para Vivanco (2017) la familia moderadamente funcional es:
Una expresión intermedia entre la familia funcional y la familia disfuncional; las
familias moderadamente funcionales casi en su mayoría cumplen con todas sus
funciones, pero en un bajo porcentaje, es decir puede faltar la práctica de algunas de
sus características (p. 14).
La familia disfuncional aparece cuando el sentido de pertenencia y comodidad dentro de la
familia se encuentra en conflicto, los roles de cada integrante pueden estar desbalanceados; la
comunicación es defectuosa o el sistema en que conviven es inapropiado para ellos,
beneficiando a algunos o, a nadie en absoluto. La disfuncionalidad está marcada cuando el
comportamiento de los aspectos que forman parte del funcionamiento familiar está
severamente dañado imposibilitando el cumplimiento de las funciones que deben tener las
familias.
Las familias disfuncionales generarán actitudes y comportamientos negativos,
afectando los niveles comunicacionales, y la satisfacción personal y familiar será
percibida como desfavorable. Estos niveles altos y permanentes de insatisfacción
familiar suelen afectar la personalidad de sus miembros, convirtiendo dicha familia en
un factor de riesgo para sus integrantes (Alfonso et al., 2017, p. 343).