afirmó estar indignado con la OEA y los sectores políticos, ciudadanos, castrenses y policiales
involucrados en el golpe. A su vez, al ser consultado sobre la promoción de investigaciones
judiciales a dichos sujetos sostuvo:
Eso ya está en manos del órgano judicial, no está en manos del Ejecutivo. Son resortes del
Poder Judicial que debe avanzar en esta labor, vamos a estar pendientes de que eso ocurra,
pero sin injerencia. Vamos a vigilar que los procedimientos jurídicos se den. (Arce, 2019)
Es así que podemos observar que a lo largo de los años 2020 y 2021 los organismos judiciales
bolivianos comenzaron a instar diferentes procesos abocados a efectivizar las responsabilidades
legales originadas con motivo del golpe de Estado. Dichos actos, altamente positivos en tanto
baluartes para consolidar la democracia del país andino y construir memoria histórica a fin de
evitar sucesos similares, presentan una problemática. Al igual que en los trabajos y publicaciones
referidas al golpe y sus máximos protagonistas y partícipes, advertimos la ausencia respecto al
lugar encarado por el TCP y sus miembros.
Las actuaciones judiciales se acumulan mayoritariamente hoy en la llamada causa “Golpe de
Estado” (Télam, 2021). En consecuencia, se han visto involucrados la ex presidenta de facto
Jeanine Añez, varios ex ministros, militares y policías de alto rango. A éstos se los acusa por delitos
de sedición, conspiración y terrorismo. La mayoría de los procesados se hayan cumpliendo
actualmente prisión preventiva.
Paralelamente, las masacres de Sacaba y Senkata se encuentran bajo investigación judicial. En este
sentido, entre otros tantos, el ex general del ejército boliviano Alfredo Cuéllar fue detenido bajo
prisión domiciliaria acusado de asesinato (Página 12, 2020).
Sumado a ello, el ministro de Justicia boliviano Luis Lima adelantó el comienzo de acciones
legales contra el Secretario General de la OEA Luis Almagro, personaje clave en la embestida
destituyente. Lima calificó a las actuaciones del organismo regional como “persistentes acciones
de injerencia” (Página 12, 2021).
No obstante, no aparece en el radar de la búsqueda de justicia la prosecución de juicios políticos a
los miembros del TCP involucrados en el nombramiento de Añez. Recordemos que, conforme a
los arts. 159 inc. 11 y 160 inc. 6 de la CPE, es competencia de la Cámara de Diputados y de
Senadores de Bolivia, acusar y promover, respectivamente, juicio político a los miembros del TCP
por delitos cometidos en el ejercicio de sus funciones públicas. La gama de ilícitos podría incluir
sedición, conspiración, incumplimiento de los deberes del funcionario público, prevaricato, entre
otros, todas figuras previstas en el Código Penal del Estado Plurinacional de Bolivia.
6. Conclusiones
La postura asumida por las distintas autoridades a cargo del Estado Plurinacional frente a los
responsables de la tragedia ocurrida en 2019 implica un avance de suma importancia en lo que
hace al afianzamiento de lo democracia e institucionalidad del país andino. Asimismo, es una