
Chirinos et al., 2025
Artículo cientíco
Manual administrativo como dispositivo para la sistematización del comportamiento organizacional y el fortalecimiento del
desempeño institucional
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revista.psidial@utm.edu.ec REVISTA PSIDIAL: PSICOLOGÍA Y DIÁLOGO DE SABERES
e-ISSN 2806-5972 DOI: 10.33936/psidial.v4i1.7694Vol. 4 Núm. 1 (96-112) enero - junio de 2025
Continuación de la tabla n.° 1. Manuales administrativos
Politicas
El manual de políticas es
un documento normativo
que establece las directrices
generales de acción que orientan
la toma de decisiones en las
actividades administrativas de
una organización. Su función
esencial es unicar los criterios
de actuación institucional,
proporcionando un marco
coherente que permita a los
miembros de la organización
responder de manera consistente
ante situaciones similares.
Este tipo de manual cumple un
papel integrador al promover
la cohesión del personal,
alinear comportamientos con la
misión institucional y fomentar
una actitud positiva hacia el
cumplimiento de las normas y
metas organizacionales.
Desde la perspectiva de la ecología de saberes, se reconoce que en los entornos
organizacionales, particularmente en instituciones públicas o de carácter social, los
colaboradores tienden a estar abiertos tanto a compartir como a recibir conocimientos
y experiencias. Esta dinámica de intercambio se potencia cuando dichos saberes se
documentan a través de manuales de políticas, normas y procedimientos, los cuales
se constituyen en repositorios vivos del conocimiento organizacional. Según Nonaka
et al. (2001), documentar el conocimiento tácito y convertirlo en explícito a través de
procesos sistematizados permite preservar habilidades, destrezas y experiencias que,
de otro modo, podrían perderse con la rotación de personal. Esta documentación no
solo asegura la continuidad operativa, sino que también crea una base tecnológica
organizacional valiosa que puede traducirse en ventaja competitiva en su sector.
A través de este proceso, la organización no solo resguarda conocimiento estratégico,
sino que facilita la identicación de competencias técnicas clave entre sus colaboradores,
promoviendo así una gestión más efectiva del talento. En consonancia con estándares
internacionales recogidos en modelos de competitividad organizacional, se estima
que un trabajador requiere aproximadamente tres años y medio para dominar
completamente la tecnología asociada a su puesto; una vez alcanzado ese dominio, está
en capacidad de generar nuevas soluciones, innovaciones y mejoras. No sistematizar ni
documentar estos conocimientos implica, metafóricamente, reiniciar continuamente
el ciclo de aprendizaje institucional, con el consecuente retraso en la innovación, la
eciencia y la consolidación del saber colectivo. Si se valora la experiencia de las
personas, la tecnología que la organización está generando diariamente y se elaboran,
actualizan y enriquecen continuamente los manuales, ello daría como resultado el
máximo aprovechamiento de la riqueza tecnológica que poseen las instituciones.