De este modo, lo sucedido en América Latina fue la expresión en el subcontinente del auge
del paradigma neoliberal, que en el marco del entonces mundo unipolar de la globalización, careció
de contrapeso alguno, contando con la absoluta hegemonía interdimensional de los EEUU y del
mundo anglosajón.
2.3 La hegemonía de las izquierdas latinoamericanas
La primera década del siglo XXI conoció un auge inesperado de la izquierda subcontinental,
que sorprendió a las oligarquías y anuló totalmente su capacidad de reacción. De este modo, y
mediante la vía electoral, una serie de figuras honestas y capaces se fueron haciendo con el
gobierno de diversos países: Chávez (Venezuela, 1999), Lula (Brasil, 2002), Kirchner (Argentina,
2003), Correa (Ecuador, 2006), Evo (2006), Lugo (Paraguay, 2008), Zelaya (Honduras, 2006), y
Ortega (Nicaragua, 2007), entre otros.
Toda esta novedad supuso un salto cualitativo en la integración de América Latina,
posibilitando la ruptura del Alca (o tratado de libre comercio con EEUU, que ya había resultado
desastroso para México) y su sustitución por el Alba. Además, se creó Telesur como alternativa a
CNN, la UNASUR como alternativa a la OEA, el Banco del Sur como alternativa al FMI, etc., de
modo que, según Chomsky, el subcontinente llegó a ser la zona de mayor virulencia revolucionaria
a nivel mundial (Dueñas, 2020).
Todo esto fue causa y efecto de la refundación de algunos países (Venezuela, Ecuador,
Bolivia…) mediante novedosos procesos constituyentes de naturaleza altamente participativa, y
de los que salieron nuevas cartas magnas. Y, lo que es más importante, mediante el término de
“socialismo del siglo XXI” (que según el sociólogo François Houtart de facto no pasa de políticas
anti-neoliberales), se aplicaron medidas sociales y redistributivas. Es decir, se aumentó la
inversión social, así como la tasa impositiva a las grandes fortunas, y se subieron los sueldos de
las clases populares, a la vez que se procedió, no sin gran moderación, a la nacionalización de
algunos sectores económicos clave. Así, en Bolivia los hidrocarburos, en Paraguay la negociación
de la represa de Itaipú, en Argentina las aerolíneas y la seguridad social, y en Venezuela el
petróleo, entre otros (Canelas, 99).
Mediante estas políticas se logró el mayor bienestar disfrutado por la ciudadanía
suramericana en su historia, si se atiende a la fuerte caída de la pobreza registrada por la CEPAL.
Como ejemplo, según dicho organismo, entre 1998 y 2013, la pobreza en Venezuela pasó del 70%
al 23%; y en Ecuador, entre 2007 y 2016, del 38% al 22% (Dueñas, 2000). Y, seguimos citando a
la CEPAL, hasta 100 millones de latinoamericanos han salido de la pobreza. Así, dicho flagelo,
entre 2002 y el 2014, descendió del 43.9% al 28% (Moreira, 2016).
Se debe reseñar que todo este bienestar se levantó de modo absolutamente democrático,
de modo que, aunque se hubiera producido la aniquilación de las izquierdas en la década anterior,
éstas ganaron cerca del 95% de todas las consultas electorales.
2.4 La reacción conservadora
A lo largo de la primera década del siglo XXI, las distintas oligarquías, así como el
establishment norteamericano, se quedaron sin capacidad de reacción frente a un proceso tan
rápido como intenso. Dichas oligarquías perdían las elecciones (Paraguay, Nicaragua…), fallaban