Nullius: Revista de pensamiento crítico en el ámbito del Derecho e-ISSN 2737-6125
Edizon León Castro
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Estados Unidos y otros países, sino que está determinada de manera abstracta o haciendo una alusión
figurativa y metafórica.
La judicialización de la política no sólo se configuraría con el “judicialismo” como abuso del
sistema procesal, sino resulta una efectiva herramienta para garantizar alianzas con los medios de
comunicación, retroalimentando ambos sistemas con el lenguaje y argumentación común, que logre
la interiorización del mensaje en el soberano (el pueblo).
Resulta menester aclarar dentro de la metodología de análisis de este artículo, que la analogía de
un Lawfare mediático con el Lawfare judicial no cabe en los casos indicados, pues ambas fórmulas
se complementan para el resultado del modelo deseado. La mediatización y mundialización de las
comunicaciones (medios de comunicación: tradicionales y alternativos y redes sociales) y la
argumentación jurídica que motiva los actos de autoridades judiciales, tienen la misma identidad para
el objetivo.
En Ecuador, durante el período del gobierno de la Revolución Ciudadana (correísmo), hubo un
choque de poderes con los medios de comunicación más influyentes económica y socialmente,
generando tensiones irreconciliables, que produjo alianzas de aquellos con la oposición, haciendo de
los medios, voceros sin cuartel de la pretensiones electorales de los partidos del conservadurismo,
que implicó a funcionarios, intelectuales y políticos simpatizantes de esta tendencia en espacios de
opinión y entrevistas, con una suerte de monólogo ideológico, muy ajeno a la realidad pluralista de
una nación que buscaba en la diversidad un punto de encuentro para su desarrollo.
Por su parte, el gobierno actual hizo uso de los medios públicos para atacar y contrarrestar esta
arremetida de la oposición, hecho de lo cual resultó un déficit en el rating nacional, sumado a la falta
de control a los medios privados y al oligopolio de la telecomunicación, que hizo imposible el
sostenimiento de los medios públicos desde el mismo Estado, para luego entrar en procesos de
verdadera privatización, dada la falta de alianza estratégica que, en otro hora, mantenían aquellos.
En
la actualidad, los medios públicos han entrado en procesos de liquidación, fusión y privatización
(venta a privados), por la falta de sostenibilidad para cumplir con los objetivos de la democratización
de la comunicación, la educación social y la recuperación de la identidad cultural de la nación
ecuatoriana.
Es importante mencionar que en este juego de poderes, no sólo los grandes medios de
comunicación tradicionales han sido protagonistas de disputas ideológicas –porque, además, existían
conflictos por incumplimientos de garantías laborales a sus trabajadores y empleados-, sino que, a
través de nuevos medios digitales, muchos otros colectivos, financiados con recursos de origen
desconocido y claramente venidos de los grupos económicos del poder, se adhirieron a la oposición
(4 Pelagatos, Plan V, La Fuente y Mil Hojas). Casos como Ruta Krítica, Radio Calle, Revista Crisis,
Periodismo en Buseta, Confirmado.net, de clara alineación al gobierno de la Revolución Ciudadana
y que surgieron posterior a la década de este gobierno.
Se debe añadir al análisis sobre esta suerte de amasijo, la participación de académicos e
intelectuales -en su mayoría de universidades privadas, de ideología de derecha-, quienes se
convirtieron en voceros de la causa común del gobierno de Lenin Moreno, con injurias y
judicializaciones políticas, aportando a la consolidación de la estrategia Lawfare. Su adhesión a las
“cruzadas anti corrupción”, resultaban paradójicas, incluso en su incidencia en la opinión pública,
pues, en muchos casos, se trataba de juristas, economistas, sociólogos, politólogos, entre otros, que
trabajaron en la función pública o como consultores del correísmo, y que, en su momento, luego de
percibir los honorarios muchas veces exorbitantes, fueron cuestionados por los resultados