María Antonieta Covarrubias Terán, Adrián Cuevas Jiménez, José Trinidad Gómez Herrera. La formación
profesional de psicólogos durante la pandemia.
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Inicio de la experiencia formativa
Los párrafos anteriores circunscriben el contexto en el que iniciaron los estudiantes
universitarios su formación profesional en el ámbito educativo y la gama de emociones-
pensamientos-acciones que cada uno experimentó de manera particular ante diversas
circunstancias, tanto en cuestiones personales como académicas. Con respecto a lo académico,
cabe resaltar que este tiempo propició en ellos el desarrollo de habilidades tecnológicas, toda
vez que la modalidad de esta formación se transformó de lo presencial a lo virtual a través de
la dinámica de clases en línea, con todo lo que ello implicaba, afrontando las vicisitudes
cotidianas y buscando alternativas de solución, como se ilustra en el siguiente testimonio:
Cuando mi grupo y yo llegamos a la práctica, ya habían transcurrido cerca de 6 meses desde
el inicio de la pandemia y la imposición del confinamiento. Con todo, sería el primer ciclo
escolar que habría iniciado (y acontecido en su totalidad) jamás en la historia de manera
virtual. Afortunadamente, es claro que esos 6 meses que pasaron desde el inicio del
confinamiento y hasta nuestra llegada a las prácticas, fueron los meses en los que se corrieron
la mayoría de los experimentos técnicos, de tal forma que, al empezar el ciclo escolar, todo
fluyó como si la educación hubiera sido virtual desde hace varios ciclos. Aparentemente todos,
estudiantes y docentes, sabían perfectamente bien qué hacer. Todos jugaban su papel a la
perfección, entrando a aulas virtuales en lugar de aulas físicas, perdiéndose de salón, como
otro, pero esta vez confundiendo las ligas de las diferentes materias. Rondas de
presentaciones, elecciones de docentes, en fin, un inicio típico de un ciclo escolar cualquiera
(LR).
Sin embargo, el dominio tecnológico no lo era todo, y la realidad de iniciar virtualmente una
formación como psicólogos en el campo educativo, de desconocer si habría la posibilidad de
transformar la enseñanza virtual a presencial, o al menos, bajo un modelo híbrido, generaría en
ellos incertidumbre, dilemas, reacciones, emociones y pensamientos contradictorios, al poner
en duda su formación profesional, como se puede apreciar en los siguientes testimonios.
Esta práctica la esperé con ansias, pero al estar por iniciarla, me hizo dudar si de verdad
aprendería algo en línea, que fuera en su totalidad virtual o en parte virtual, no estaba tan
seguro, no esperaba nada (LR). Tenía nervios de no saber lo que iba a pasar (FR). Era
inesperado al inicio cómo íbamos a trabajar (WM). Sentía emoción, nervios y un poco de
incertidumbre por la forma en que intervendríamos, una forma nueva y desconocida (NF).
Incluso, algunos universitarios se encontraron ante el dilema de continuar su formación
profesional o suspenderla por un tiempo, dada la posibilidad que el aprendizaje fuese virtual y
no presencial, como lo muestra la siguiente narración.
Yo hasta pensé en no inscribirme, porque me daba miedo, era mi primer año de prácticas y
que fueran a distancia, no fue una noticia buena (LB). Las intervenciones anteriores que se
realizaron en esta práctica habían sido de manera presencial, donde la interacción era de
persona a persona, y en este caso era muy probable que la interacción sería mediante la
utilización de un medio electrónico del cual dependíamos para la realización de las
intervenciones, me dije ¡cómo desde línea!, me cuestioné continuar. No estaba tan convencida
de que estudiar en línea me fuera a dejar un aprendizaje significativo, porque suelo distraerme
fácilmente y estando desde casa, un lugar en el que, por las diferentes actividades de mi
familia, no era fácil quedarme sola, y menos debido a esta pandemia, las actividades para la
mayoría de la población tuvieron que ser de manera virtual, por lo que era imposible que
permaneciera sola en casa (NF).